Acerca de las imágenes manipuladas por IA. Me gustaría fotografiar esto.
Cada vez estoy más de acuerdo con Fontcuberta, que afirma que la fotografía miente (y lo demuestra) y que quien hace la mejor fotografía es quien mejor miente. Tendríamos que pensar en la fotografía, no como su supuesta conexión con el mundo real, sino a través de su capacidad de capturar una visión imaginada del mundo, sea real o no.
Esto nos lleva a la discusión de qué es la realidad, lo real… y a la certeza de que la realidad solamente existe en la mente de cada cual. La forma en que se interpreta lo que sucede a nuestro alrededor es subjetiva y está relacionada con la cultura, experiencias y recuerdos personales y únicos. La misma película, vista en la misma sala, por personas que han recibido la misma educación, que han vivido en la misma familia… son dos películas diferentes, en función de lo que la vida les ha ido incorporando individualmente. ¿Es la misma realidad? no. Es el mismo estímulo intelectual que deja de ser único en tanto que es percibido por dos mentes diferentes
La idea de que una fotografía representa un hecho real, que estamos ante algo que realmente ocurrió, ha sido superada hace años, porque sabemos que las imágenes son manipuladas constantemente. La frase “Si está en una fotografía, es real” es una falacia, porque no, no podemos olvidar que la cuestión de la manipulación de la imagen ha estado en el centro de la práctica fotográfica desde sus inicios, allá por junio de 1826.
Ahora han aparecido los generadores de IA, que vuelven a ser el tema de conversación y vuelve a haber «visionarios» que dicen que la IA pone en entredicho la viabilidad de la fotografía, y que entramos en una especie de mundo apocalíptico donde la IA va a terminar con la fotografía, y creyendo poco menos que si no se regula y se ponen puertas al campo, nos van a robar hasta las llaves del coche. Sin duda hay que darle una vuelta de rosca a la conversación.
Desde la invención de la fotografía, la realidad ha sido siempre aumentada por su propio reflejo. Entre la realidad y la imaginación, la verdad y la mentira, desde fotografías de fantasmas, espectros, y ovnis, hasta tecnologías digitales, el campo de la fotografía se ha ido redefiniendo constantemente, mediante nuevos desarrollos que nos llevan a repensar cómo entendemos la fotografía y cómo el mundo ve la fotografía. Y eso no es malo. Eso es la vida misma.
El apocalipsis llega con cada nuevo invento. Cuando se inventó el ferrocarril, hubo quien decía que viajar a más velocidad iba a terminar con la raza humana, porque el ser humano no estaba hecho para viajar a esa velocidad. Cuando se inventó el avión, exactamente igual, porque esa velocidad no era admitida por dios, si hubiera querido que voláramos, nos habría dotado de alas… Cuando se inventó la fotografía, había quien afirmaba que nos arrebataba parte del alma. La fotografía iba a terminar con la pintura. Y el libro electrónico iba a terminar con el papel y los discos iban a terminar con la radio, y la televisión iba a terminar con el cine. Y así siempre.
Al margen de que creo que hay que cuidar los derechos de quienes generan las imágenes, esta es una oportunidad para repensar la fotografía y para idear nuevas formas de crear que hasta ahora no imaginábamos. Y eso no es malo.