El efecto espejo

El efecto espejo

Habrán ustedes advertido que en la columna de la derecha de esta página ha aparecido un personajillo que mira «Con ojos de niño». Es un dibujo de Francesco Tonucci. Otro día les hablaré de él. Hoy, al hilo de la propuesta de lgs, responsable de Copensar me atrevo a incorporar una pequeña reflexión a la nueva categoría de esta página: Con ojos de niño.

 


Nada más lejos de mi intención que explicar a nadie qué o cómo ha de hacer en sus relaciones personales. Pero sí quisiera hacer unas reflexiones a media voz, sobre cómo parece que funciona el comportamiento humano. No lograré volver al mundo del revés, ni es lo que busco, pero contribuyo a que salga más fácilmente lo mejor de cada persona.

Me refiero al «efecto espejo». Es algo de lo que yo discurseaba a los padres de mis alumnos para convencerles de que nunca debían dirigirse a sus hijos de forma negativa. En la opinión que los demás, sobre todo la gente a la que queremos, tengan de nosotros reside gran parte de nuestra autoestima y ésta es la que nos permite movernos por el mundo con holgura.

Si yo le digo a alguien que una persona, a la que ese alguien aprecia, piensa que es un ser divertido, que le hace gracia cómo cuenta las anécdotas, la próxima vez que se encuentre con esa persona, intentará buscar una anécdota graciosa para contarla, con el afán de reforzar la imagen que cree que tiene de ella. Eso funciona en todas las edades y en todas las relaciones humanas. Es el «efecto espejo». El intento de reflejar la imagen positiva que recibimos del otro. Yo lo he aplicado sistemáticamente en mi actividad como profesora y en la educación de mis hijos y creo que no me ha salido mal, me parece que funciona razonablemente bien.

También funciona al revés, es decir, si nos enteramos que alguien del que nos interesa que tenga buena opinión de nosotros, opina algo que nos parece negativo, intentamos reforzar el comportamiento contrario para modificar su opinión.

No se trata de hipocresía. Se trata, desde luego, de buscar los aspectos positivos de la gente y potenciarlos. Claro, es cuestión de paciencia y de savoir faire. Además eso exige estar cerca de las personas, para conocer sus fortalezas y sus debilidades. Y que te sientan lo suficientemente cerca como para que depongan su muralla.

Cuando nos encontramos ante una actuación no deseada por parte de nuestros hijos o alumnos, quizás no sea ese el mejor momento para que reaccionemos con mensajes de reproche. Quizás estén menos predispuestos, y por lo tanto recibirán mejor, un mensaje de refuerzo. ¿No les parece?. Ya habrá otra ocasión para retomar el asunto que no nos ha gustado. Cuando hayan bajado la guardia y estén menos a la defensiva, es más fácil razonar con ellos y dejarles evidentes todos los aspectos de su comportamiento. Insisto, es cuestión de paciencia.

Si opinamos que uno de nuestros alumnos/hijos es bueno realizando alguna tarea, dejemos que conozca nuestra opinión. Pero si, haga lo que haga, va a encontrar silencio por nuestra parte, hay que ser muy fuerte, o estar dotado de grandes dosis de autoestima, para no convertirse en «funcionario»: Total, haga lo que haga da lo mismo.

Bueno, en fin, disquisiciones no siempre certeras aunque sí bienintencionadas.

 

 

2003-11-17 | Evacuado por Jaio a las 06:54 y 23 han comentado… | Enlázala | Compartir

 

Comentarios

1
De: evam Fecha: 2003-11-17 07:57
Me ha encantado el texto… Tienes toda la razón, estaba delante de mis ojos y ni me lo habia planteado…

Gracias 🙂

2
De: Jaio la espía Fecha: 2003-11-17 09:38
Gracias, Atleta.

3
De: Paco Penas de DORVISOU Fecha: 2003-11-17 10:52
Hablo mucho con los profesores de mis hijos porque necesito saber de sus experiencias y porque mi experiencia como hijo no me sirve para educar los míos. Como en todas profesiones, hay gente que lo vive con mayor entusiasmo por hacer algo que verdaderamente le gusta y otros que lo hacen como un medio para ganarse la vida. Pero todos hemos tenido, alguna vez en nuestras vidas, algún profesor que nos dejo su huella, y no por unas materias o clases que nos impartió, sino por hablarnos muchas veces de las cosas de la vida…

4
De: angi Fecha: 2003-11-17 18:21
Me parece muy interesante lo que escribes, intento fijarme en lo «hacemos bien» y darle energia a ello.

Por suerte mi hija de 3 años esta en una edad en la que me da la impresión busca límites y respuestas constantemente, lo cual me induce a estar muy atenta y a implicarme en su proceso de crecimiento.

El otro día me comentaba una amiga la dificultad actual de l@s maestr@s para educar en las escuelas, decíamos que se ha deribado mucha atención a los aspectos materiales y de competencia social,resintiendose la intimidad de las relaciones humanas o con la naturaleza.

Al final observamos que esto tambien nos pasa a los adultos…por eso me parece tan interesante tu texto, una buena herramienta de trabajo y de hacer las relaciones interpersonales mas plenas.

5
De: Jaio la espía Fecha: 2003-11-17 20:43
Paco, yo creo que es importante mantener viva la experiencia como hijo para educar a los nuestros. Recordar aquello que nos hacía sentir seguros o inseguros, solos o acompañados, queridos o rechazados, es una forma de buscar la empatía con esos seres que nos miran desde su fragilidad.

Efectivamente, Angi, los niños son niños, pero no son tontos. Y toda relación con ellos ha de pasar necesariamente por no olvidar que son personas.

6
De: guasabi Fecha: 2003-11-18 06:51
¿ y que pasa cuando te reflejas en un espejo roto?

7
De: evam Fecha: 2003-11-18 07:13
Buena pregunta guasabi….

Y es cierto, creo que el mayor problema de los padres es que nunca se acuerdan de lo que pensaban cuando tenían nuestra edad, supongo que eso nos pasará a todos en un futuro.

8
De: vendell Fecha: 2003-11-18 07:36
Vd sí que está próxima, Jaio 😉

9
De: Jaio la espía Fecha: 2003-11-18 08:08
Difícil respuesta para una buena pregunta, guasabi. Improviso. El espejo roto puede no devolver una única imagen, pero en cada trozo podemos ver una parte de imagen. Hasta el vértice más alejado del espejo, puede reflejar una imagen identificable. Es cuestión de buscar el mejor punto de vista para identificarla y favorecerla. ¿Valdría eso? mmmhhh no sé. Siempre la actitud positiva es más «constructora» ¿no le parece?

Atleta, espero que a usted no. No es esta la primera vez que lo escribo, pero lo repito, porque estoy convencida de ello: la juventud se refleja en la flexibilidad. Cuando somos jóvenes, en la flexibilidad de la columna y cuando somos adultos, en la flexibilidad de la mente. Mantengamos flexible la mente y vivamos cerca de esa «juventud», necesaria para estar próximos a los hijos.

Vendell: es un honor para mí que usted me diga eso. Gracias.

10
De: lgs Fecha: 2003-11-19 20:43
Curioso lo de los espejos, porque he sintonizado enseguida. De hecho, tengo una sospecha: eso que dicen de que enseñar a pensar a los niños aumenta la autoestima de los niños, en buena parte es a través del efecto espejo (y no sólo porque el niño adquiera una destreza particular que lo vuelve más capaz). Cuando enseñas a un niño a verbalizar sus ideas y a buscar más y expresarlas, sin darte cuenta ocurre que lo oyes pensar, a veces por primera vez (!). Y pones cara de sorpresa, y sus compañeros de clase también, y el Aprendiz Magníficus lo nota.

En relación con los «espejos rotos», me parece muy importante que cada niño tenga a su alrededor un número suficiente de espejos variados. Hay edades y colegios en los que los niños están todo el rato con la misma maestra, y eso tiene su peligro. Y en casa, tiene que haber tíos que te desafían y se burlan de tí, abuelos que te ríen cualquier gracia, amigos que se sorprenden de tu manera de comer los spaghetti, etc.

Los padres a veces estamos para compensar y reajustar (si nos damos cuenta y podemos): si en el cole lo dejan vaguear insistimos en que trabajen, si en el cole son muy competitivos insistimos en que desconecten, etc.

Vendell, envidio y agradezco su concisión.

11
De: Akin Fecha: 2003-11-22 03:52
Bueno dama Jaio, completamente de acuerdo con usted, y gracias por contármelo.

Pero tengo excepciones en mi curre :DDDDD

12
De: Fura Fecha: 2003-12-12 08:48
Bueno. Lo practicaré de inmediato. Ya le contaré qué tal me fue.

13
De: alfredo ramìrez Fecha: 2006-06-17 21:59
ya tengo unos cuantos años reflexionando sobre cual es la caracterìstica màs importante de la relacion entre lo interior y lo exterior. he llegado a concluir provisionalmente,que el efecto espejo, es el umbral que realiza la transicion operativa qaue permite re-construir todos los fragmentos del rompecabezas del espejo roto.
Veamos, cuando la imagen interior no coincide con la exterior,la identidad se esfuma y no hay maner
de volverla a la vida, simplemente no està. La autoestima se escurre hacia su perfil màs bajo, y por ende puede acaecer en cualquier momento la depresiòn que no es otra cosa que la frustraciòn de no poder usufructuar la plenitud identitaria.
la psicologìa de la gestalt, la de la forma, harà lo imposible por recuperarla, pero no es la imagen refleja invertida esterior la que està rota, sino en sì, la mismìsima identidad.y con ello la autoestima.
La imitaciòn no es nada menos que un modelo que simula las condiciones de lo exterior para proteger la percepcion interna de la identidad,construyendo por necesidad una imagen exterior refleja que al ser invertida es complementaria con la interior, salvaguardàndose tanto la integridad psicològica,fìsica y moral
Creo que este es el punto fundamental que demuestra la naturaleza del origen de la comunicaciòn,el lenguaje, la supervivencia y el amor integral.

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