Tras décadas de impunidad. En el perfil de _noesnadapersonal de Instagram

Palestina

Tras décadas de impunidad

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Tras décadas de ocupación, asedio e impunidad, son muchas las imágenes y símbolos de orgullo y de resistencia palestinos. Pero si hay una que llama especialmente la atención es la de la sandía. Una fruta muy presente en la cultura y en la gastronomía del país.

En el año 1967 Israel prohibió ondear la bandera de Palestina en Palestina. Con razón la llaman «la única democracia de Oriente Próximo». ¡Todo son méritos! En señal de protesta, y para evitar las consecuencias de cometer semejante delito, muchas personas empezaron a utilizar rodajas de sandía en vez de banderas. Los colores rojo y negro, además del verde y blanco de la corteza, son, efectivamente, los colores de la bandera nacional.

Pero las prohibiciones no se quedaron ahí y, a lo largo de todos estos años, en su incansable intento de censurar y destruir cualquier mínima forma de expresión palestina, tanto el uso de rodajas de sandía por parte de palestinos como el uso de dibujos de sandías por parte de artistas y manifestantes (además, claro, del uso de banderas), ha sido perseguido y castigado.

Por muy delirante que parezca, Israel no está solo en esto. Hace sólo unos días, Reino Unido advertía de que ondear la bandera de Palestina puede ser considerado como “delito de orden público”. Su Ministra del Interior llegó a decir que «comportamientos que son legítimos en algunas circunstancias, como ondear una bandera palestina, pueden no serlo cuando se pretende glorificar actos de terrorismo». Recientemente, en España se expulsaba de un estadio a un aficionado por mostrar la bandera de Palestina y negarse a guardarla. En otros países como Francia o Alemania directamente se han prohibido manifestaciones en solidaridad con Palestina.

¿Qué pasa?
¿Qué le pasa a Europa con la bandera de Palestina que no le pasaba con la bandera de Ucrania?
¿Por qué escuecen tanto el rojo, el negro, el blanco y el verde y tan poco el amarillo y el azul?
¿Será el estómago?
¿Será la conciencia?
¿Será el miedo?
¿A qué?

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