Sobre tenerlo claro y el libre pensamiento
Hace unas décadas, ¡qué horror, ya tengo una edad en que puedo decir esto! yo tenía casi todo bastante claro. ¿Qué digo! Lo tenía todo clarísimo. No cabía en mí casi ninguna duda respecto a lo que quería que fueran las cosas y a cómo deberían ser. La juventud nos da ese toque incongruente.Conforme he ido viviendo, he ido perdiendo certezas y he ido ganando dudas razonables. En casi todo. Ahora solamente tengo claras algunas cosas que NO quiero que sean así y que creo que NO deberían ser así.
Anda, en mi ausencia, el personal revuelto discutiendo si el velo sí o el velo no. Y claro… no lo tengo nada claro. Porque si es producto cultural, sea religoso o social, habría que discutir sobre qué tipo de producto cultural debe permanecer y cuál sucumbir a la cultura dominante.
¿O no? Y si es por motivos religiosos ¿qué pasa? ¿van ahora a prohibir a los curas y a las monjas vestir como tales y van a prohibir los crucifijos en las paredes de las escuelas? ¿O es únicamente «la religión verdadera» la que puede manifestarse en el vestir, y las de los demás dioses no?
Y en este interim, salta la portada de una separata dominical con dos presidentes autonómicos y, mirando con lupa de gran aumento, uno de ellos lleva una pulsera. Yo, que me he enterado de esto de las pulseritas por twitter y facebook, no tengo mucho criterio sobre el tema, pero no me cabe duda de que por muchos bienes que pueda acarrear su posesión, yo NO me la pondría.
Y ahora yo necesito dejar por aquí estas tres conclusiones:
1º dejemos claro que cada cual tiene derecho a poner ante/bajo/detrás/delante/dentro/fuera/sobre su cuerpo lo que le dé la real gana, sin tener que dar explicaciones o pedir disculpas a nadie, si no afecta a su dignidad como persona y si lo hace libremente.
2º ¡será por ponerse pulseritas! ¿y el año en que todo un gabinete de gobierno autonómico en pleno aparecía con el reloj cambiado de sitio, porque el gurú segalari lo había propuesto?
3º Yo no creo en nada de esas cosas, me parecen absurdas y ridículas y por eso yo no me las pongo, sin tener que dar explicaciones de por qué no lo hago, pero os juro que si uno de mis hijos o uno de mis nietos me regala una, yo me la pongo, SÍ o SÍ, y espero no tener que dar explicaciones a nadie.
Digo, que… ya nos vale de ir de liberales por la vida metiéndonos con los que hacen quienes no piensan/viven/sienten como nosotros. ¿No?
En estos casos se me antoja que el libre pensamiento está reñido con el pensamiento liberal…
Salud, cultura, anarquía y libre pensamiento tengais siempre
Comentarios
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Más o menos así lo veo yo también, Jaio. No veas qué alivio, empezaba a sentirme rarita. |
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Hola. Completamente de acuerdo con que todo el mundo puede vestirse, acicalarse y decorarse como le dé la real gana. Pero cuando ves a alguien con toca y hábito, deduces que es una monja. Cuando lo ves con turbante, sospechas que es hindú o sij (dependiendo), cuando la ves con jihab, deduces que es musulmana. Y cuando lo ves con la pulsera mágica, tambien deduces algo. Puede ser que le gusta ir a la moda (por qué no?) o, más probablemente, que cree en los productos milagro. Eso tiene unas implicaciones, para unos de un tipo y para otros de otro. La libertad de cada cual ha de ser absolutamente respetada, por supuesto, pero que un alto responsable político crea en productos milagro no me parece una buena noticia, y menos lo es que los exhiba, porque al exhibirlos los promueve. Y yo creo que un responsable político no debiera promover, mediante su imagen un timo, porque como ha ocurrido con adornos y productos anteriores similares, el tiempo acabará demostrando que esa pulsera es un timo. |
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Ahí está el problema: dices «que un alto responsable político crea en productos milagro» es decir… estás juzgando sin saber ¿le has preguntado por qué la lleva? Y ¿quiénes somos el resto del mundo para decidir que SUS razones son menos poderosas que las NUESTRAS? Entonces también le criticarás si va a misa, porque más productos milagro que convertir el vino en sangre con una palabritas y bebérsela…
Y la falacia de «porque al exhibirlos los promueve» no tiene medio pase, claro… ¿y si se pone corbata o vaqueros, está promoviendo la corbata o los vaqueros? joder… un poco más de rigor, por diox… |
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Gracias, Eled, por compartir opinión, yo también me siento cada vez más extraterrestre. |
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Efectivamente, cada uno es libre de usar los atuendos que quiera. Sin embargo, el debate del «velo» es un debate sobre el conflicto de una norma «absolutamente arbitraria» dictada por un dios y una norma «con un fundamento pedagójico» dictada por el cuerpo técnico de un colegio.
En este debate también cuenta que en esa norma arbitraria se discrimina por razones de género. Agur, |
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Hola de nuevo: Planteo como una hipótesis que lleve la #timopulsera por creer en sus milagros. He planteado también otra hipótesis: puede que le guste ir a la moda. No digo si sus razones son más o menos poderosas que las mías, pero ejerzo mi derecho a criticar el comportamiento público de un personaje público por las razones que he dado. No critico que mi vecina lleve #timopulsera, me da igual, pero no me da igual que la lleve el lehendakari. El ir a misa o no ir es un acto privado, posar para medios de comunicación no lo es. Aplaudí su decisión de no jurar el cargo sobre la biblia, porque aquello era un acto institucional y público (por eso criticaba a sus antecesores en el cargo), y por la misma razón critico que exhiba en público un producto milagro. Yo también pido rigor, y me gustaría que los argumentos de los demás no sean descalificados con expresiones como tener medio pase o pase entero. Creo que lo que digo no es descabellado en absoluto. Los que venden la #timopulsera pagan a personajes públicos para que la exhiban. No digo que sea este el caso y puede que esté en un error, pero lo que digo no es una falacia, porque es de sobra sabido que la exhibición de un producto nuevo por un personaje conocido sirve para promocionar ese producto. Por eso, no es comparable con vestir corbatas o vaqueros, porque en ese caso se trata de productos que no están siendo promovidos, como novedades, por nadie. (Si no recuerdo mal, en la misa es el cura el que hace lo del vino, no los feligreses) |
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Me ha gustado del comentario original ver juntos el asunto del velo y el de la #timopulsera. La libertad de vestirse, anillarse, mutilarse o pintarrajearse es indudable en el ámbito privado. La ostentación pública (en colegios por ejemplo) ya es más dudosa, especialmente cuando se ejerce como medio de proselitismo. Igual que se garantizan colegios religiosos ¿no puedo elegir yo para mis hijos uno que tenga como credo la no exhibición de símbolos religiosos? parece que no. Por último la exhibición por parte de un personaje público (sea de una pulsera, una kipá o de un crucifijo) es otra cuestión, es una autodefinición. Aunque lo porte por pura estética, es inevitable que se perciba como lo que es, un símbolo. Luego cuando ese personaje público pida algo a la sociedad (que le compren discos, votos o una cruz en la declaración) cada uno lo otorgará o no en parte por esa autodefinición que realiza exhibiendo símbolos. Coincido con Juan Ignacio en que la #timopulsera ha entrado ya en la categoría de símbolo, que se le va a hacer. |
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Una matización: el origen del velo que, contra la opinión más extendida, no es una norma dictada por un dios (ni un sura en el Corán hace referencia a ello). El origen del hiyab se relaciona únicamente con motivos climatológicos, y ese pedazo de tela sobre la cabeza es usado tanto por hombres como por mujeres; con diferencias de forma, cierto, tal como aquí hay diferencias entre los pantalones de ellos y ellas. O el uso limitado exclusivamente a las mujeres de las faldas. Y no, no me olvido de los pareos.
Dicho esto, lo que más me ha venido molestado de esta historia es que nadie, NADIE, se ha preocupado inicialmente por los motivos de esa chica. Todo el mundo se ha lanzado a opinar basados en juicios más o menos informados, las más de las veces poco informados o incluso llenos de prejuicios. Y a lo mejor, sólo resulta que lo lleva porque lo hacía su abuela. O por estética, que resulta que es otro de los motivos por los que se lleva en algunos países. |
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A mi me parece muy revelador que estos conflictos con la vestimenta siempre se planteen con las mujeres. Al parecer, los hombres de origen musulmán no sienten la necesidad de conservar sus galabiyas, kufiyehs, feces y demás, tan tradicionales en sus culturas como los velos femeninos. Estoy de acuerdo en que todos podemos vestirnos como nos dé la gana en el ámbito privado. Pero también somos conscientes de que estamos sujetos a normas en el ámbito público: no podemos presentarnos en el Parlamento en chandal, ni ir a un concierto en pijama, y nadie se escandaliza por ello o lo reivindica contra viento y marea. En el caso del velo o el burka, se añaden además otros condicionantes que, en mi opinión, van contra el punto 1 que señalas: afectan a la dignidad de la persona, mujer en este caso. La familia de la niña que ha provocado este conflicto ha optado por la solución más sensata, pedir su ingreso en otro centro que permita el velo. Y otro día, si queréis, hablamos de porqué los curas y frailes se han liberado con toda rapidez de las sotanas, las tejas y la tonsura y la mayoría de las monjas siguen vistiendo hábito y toca 🙂 |
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Pues yo estoy de acuerdo con nubolari: el velo no es un símbolo religioso es un símbolo sexista.
Si los símbolos denigrantes para las personas, sexistas y racistas, son admisibles yo me pido que se autorice ya mismo el uso de la cruz gamada, por coherencia. Además si unos padres creen que su hijo estudia poco y suspende y en su cultura es tradicional que en esos casos se le ponga un sombrero con orejas de burro para recordarle que debe estudiar más, creo que se debe permitir que el niño asista con orejas de burro al cole. El velo no significa lo que nosotros queremos que signifique. Significa lo que dicen los ayatollas tal y como cita El Pez:
Así que ya se sabe: la mujer (adolescente en este caso) con la pata quebrada y en casa y si sale, que al menos se vista modestamente, con velo, faltaría más. Vamos que siento discrepar, pero discrepo fuertemente. |
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» si no afecta a su dignidad como persona y si lo hace libremente»
Pues aquí está el meollo del asunto. Todo lo demás son obviedades. |
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¡Hola! Resalto lo mismo que Webensis en el comentario 11 «si no afecta a su dignidad como persona y si lo hace libremente». Y te dejo un enlace a un escrito (sin pelos en la lengua y de lo más juicioso, en mi opinión) sobre el mismo tema.http://elunicornionegro.wordpress.com/2010/04/25/teoria-de-la-peineta-y-del-embudo/#commentsBesos. |
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Pues resaltarás lo mismo, pero que conste que yo no opino ni de lejos como ese texto que enlazas. |
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Pues… mira por dónde que me gustaría ir en pijama o cómo quisiera a un concierto,al parlamento y dónde fuera… con tal de ir aseada …¡ Así que reinvidico que cada cuál vayamos como queramos! |
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Perdón se me olvidó rellenar el nombre…soy la 14. |
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Muchas gracias por tu visita, aunque discrepo en la última frase de tu post: «En estos casos se me antoja que el libre pensamiento está reñido con el pensamiento liberal…»
Ninguno de los razonamientos de PSOE o PP (los unos, socialistas, los segundos, conservadores moralistas) son representativos del «pensamiento liberal». El pensamiento liberal es libre por definición, como lo es el pensamiento anarquista libertario. En lo que nos diferenciamos los libertarios de izquierdas de los liberales puros (prácticamente inexistentes en España, porque en realidad son todo conservadores con pasta) es en la cuestión económica, puesto que desde el anarquismo libertario se incide mucho más en aspectos como la solidaridad e incluso, en algunas vertientes, en la colectivización. Por lo demás, y dejando a un lado la doctrina econónica, mañana mismo yo podría firmar el idiario de un partido realmente liberal. Desde luego, mucho más que la de cualquiera de lso dos partidos españoles mayoritarios. |
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Es curioso,cuando menos,que la amplia mayoria de opiniones en contra del hijab provemngan de personas no musulmanas.Yo por mi parte,doy un voto de confianza a la inteligencia y valentia de las mujeres musulmamas y digo que si ELLAS lo consideran un simbolo cultural a conservar estoy con ellas,y si lo consideran una forma rechazable de marginacion de la mujera,tambien.Y por mi parte,y ya de paso,propongo una campaña en contra del uso del sujetador,que diversos estudios relacionan con el cancer de mama(yo lo llevo). |
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Hace poco debatían en un programa «mañanero» sobre la medida que había adoptado una cadena de supermercados inglesa de no dejar entrar en sus establecimientos a clientes en pijama .En un momento estaban denostando el chándal y a un presentador del programa se le escapó un «yo no le dejaría a mi mujer ir a la compra en chándal». Creo que deberíamos afrontar este debate con un poco más de humildad y capacidad de autocrítica. Por ejemplo, ¿analizamos la implicación en el día a día de millones de mujeres de nuestro libérrimo mundo occidental de gadgets como el maquillaje, la depilación, los tacones o las dietas con la misma lupa con que escrutamos el hijab? |
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Creo sinceramente que estáis confundiendo los términos. En nuestra sociedad, como en todas, hay cosas que están socialmente aceptadas y otras que no. Y varían con los años, pero todos sabemos intuitivamente en cada momento qué es lícito en nuestro entorno y qué no lo es. Hay un amplio consenso en aceptar cada vez más los gustos vestimentarios particulares de cada cual. De cuarenta años para aquí, las normas sociales se han relajado mucho, y me parece bien. Ya no hay que ir de gala a una ópera ni usar mantilla o medias para ir a misa, y nadie se escandaliza, faltaría más, porque una mujer vista pantalones. Avances objetivos que aplaudo. Pero todos sabemos que, en el tema del hiyab (o del chador, o del burka), no estamos hablando sólo de gustos personales, como quien habla de vestir una blusa verde o azul. Sobre todo ello planea la sospecha de que lo que cuenta no es la elección personal de la mujer que decide vestirlo, sino los motivos por los que decide hacerlo. Y que, en la mayoría de los casos (no en todos, pero sí en la mayoría), quien decide vestirlo lo hace por someterse a un ideario que considera que la mujer es fuente de pecado y que por eso debe cubrirse, para no excitar a los hombres. Esa concepción de la mujer como fuente de la tentación y del mal es lo que hay que combatir. En nuestra tradición judeocristiana ha estado también muy presente, pero hemos logrado superarla en buena medida, y es un avance del que debemos felicitarnos. Ya no nos obligan a ir a la iglesia con mantilla, manga larga y medias «para no excitar a los hombres», y eso está bien. En el mundo musulmán, como sabéis, las mujeres oran separadas de los hombres, y siempre detrás de ellos, cuando no en otra nave separada. Siempre que he preguntado por ello me han contestado lo mismo, en países diferentes: «Las mujeres oran detrás de los hombres para que ellos no se exciten con su vista». Y lo mismo sirve para los países de religión judía. A estas alturas del campeonato, con Internet y sus pelis porno en cualquier esquina, esto es una solemne chorrada, un arcaísmo neandertaliense, y hay que combatirlo. Las mujeres no deben cubrirse porque sean la fuente del pecado, o porque fueron las que dieron la manzana a Adán y trajeron el pecado original. Eso son historietas religiosas sin ningún fundamento, que ninguna mente racional aceptaría. La religión no debe tener ninguna influencia en nuestra vida civil. En tanto que ciudadanos, o ciudadanas, nuestra vida pública debe regirse por otras normas, completamente independientes de la religión. Y el velo religioso no tiene cabida en ellas. |