Jaio, amama espía, escondedora de piedras y editora soñadora.
Ando descalza por la vida, y canto a pleno pulmón mientras conduzco. Me muevo prendida de la palabra y me afano en atrapar los momentos irrepetibles con imágenes. Leo en la cama hasta que me desmayo y me encanta contaminar la mente con ideas de otros. Me río con ganas diez veces al día y de ellas más de la mitad lo hago de mi propio ego, terapia imprescindible para gente que tiende a tomarse a sí misma muy en serio. Soy ruidosa pero estoy enamorada de mis ratos de silencio. De pocas cosas estoy tan orgullosa como de mis cariños y afectos. Creo que cuatro de las cinco pruebas evidentes de la existencia de dios son la ijada de bonito a la brasa, los espárragos de Lodosa, el gazpacho andaluz y el jamón de Guijuelo. ¿Quieres saber la quinta? Haz el amor escuchando el bolero de Ravel y tocarás el cielo.
Dirigía A Fortiori Editorial, una editorial PIS (Pequeña, Independiente, y Soñadora) donde publicaba lo que considero que no debe faltar en este mundo. Ahora me he jubilado y sigo colaborando con este proyecto desde Globalkultura
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