Libro II

[Libro II]

   Después que muerto Josué, siervo de Dios e caudillo del pueblo de Jherusalem, que fue llamado Israel, que quiere dezir pueblo escogido, e muerta Délbora, governó por [mandado de] (95) Dios Gedeón, el qual, con trezientos criados suyos vençió en vatalla a los amonites e sus çeladas, que venieron sobre él, e mató muchos d’ellos. E después sacó sus gentes e fue sobre los pueblos comarcanos, que eran contra él, por mandado de Dios e mató çiento e veinte mil varones d’ellos. Morió Gedeón conplido de sus días e dexó setenta fijos varones. Después los mató a todos Alimalex, uno d’ellos que hera bastardo, con ayuda de sus parientes de su madre porque pecaron ante Dios, sinon Avarán, que hera el menor d’ellos. E después guerrearon anbos uno con otro e mató una ( ) (96) con una piedra Alimalex de un ama de una casa e quedó el señorío d’él e del otro porque non serbieron al Señor.

    

   Título de cómo gobernó el pueblo de Israel por mandado de Dios Josué

   Josué, [fue] (97) fijo de una muger porque lo valió por sí, aunque era mal fecho. E peleó con los ( ) (98) e vençiólos en batalla. E mató muchos d’ellos e ganó las ( ) (99) billas e çibudades. Después venieron sobr’él los de Galgar e los d’Efraín (qu)e todos de Israel porque no los llamó para lidiar con los de Amón. E vençiólos e mató quarenta e dos mil va-rones / [Fol. 19 v., col. a] d’ellos. Ajuzgó a Israel en siete años e morió mucho honrado.

   Muerto él, pecó aquel pueblo ant’el Señor Dios suyo e desanparólos por quarenta años. E fueron subjetos de mala manera en poder de los filesteos.

 

   Título de cómo governó Sansón el pueblo de Israel por mandado de Dios e fue el más fuerte de los naçidos e de sus fechos

   Después d’este tienpo avía un varón de linaje del tribu de Adán llamado Mamié e avía una muger mañera a la qual apareçió el ángel e le ( ) (100) partres:

   -E cata que non comas cossa suzia ni vevas vino ni sidra, en el qual cata non sea tixera ni nabaxa puesta en su cabeça ni pelo le sea quitado d’ella, qu’el espíritu del Señor será con él e juzgará Israel.

   E ella díxolo al marido e esforcándose en el Señor Dios ovieron fijo e llamáronle Sansón e su valentía multiplicó. E mató a manos un león e vestióse la su piel a caroña. Cassó Sansón con una muger de los filisteos, que heran contrarios de Israel, e porque lo mesturó de una adivinança contra, dessechóla e cassóla su padre con un filisteo. E pessó d’ello mucho a Sansón e començóles a buscar mucho mal. E prendió por la saña [Sansón] (101) quatroçientos rapossos e [a]tóles a las colas sendas achas encendidas e soltóles entre los panes de los filisteos, que estaban por segar maduros. E quemógelos todos e las viñas enbueltas d’ellos. Sabido por los filisteos, fueron [col. b] sobre sus parientes e dixiéronles que les diesen a Sansón preso para tomar vengança d’él. Ellos, como heran subjetos d’ellos porque Dios los avía dessanparado, como dicho es, prendiéronlo dormiendo en cassa de su padre e diérongelo atado de pies e de manos. E levándolo ellos a su tierra e entrando el espíritu del Señor en él, quebrantó todas las ataduras, soltósseles. E tomando una carrillada de una bestia, porque arma non tenía, mató mil filisteos con ella. E ovo mucha ansia e grande sed e adoró al çielo. E diole Dios agua de aquella carrillada, echándola en tierra, e fartósse d’ella. E tornó en su espíritu [e] folgó como primero.

 

   Título de cómo Sansón levó las puertas de Gaza al monte en sus onbros, estando çercado de los filisteos dentro d’ella

   Dende a poco tienpo entró Sansón en la çibudad de Gassa, que hera de los filisteos, e, dormiendo con una muger puta, fue barruntado de noche por los pobladores d’ella e çerraron las puertas todas e possieron guardas en las çercas para lo tomar otro día. E levantósse Sansón a la media noche e tomó las puertas de la puerta mayor. E sacólas en sus onbros e levólos a ençima del monte de Tabor.

   Después d’esto cassó Sansón con Dalida, que era de los filisteos, e amábala mucho. E falagáronla mucho (e) los filisteos e diéronle mucho oro e plata por que les fiziesse tomar presso a Sansón, la qual, falagándole, le dixo non con verdad con que podiesse atado e atado tres vezes se les soltó (102) [ronpiendo sus fuertes ataduras. E como Dalida se viese burlada d’él e non lo podiese dar preso, díxole:

   -Porque me as burlado, yo me dexaré morir.

   E echóse en la cama e nunca quiso comer. E como lo vio Sansón, por no la dexar morir díxole cómo toda su fuerça era en los cabellos e adormióse en el su regaço. Cortóle ella con tigeras muchos de los sus cabellos e salieron los felisteos que ella tenía escondidos e prendiéronlo e sacá[ro]nle los ojos e posiéronle en la prisión en su çiudad a moler farina. E crecidos ya sus cabellos e tomada su fuerça toda, estando tres mil felisteos con sus mayores e fijos en el tenplo del su ídolo faziendo la grande fiesta, enbiaron por Sansón para burlar d’él e que les feziese solaz e para dar graçias / a su ídolo porque se lo avía dado a sus manos e eran vengados d’él.

 

   Capítulo [5] (103) de cómo Sansón derribó la casa del tenplo del ídolo de las felisteas e mató a sí mesmo e a otros muchos d’ellos

   Como Sansón fuese salido de la cárçel e llegado a la casa del (104) dicho tenplo e sopiese las muchas conpañas que de los d[ic]hos felisteos allí eran allegados e a qué fin lo allí avían traído, dixo al moço que lo adestrava:

   -Pégame a los pilares mayores que están en esta casa por que fuelgue allí en ellos, pues sostienen (en) toda esta casa.

   E arrimado a ellos, alçó las manos al su Dios, pidiéndole por merçed por que vengar pudiese sus dos ojos, e enpuxó con las espaldas un pilar e travó del otro con las manos e dixo:

   -Aquí morirá el ánima de Sansón e todos quantos aquí son.

   E cayó toda la casa e morieron él e diez mil personas que en el tenplo e en sus portales estavan.

   E así mató Sansón más de sus enemigos a su muerte que en toda su vida. Fu[e] este Sansón el más rezio e fuerte homne del mundo, el qual governó e juzgó e defendió el pueblo de Israel treinta e dos años.

    

   Capítulo [6] (105) [de] cómo los fijos de Benjamín fueron muertos por los más d’ellos (106) porque tomaron una muger a un libicano

   Un varón libicano del monte de Efraín traía a su muger consigo e un moço e dos asnos. E llegó a la ciudad de Gaza, que era del tribu de Benjamín, e non los quisiendo acoger ninguno en su casa, (e) acogiólos un buen homne viejo que morava allí, que era del monte d’Efraín, donde ellos. E acabado de çenar, venieron varones de aquella ciudad, que eran sin dueño, a la casa de aquel viejo e començaron a quebrar las puertas. E llamando al viejo, dixiéronle:

   -Sácanos acá ese varón que entró en tu casa porque husar mal con él queremos.

   El qual les dixo:

   -Non querades fezer aqueste mal contra este // homne e quitad de aquesta locura.

   Los quales oír non quisieron sus palabras. E como lo oyó aquel libitano, echóles su muger fuera por escusar a sí; e tomáronla e usaron tanto con ella fasta que morió. E como él se levantó a la mañana, fallóla muerta en el unblar de la puerta. E púsola en su asno e llevóla a la casa suya e, así como llegó, tomó un cuchillo e el cuerpo de aquélla con sus huessos en pedaços enbió en todos los términos de Israel.

   E como aquella cosa sabida fuese, todos dezían:

   -Nunca tal cosa así fuese fecha en Israel e júzguese este fecho.

   Juntáronse todo aquel pueblo de Israel e, dando su juizio, fueron sobre el pueblo de Bengamín e, oviendo batalla con ellos, venciéronlos e mataron veinte e çinco mil varones d’ellos por aquel pecado solo que fezieron e destruyeron toda su tierra. Fecha esta matança, lloró todo el pueblo sobre ellos. E por que aquel tribu de Benjamín no quedase yermo, diéronles seteçientas mugeres e setecientas mancebas que d’ellos [quedado] (107) avían, las quales tomaron d’ellos que con ellos ir non quisieron aquella batalla.

    

   Capítulo [7] (108) de cómo los filisteos e de los de Amón mataron a los hijos de Elí, el sacerdote, e tomaron el arca del Señor e la posieron en Silo

   Después d’esto, governándose este pueblo por Elí(as), el sacerdote, venieron sobr’ellos e sobre sus pueblos los felisteos e otros gentíos, que eran mucho pueblo desigual, e salieron a pelear con ellos. E porque eran desamorados del Señor por el mal husar de los fijos de Elí, fueron / vencidos los de Elisrael e muertos los dos fijos de Elí e otros muchos e tomada el arca del Señor. Como esto oyese Elí, el sacerdote, cayó de su silla en tierra e, quebrándosele el pescueço, murió luego. E como los felisteos llevaron el arca del Señor a sus tenplos, cayeron todos sus ídolos fechos pedaços en tierra e començóse grande mortandad en todos sus pueblos, ronpiéndose por los fondones cruelmente, atanto que tornasen el arca adonde la tomaron con grandes processiones a la ciudad de Silo, donde la tomaron e sacaron los hijos de Elí, non fuendo dinos d’ello.

 

   Título del enreinamiento de [S]aúl (109), primero rey de los judíos del pueblo de Israel, que gelo dio Dios porque lo afincaron, no le ploguiendo d’ello

   Governándose el pueblo de Israel por el profeta Samuel, amigo de Dios, después de muertos Elí e sus fijos, juntáronse todos los mejores de aquel pueblo e dixeron al profeta Samuel:

   -Tú siervo de Dios eres e ya envegecido eres e tus fijos non son semejantes a ti: fabla al Señor que nos dé rey que ande ante nos como las otras gentes.

   E pesó mucho a Samuel e díxole el Señor:

   -Non te quexes, que a mí despreciaron, que no a ti, ca non quieren que yo reine sobre ellos, sinon otro. Vete e diles q[uáles] (110) son las gravieças del rey el apremia del señorío.

   E dicho por él a ellos todavía dixieron que querían rey que andoviese con ellos como las otras gentes. Díxole el Señor:

   -Toma una alcuçia de olio e ungi con ella a Saúl, hijo de Mini, por rey sobre todo Israel.

   Fecho todo así, reinó // Saúl, que era mucho grande de cuerpo, más que otro homne, de los hombros arriba e mucho valiente e esforçado. E siguiendo las carreras de Dios, venció a sus enemigos en batalla e mató muchos d’ellos.

   Dixo el profeta Samuel a Josué:

   -Dize] (111) // [Fol. 21 r., col. a] el Señor que destruyas la çibdad Abimaléh e mates a su rey e a toda su conpaña e quemes sus aberes.

   Que cossa d’ello non tomasse nin dexase a vida. E [fue] fecho todo por Saval, pero a su rey non quisso matar ni los ganados gruessos e tóbolos para sí. Pessándole d’ello al Señor, díxole:

   -Samuel, porque non conpliste el mandado del Señor, dessanparado te ha.

   Díxole Saúl:

   -Los ganados gruessos guardé para fazer sacrifiçio al Señor.

   Díxole:

   -Samuel, más se paga el Señor de la obediençia que non de sacrifiçios e del todo te ha dessanparado.

    

   Título de cómo mató David al gigante Golías con la su fonda pastoril e cómo le dio a Saúl a su fija Micol por muger por ello

   E veniendo los filisteos mucho apoderados sobre Israel e sobre Saúl, dixo el Señor a Samuel:

   -Yo desanparado he a Saúl, pero non quiero dessanparar mi pueblo de Israel, que yo he dado defendedor a él que sea el mi siervo Dabid, fijo de Issaí, que es moço.

   Venidos los filisteos tantos como arenas del mar e estando temerossos Saúl e los suyos, bino Golías, el filisteo, armado de armas descomunales de grandes pessos. E su cuerpo era de seis codos en alto e, por semejante, en [e]spessura e cossa mucho espantable. E venía entre los reales anbos a dos disflamando (112) a Dios de los judíos e que, si avía alguno que lo contradixiesse, qu’él lidiaría con él por el su idolatrón. Como lo oyesse [col. b] Saúl, mandó dar pregón por todo el real que a qualquiera que con él lidiar quissiese por amor del su Dios que le daría su fija Micol por muger con heredamientos razonables e grandes quantías. Como lo oyó David, que era de diez e ocho años, que allí venido era con pan e vino para sus hermanos, que en la hueste estaban, enbiándogelo su padre, (e) dixo:

   -Yo iré [a] lidiar con aquél non arcuna[da]do (113) por el mi Dios.

   E ploguiendo d’ello al rey Saúl, armado es con las sus armas e, non sopiendo andar con ellas, echándolas de sí con su fonda pastoril e tomando tres piedras del río, dixo:

   -En el nonbre del Dios de Abrahán e de Isaaq e de Jacob.

   E possiéndolas en su fonda una a una e rodeando aquélla e dándole con cada una sobre el yelmo en la frente, a la tercera Golías muerto cayó en tierra. E cortándole la cabeça, con ella se fue al Rey. E visto aquello por los filisteos luego a foír començaron e toda Israel, siguiendo aquéllos, muchos d’ellos muertos en tierra echaron.

   E cassado David con Micol e prossiguiendo a los enemigos e valiendo mucho, Saúl, su suegro, malquista con él tomó porque oído avía cómo dicho avía el Señor que arreinar avía sobre Israel e, propuesto todo temor de Dios, al qual matar cuidó. E fuyendo David a los montes, mucho persseguido es noches e días. E andando ansí ascondido, fizo los Salmos penetençiales e todo lo del Salterio, sinon lo que fizo el profeta Geremías. Cercado del Rey e mucho apretado David entre unas peñas, ovo / [Fol. 21 v., col. a] nuebas cómo los filisteos entrados en su tierra eran. E fue Saúl a lidiar con ellos e fueron vençidos los judíos e muertos Jonás e Medecué e Michés, fijos del rey Saúl, e otros muchos de los suyos. E como Saúl ferido fuese e a fuir començasse e seguido se viesse de los vallesteros, dixo a un escudero suyo:

   -Mátame con este tu cochillo por que non me maten estos non arcunandados (114) e non escarnescan de mí.

   Díxole su escudero:

   -Non lo quiera Dios, señor, antes moriré yo aquí contigo.

   E metiendo Saúl su espada por su cuerpo luego cayó muerto. E como aquello viesse su escudero, metió su espada por sí e cayó muerto a par d’él. E morieron muchos de los mayores e mejores de Israel. E derrocados algunos logares e pressas Micol e Grinadel Carmel, mugeres de David (115), e todas las vezinas de Amimaléh e quemada la villa, (e) sabido por David, con seisçientos varones que consigo tenía, peleando con ellos, los desbarató e mató muchos d’ellos. E tomadas sus mugeres e los otros pressos e algunos e matándoles su rey, tornado es e reçebido es por rey sobre toda Israel, porque los suyos mataron a Setbosset, fijo de Saúl, que reinaba sobre ellos, por se engraçiar con David. E él mandólos matar por traidores. E traxo David el arca del Señor, que estava en Silo ( ) (116), con grande processión. E fizo David muchas batallas contra los enemigos de Israel e ven-çiólos [col. b] e ganó veinte e dos çibudades e mató sus reyes e gentes e poblólas de los fijos de Israel. E fizo otros grandes fechos e ovo fijos e fijas e mucha riqueza.

    

   Título de cómo Amón, fijo mayor del rey David, forçó a Tamar, su hermana, e cómo lo mató Asalón, su hermano, e cómo David fizo matar a Urías e tomó a Versabé, su muger, e de la plaga que Dios enbió sobre él por ello vessiblemente

   Obiendo [David] (117) fijos e fijas, levantándosse un día de la cama vio d’ençima de su sobrado a Versabé, muger de Urías e enamorósse d’ella, ca era mucho fermossa. E tragiérongela secretamente sus siervos e dormió con ella. E ençintándose, de lo encobrir enbió por su marido Urías, que hera en la guerra con Jacob, su condestable. E venido, mandóle que se fuesse a su cassa por que se acostasse con su muger e se encobriesse aquella preñez. E como Orías oviesse çenado en la cassa suya, vínose acostar con las guardas del Rey. E como lo sopo David, díxole que por qué non dormiera con su muger. E respondióle Urías:

   -Non quiera el Señor que estando mi señor Joab, vuestro condestable, en el canpo dormiendo con sus gentes por vuestro serviçio, que yo, venido de allá, duerma en cama fasta que torne yo allá.

   E pessando al Rey d’esto, escrevió una carta de su mano a Joab que possiesse a Urías en la mayor parte de allí. E levada él mesmo la carta çerrada, fízosse assí e muerto es Urías. E la su muger tomóla Dabid e, cassado con ella, juróle de fazer reinar al // [Fol. 22 r., col. a] fijo que d’ella oviesse. E muerto el fijo primero d’ella, fecho ovo otro en ella e Salamón fue su nonbre. E airado fue el Señor contra David e díxole por el profeta Set a Davit:

   -Por este fecho que feçiste en dormir con muger de tu siervo, tu fijo dormirá con tus mugeres en público e sobirá e reinará sobre tu pueblo algund tienpo a pessar de ti.

   En este tienpo enamorósse Amón, fijo mayor del rey Dabid, de Tamar, su hermana, e dormió por fuerça con ella. E porque luego la avor[r]eçió echóla de sí. E por esto mató Asolón, fijo segundo de Dabid, Amón, su hermano mayor, porque hera su hermana de padre e de madre. E irándolo el padre, fue desterrado e después perdonado, tanto que la cara del padre suyo non viesse por çierto tienpo. Falagando muchos del pueblo, levantósse por rey e, entrando en Jherusalem cuidando prender a su padre, fuendo dessengañado d’ello, fuyó con sus pribados a la tierra del Carmel. E juntándosse muchas gentes de cada cabo, fecha es mucha guerra en Israel. E dormió Assalón con las mugeres de David, segund el profeta le dixo.

 

   Título de la batalla que ovieron Joab, Condestable de David, con Assolón, fijo de David e de la muerte de [Absalón] (118)

   Estando Dabid con sus gentes en su çibudad del Carmel vio venir Assolón con sus gentes sobre él e con sus vatallas ordenadas. E fizo David tres partes de sus gentes e diolas a dos, a Lissaí e a Echaí, hermanos de Joab, su Condestable, e con la otra el Condestable. E dixiéronle los suyos:

   -Tú, señor, non salirás a la vatalla por que, si menester oviére-mos [col. b], nos socorras e, si vençidos fuéremos, non lo tenerán ellos por cosa non fuendo tú conusco.

   E dixo el Rey:

   -Faré lo que mandardes.

   E dio por capitán a Juab, su Condestable. Dixo David a sus varones:

   -El niño Absolón me guardad.

   Fecha es fuerte batalla entre ellos e muertas muchas d’anbas las partes. Vençidos fueron Absolón e los suyos e, fuyendo Absolón en un macho, entrando en el monte por guareçer, trabándole una rama de enzina de los cabellos, que avía muchos e largos demassiadamente, fuéndosele el macho adelante, quedóse colgado e diole Joab, Condestable, tres lançadas e sus serbientes, otras seis. E así morió Absalón, que hera alçado rey, e muchos de los suyos. E sabidas estas nuevas por el Rey, fue alegre por el vençimiento de la batalla e triste por la muerte del fijo. E llorando mucho por él, con doloridas palabras lo llamava «fijo mío Absalón». E llegado Joab ante el Rey, con duras palabras lo acometió, diziendo así:

   -Señor, pareçe que non lloraras assí a los tuyos si allí moriéramos; júrote que, si más lo fazes, que uno d’ellos non quede contigo oy en este día.

   E con esto sossegó sus dolores e recobró todo su reino.

 

   Título de cómo David, estando poderosso sobre toda Israel, fizo contar todas las personas del su señorío, por lo qual ovo el Señor saña d’él, e de la pestilençia que por ello Dios echó sobre su pueblo

   Seyendo el rey David apoderado sobre toda Israel e ganada la çibudad de Damasco e otras muchas e señoreado del río del Jordán fasta Damas-co / [Fol. 22 v., col. a] e de toda Siria e otras muchas tierras, creçiéndole la cobdiçia e orgullo, por saber quál hera su señorío fizo contar [a] (119) su condestable Joab todos los de su pueblo. E pessándole al Señor d’ello, fuele dicho por el profeta Natán:

   -Sañudo es el Señor Dios tuyo porque con orgullo su pueblo contar feçiste; por ende, non puedes estar ni quedar sin pena e mándate que tú tres cosas escojas, la una qual quisieres: la una, que aya siete años fanbre en todo tu señorío o que seas quarenta días en poder de tus enemigos o que aya tres días pestilençia en Israel.

   E espavorido, David dixo:

   -Grande es la misericordia del Señor e más quiero la pestilençia de los tres días, pues airado es el Señor mío contra mí.

   E entrada la pestilençia, caían las gentes muertas a montones e morieron fasta el segundo día veinte mil varones. E como esto vio David, alçó los ojos e las manos al çielo, fincando las rodillas en la tierra, e vio el ángel del Señor, que estava con una espada resplandesçiente toda sangrienta matando a cada parte, e dixo:

   -Señor, yo só el que pequé e fize este mal, ca estos ovejas son. ¿Qué hizieron? Señor, sea tornada la saña tuya sobre mí e sobre la casa de mi padre.

   E oído David del Señor, luego çesó la mortandad. E vio David cómo el ángel del Señor avía dexado de ferir e cómo alinpiava el espada. Fecho esto, quiso David fazer casa al Señor para poner el arca del testamento del [col. b] su Dios. E díxole en sueños:

   -Non farás tú casa para mí, ca omne de vatallas e derramador de sangre heres, pero el tu fijo, que reinará en pos de ti, que no será vertedor de sangre, fraguará casa para mí.

    

   Título de cómo David, seyendo ya envejeçido, fizo reinar a Salomón, su fijo e de Versabé, muger de Urías; quitando el reino Adonías, su fijo, contra su voluntad a reinar conmençó e de las cosas que a su fijo Salomón mandó fazer después de su muerte

   Estando Dabid ya mucho viejo, Adonías, su fijo, por consejo de Joab, Condestable, e de sus hermanos e de otros, levantóse por rey e, vedá[n]dole con poca favor, se lo fizo dexar en Salamón, su fijo; enreinar mandó, así como a su madre jurado abía quando con ella casado avía.

    

   Título de las cossas e palabras que David dixo a Salamón que fiziese así como a reinar començase, que eran serviçio de Dios

   Allegado David a su fallesçimiento, llamó a Salamón, su fijo, e díxole:

   -Fijo mío, sei varón fuerte e guarda las obras de Dios, Señor tuyo, por que andes en las carreras d’Él e en los juizios de la ley que escrita es de Moisén, por que confirme el Señor las sus palabras que fabló el Señor a mí diziendo: «si guardaren los tus fijos los tus fueros e las mis carreras e andovieres en toda verdad, non será tullido a mí varón de la casa de Israel». Otrosí tú sabes qué // [Fol. 23 r., col. a] me fizo Joab, mi condestable, en los dos cabdillos de Israel, Aver e Manase, a los que los mató e derramó la sangre suya e puso la sangre de la batalla en su braguero, çerca de los lonbos suyos, e en el calçado suyo, que eran en los pies d’él. Farás, pues, tú segund la tu sabieza e enbiarás la cabeza d’él a los infiernos; e otrosí a los fijos de Borzelai rendirlos graçias e sean a comer contigo sienpre en la mesa tuya, que acorriéronme quando iba fuyendo de Ausalón, hermano tuyo; otrosí Asuney de Benjamín, que me maldixo quando yo iba fuyendo, que le juré «non te mataré de cochillo», pero tú non quieras sofrir aquella ser inculpa: varón sabio eres e tú sabrás qué cosas faze[r] debes e adustrás con sangre las canas d’él a los infiernos.

   E dor[mir]á (120) David con los padres suyos. E reinó quarenta años sobre Israel e fue tan noble ant’el (121) Señor e al mundo que fue contado por uno de los nueve nobles del mundo e uno d’ellos tres que fueron judíos.

 

   Título del reinamiento del sabio Salamón, fijo del noble rey David, e de las sus grandes sabieças e grandezas d’él

   Reinando Salamón sobre Israel, muerto David, su padre, (e) fizo a Joda su condestable e fízole matar Adonías, su hermano, porque a reinar començado avía contra voluntad de su padre e porque pidió por muger Abisai, samaritana; e mandóle matar a Joab por lo que su padre mandado le avía e acojióse al tenplo sobre el altar e díxole:

   -Joda, Condestable, sal acá.

   E respondióle:

   -Aquí moriré.

   E denunçiólo Jojad a (122) Salamón e díxole:

   -Pues eso juzgó, mátalo allí como él se lo dixo, ca dos nobles mejores que a sí mató.

   E muerto así, soterrado es. E fizo Salamón en toda la [col. b] justiçia que su padre le mandó. Otrosí fizo todos los vienes e cosas que él le mandó.

   Andando Salamón en los caminos de Dios, apareçióle el Señor Dios suyo en sueños e díxole:

   -Demándame qualquier cosa que quisieres que te yo dé.

   Dixo Salomón:

   -Tú, Señor, feçiste con tu siervo David, padre mío, misericordia grande así como andubo en la tu vista en la verdad e en justiçia en derecho coraçón contigo e aguardaste la tu misericordia grande; fue dado fijo que reinase en la cadtreda d’él, así como es oy. Agora, Señor, pues Tú reinar feçiste al siervo tuyo en logar del padre mío e, no sabiendo la entrada ni la salida, estó en medio del tu pueblo que Tú escogiste sin cuento, que contado ni asmado no puede ser por la muchedunbre, darás, pues, al siervo tuyo coraçón sabio por que me (123) pueda juzgar el tu pueblo e despartir el bien e el mal, que ¿quién podrá juzgar en tan grande peligro?

   Plogo, pues, esta palabra delante del Señor, porque Salamón aquesta cosa oviese demandado. Díxole el Señor a Salamón:

   -Porque razón demandaste en esta palabra, porque non demandaste riquezas ni días muchos ni almas de tus amigos, mas demandaste sabieza para juzgar juizio e yo te lo he dado, segund las tus palabras, e te he dado coraçón sabio e entendido, en tanto que ninguno den coas de ti ni después de ti non se allegará a ti ni se levantará. Aquestas cosas que tú non demandaste te he dado, conbiene a saber, riquezas e gloria, que ninguno non fue semejante a ti en los reyes en todos los días pasados e si tú andobieras en las mis carreras los tus días.

   E despertó Sala-món / [Fol. 23 v., col. a] e entiendó aquel sueño; así como vino en Jherusalem e estudo delante del arca del amistança del Señor, ofreçió olocaustos e sacrifiçios al Señor e fizo grande conbite a sus siervos.

 

   Título de cómo ju[z]gó Salamón a las dos mugeres [putas] (124) sobre el fijo vibo e sobre el muerto a quál levaría el vivo

   En estos días venieron dos mugeres putas ant’el rey Salamón e dixo la una:

   -Señor, yo y esta muger morávamos en una casa e parimos dos fijos a terçera noche la una de la otra. E ésta falló a su fijo afogado de noche cabe sí e levantóse, dormiendo yo, e dexóme el suyo muerto en los paños del mío e levómelo. Pídote que me lo mandes dar.

   Dixo la otra:

   -Señor, non dize verdad, ca ella lo falló muerto cabo sí; es el suyo y este que yo trayo es el mío e non he por qué gelo dar.

   E sobre esta razón contendieron amas a dos, razonando cada una por la aver para sí. Estando todo el pueblo dubdosso en cómo se juzgaría, pues provar non se podía, dixo el Rey:

   -Dadme un cochillo e partírgelo he por medio, pues más non se puede fazer, e lieve cada una su meitad.

   E tomá[n]dolo el Rey en las manos para le cortar, dixo la que lo demandava:

   -Señor, pídote por merçed que non lo mates e que más quiero que non muera e que lo lieve esa que lo tiene.

   Dixo la otra:

   -Yo non quiero que lo ayas tú ni yo, sino que lo partan, como él lo mandó.

   Oídas estas cosas por Salamón, entendiendo que la que se dolía d’él hera su madre, mandógelo levar a ella, pues era suyo. E d’este juizio fueron todos maravilla-dos [col. b]. E fuese la muger con su fijo.

    

   Título de las grandezas e riquezas e señoríos que ubo el rey Salamón e de los adelantados e ofiçiales que ovo e de las viandas que cada un día se comían en su tabla e de las bestias de cargo e de cavalgar

   Reinando Salamón sobre Israel, avía doze adelantados sobre los doze tribus de Israel, oficiales muchos que serbían e daban las viandas a la casa suya por meses en el año, alegrándose Salamón con el señorío, que hera grande, desd’el río de la tierra de los filisteos fasta la postrimera parte de Egito, e ofreçiendo los dones e serbiéndole todos los días de la vida suya. E era el comer de Salamón por cada unos días treinta cargos de flor de farina e setenta carros de farina e diez vacas e veinte bueyes engrosados e çient carneros a menos de la caça de los çierbos e de los corços e de los bueis salvajes e de las aves criadas en casa qu’él tenía. Todos los reyes de los arrededores eran ( ) (125) toda Juddea e Israel, sin ningund temor, cada uno so su lide e so su figura, así como hera de Dan fasta Versabé en todos los días de Salamón. Avía Salamón quarenta mil pesebres de cavallos carreteros e dos mil de cavalgar, que traían los adelantados del Rey; otrosí que traían las viandas a la mesa del Rey, cada unos en sus tienpos con mucho grandes cuidados; otrosí çebada e paja daban a las otras vestias do hera el Rey.

   E pasava la sabieza de Salamón por todas las partidas del mundo, porque conosçió todas las vertudes de las yerbas e piedras e naturas de los árboles e de las aves e animalias e de los peçes de la mar. // [Fol. 24 r., col. a] E venían todos los reyes e jentes a él por ver la su sabieça.

    

   Título de cómo enbió Salamón sus mensajes a Irán, Rey de Siria, por maderos de çedro para hedificar el tenplo del Señor e para los sus casas e lo hedificó mucho noble e rico a maravilla

   Enbió mensajeros Salamón a Irán, Rey de Asiria, diziéndole assí:

   -Hedificar quiero casa al Señor mi Dios, segund lo Él fabló a Dabid, padre mío; manda, pues, que me tajen maderas de çedros del Líbano e los mis siervos sean con los tuyos siervos. E daré yo a ti quanto tú pidieres, que tú sabes que non ay en el mi pueblo omes que sepan maderos tajar.

   Quando lo oyese Irán, alegrándose mucho(s), conplió su mandado:

   -E los mis siervos deçenderlos han a la mar, donde los tomen los tus naos.

   E dio Salamón a Irán rey beinte mil carros de trigo e veinte de azeite e dio Irán todos los maderos del çedro e de la abiet. Descogió Salamón obreros de todos los reinos de Israel e era la suma de tres mil varones e diez mil por cada unos meses; e fueron los que los cargos reçebían setenta mil e ochenta mil de los tajadores, (e) más los mayordomos, que heran tres mil e treçientos. E aparejaron grandes piedras e todas cosas nesçesarias.

   En el año de quatroçientos e ochenta de la salida del pueblo de Israel de Hegito començó Salamón a hedeficar el tenplo de Jherusalem. E la cassa que hedificó avía sesenta codos en luengo e veinte codos en alto; e un portal era delante del tenplo de veinte codos en luengo, segund la anchura del tenplo, [col. b] e diez codos delante la faz d’él. E fizo (e) finiestras e entallamentos en derredor del oratorio e tantos e tales artefiçios en él que cosa [in]posible (126) sería d’escrevir. Sobre todas cosas las piedras labradas e jaspes fue cosa maravillosa. Acabada la dicha casa e tenplo, llegada es palabra del Señor a Salamón que dezía:

   -Aquesta casa que tú fazes, si guardares los mis mandamientos, será guardada a ti la palabra que yo fablé a Dabid, padre tuyo, e non desanpararé el mi pueblo.

   E fizo Salamón en medio de la casa el oratorio para la casa e arca del amistança de Dios. E cobrió todas estas obras por dentro de oro fino, con muchos cherubines dorados. Otrosí fizo casas e palaçios para sí e para sus mugeres de obra e grandeza maravilloso, todo por de dentro cubierto de oro. E las vasujas que fizo de oro e de plata e aranbre para tenplo fueron de maravillosa suma e oro. E fue todo esto acabado en siete años a que se començó.

   Traxo Salamón con todos los mejores del pueblo de Israel el arca de la amistança, que estava en Silo, con grande proçesión e façiendo holocaustos e sacrifiçios por el camino de Silo a Jherusalem e púsola en el Sancto Santorum, como mucho más largamente se contiene en los libros de la Bribia.

    

   Título de las cosas que fizo e dixo Salamón al tienpo que ovo de morir e de las cosas que por su muerte venieron en el pueblo de Judea

   Sabio e rico e poderoso fue Salamón sobre todos los naçidos e reinó quarenta años sin verter sangre e sin neçesidad. Ovo treçientos reinos de casas conoçidas e seteçientas mançebas e dízese que, con su sabieça, fazía baños a su cuerpo e comía letuarios fechos de su sabieça, que podía dormir con todas ellas en un día e una noche, una vez con cada una. Fizo Salamón muchos / [Fol. 24 v., col. a] libros de sapiençia e fue profeta que fabló mucho de la virginidad (127) de la Virgen María e de la naçiençia del Nuestro Señor. E fizo los cánticos a onor d’ella e fizo muchas obras maravillosas. E fuendo mucho enbegecido e aloqueçiendo e perdido el sentido, (e) amó muchas mugeres estrañas e fiziéronle adorar ídolos e a los ídolos e a los diosses agenos de los gentiles, por donde su alma fue en pena, si el Señor no miró a los sus fechos primeros. E de todos susos fechos conpuse esto abrebiado e saqué estos proverbios que aquí van en seguiente porque son de grande sabieça entre las otras escrituras qu’él fizo, porque son avisamiento e mucho fundadas en poca escritura. E dormió Salamón con los padres suyos olvidando el amor e temor del su Salvador.

    

   Título de los probervios del rey Salamón, que fue el más sabio omne de todos los sabios que fueron antes d’él e después d’él fasta agora e de las muchas cosas que en ellos fabló de las bondades del mundo

   Proverbios de las palabras de Salamón, fijo de David, Rey de Jherusalem. Vanidad de vanidades, dize Salamón, banidad de vanidades, lo qual es todo vanidad. ¿Qué es lo que queda al omne de todo su trabajo que trabaxa de fondón del sol? Jeneraçión va, jeneraçión viene e la tierra por sienpre está firme, esclareçe el sol e pónese el sol e al su lugar donde asoma allí esclarece; vase al Darón e rodea al Cafón, rodeando (128) va a cada parte e sobre los sus rodeos tórnase a la su parte. E todos los ríos van a la mar e la mar nunca se finche e ha lugar donde las corrien-tes [col. b] van por onde ellos tornan a venir para ir. E todas las cosas son trabaxosas e non las puede ninguno fallar. Nunca se farta el ojo de ver ni s[e] (129) finche la oreja de oír. Lo que fue aquello es, lo que ha de ser e lo que ya se fizo eso es lo que se á de fazer e non ay cosa nueva fondón del sol. Ay cosas que dizen «mirad cosa nueva» e ya fue en los otros mundos que fueron ante de nosotros. E non ay remenbrança a los primeros; ni aun a los postrimeros que fueron non abrán a ellos rebrenbrança con aquellos que fueron a la postre.

   E yo, Salamón, fui sobre Israel en Jherusalem e di el mi coraçón por requerir e perseberar en la sabiduría por todo quanto es fecho fondón del çielo. Aquesta es razón mala que dio Dios a los fijos de los omes por quebrantarlos en ello. E vi todas las obras que son fondón del sol e veo que todo es nada e pensamiento de viento: lo tuerto no se puede adereçar e lo menguado non se puede conplir. E fablé yo con mi corazón diziendo:

   -Heme yo donde fui grande e acreçenté çiençia más que todos los que fueron ante mí sobre Jherusalem e el mi coraçón alcançó mucha sabiduría e entendimiento e di mi coraçón para sabiençia e entendimiento e locura e desbarío.

   Supe tanbién: aquesto es pensamiento de viento, ca con la mucha sabiduría multiplica grand carcoma e el que acreçienta saber acreçienta dolor. Dixe yo en mi coraçón:

   -Quiero ir agora a entremeterme en aver plazer e aver algund bien.

   E esso mesmo esto es devaneo. El reposo digo que es locura e el que tiene alegría non sabe aquello que ha de acontesçer.

   Perseberé en mi coraçón para entremeterme en él. Vino el mi cuerpo e el mi coraçón que usase en la sabiduría para trabar en la neçesidad fasta que viese quál d’esto es lo me-jor // [Fol. 25 r., col. a] a los fijos del omne, que feçiesen fondón de los çielos el cuento de la su vida. Acreçenté las mis obras, fragüé para mí casas, planté para mí viñas e fize para mí huertos e verjeles e planté en ellas árvoles de toda fruta, fiz’ para mí alverquias de agua para regar d’ella las espesuras de los llanos de los árboles. Conpra siervos e siervas e criados de casa. Avía yo, eso mesmo, pegujares de vacas e ovejas a muchedunbre; tenía más que todos los que fueron ante yo en Jherusalem. Labré para mí tanbién plata e oro e tesoro de reinos e de çibudades. Fize para mí cantores e cantoras e respondientes de fijos de omne d’estrumenteros e estrumenteras e engrandeçí e acreçenté más que quantos fueron antes que yo en Jherusalem, enpero no me quedó salvo la mi çiençia. Todo lo que demandaron los mis ojos nunca lo escusé d’ellos; non debe de mi coraçón de todo plazer, ca el mi coraçón se alegró con todo el mi trabaxo. Esta era la mi parte de todo el mi afán. E paré mientes yo en todas las obras que fizieron mis manos e en el afán que trabaxé por fazerlo e vi que todo es vanidad e pensamiento de viento; non ay ventaja de fondón del sol.

   E bolví yo por ver el saber, el enloquequier e el escarneçer qué le cunple al omne, pues que ha de ir en pos del Rey, que ya lo fizo. Vi yo que ay ventaja del saber a la locura, así como ay ventaja de la luz a la tiniebra: el sabio los sus ojos son en la su cabeza e el neçio en tiniebras anda. E entendiendo yo tanbién que un topamiento topamos todos, dixe yo en mi coraçón:

   -Así como topa el neçio, tanbién así he yo de topar. E pues, ¿para qué aprendí yo esso mesmo?, ¿qué ventaja he?

   Dixe yo en el mi coraçón:

   -Esto es tanbién dabaneo, ca non ay remenbraça al sabio con el [col. b] neçio para sienpre, que andando los días que vienen toda se olvida, pues que muere el sabio, así como el neçio aborra los bivos, por quanto me pesa d’esta obra que fue fecha fondón del sol e todo es vanidad e pensamiento de viento.

   Aborreçí yo todo el mi trabaxo que yo trabajé fondón del sol, pues que lo tengo a dexar e a onbre que será después de mí. ¿Quién sabrá si será sabio o neçio el que se tiene de enseñorear en todo mi afán que afané e trabajé con mi saber fondón del sol? Tanbién esto es vanidad. E rodeo yo por desechar mi coraçón por todo el trabaxo que trabaxé e derrendí fondón del sol, ca ay omne qu’el su trabaxo es con saber e con entendimiento e con bondad [e] a ome que non trabaxó en ello lo ha de dexar e alcança parte en ello. Tanbién esto es debaneo e mal muy grande, ca pues así es ¿qué probecho ha el omne de todo su trabaxo que afanó con pensamiento e mal de su coraçón e el qual el trabaxó fondón del sol, ca todos los sus días son dolorosos e la carcoma nunca se parte d’él e aun de noche non sosiega el su coraçón? Tanbién esto es devaneo. Non ay mejor al omne sinon que coma e veva e dé plazer a la su alma de lo mejor de su trabaxo. Tanbién esto es visto, porque dádiva de Dios es la que le da, ca ¿quién comió e quién bevió tanto como yo? Ca el omne que es bueno ant’Él dale saber e entendimiento e plazer; e al pecador dale razón. Aya pune e llegue para darlo aquel que es bueno delante Dios. Tanbién esto es devaneo e pensamiento de viento; a todo ay tienpo e ora para toda voluntad fondón del sol. / [Fol. 25 v., col. a]

 

   Tienpo de nazer Tienpo de guardar

   Tienpo de morir Tienpo de arrojar

   Tienpo de plantar Tienpo de ronper

   Tienpo de desplantar Tienpo de coser

   Tienpo de matar Tienpo de callar

   Tienpo de melizinar Tienpo de fablar

   Tienpo de derrocar Tienpo de amar

   Tienpo de fraguar Tienpo de aborir

   Tienpo de llorar Tienpo de pelear

   Tienpo de reír Tienpo de paz

   Tienpo de (130) Tienpo de mal

   Tienpo de vailar Tienpo de bien

   Tienpo de levar piedras Tienpo de plantar

   Tienpo de apartar piedras Tienpo de arrincar

   Tienpo de abraçar Tienpo de cortar

   Tienpo de buscar Tienpo de labrar

   Tienpo de perder Tienpo de desbaratar

   Tienpo de obrar

 

    

   Pues, ¿qué provecho ha el que esto faze de lo que trabaxa? Bi que aquesta razón que Dios dio a los fijos del omne (e) quebrántalos en ello; todas las cosas fizo esmeradas a su tienpo. Tanbién dio en su voluntad afuera que non pueda alcançar el omne la obra que fizo Dios desd’el conmienço al fin. Entiendo que non ay mejor a él sino que tome plazer e que faga bien en su vida. Tanbién todo omne que come e beve e da plazer a su alma de todo el su trabaxo donaçión es de Dios que le da. Conosca que todo [que] (131) fizo el Señor, que ello es para sienpre e sobre ello no ay qué añader e d’ello non ay qué menguar. El Señor fizo que temiesen delante d’Él. Lo que ya fue aquello es, lo que tiene que ser e lo que agora es ya pasó e Dios es Aquel que busca por lo perseguido. He visto más fondón del sol: en logar del derecho allí es la maldad; en el [col. b] logar de la justiçia bi estar la maliçia. Dixe yo en mi coraçón:

   -Al justo e al malo juzga el Señor, ca ora ay a todo talante e sobre toda obra es allí.

   Dixe yo en mi coraçón:

   -Por los dichos sobre las cosas de los fijos del omne, por los criar el Señor e por mostrar que ellos son vestias para sí mesmos, ca segund el topamiento de los fijos del omne es el topamiento de la vestia e un conparamiento es a ellos: segund muere(n) éste así muere éste; (a) un espíritu es a todo e ventaja del omne e la vestia non ay, ca todo es vanidad, ca toda va a un lugar. Todo es de tierra e todo se torna a la tierra. ¿E quál es el que sabe qu’el espíritu de los fijos del omne que sube ello arriba e el espíritu de la vestia deçiende ello ayuso de la tierra?

   E vi que non ay mejor sinon que tome plazer el omne con aquello que obra, ca esta es la su parte, ca ¿quién lo traería a ver qué es lo que será después d’él? Torné yo e vi las injurias que son fechas fon-dón // [Fol. 26 r., col. a] del sol e vi las lágrimas de los injuriados, que non ay quien los conorte de la mano de sus injuriadores; non fallan remedio ni quién los conorte e, por tanto, alavo a los muertos que ya morieron más que a los bivos que agora son vivos fasta aquí. Más vale que amos el que jamás nunca fue, porque non bido esta obra mala que fue fecha so el sol.

   E vi yo que todo el trabaxo e toda la emençia de la obra, que es por que han los omnes inbidia cada uno de su conpañero, tanbién esto es vanidad e pensamiento de biento. El neçio abraça las sus manos e gasta la su carne. Más vale la palma llena de folgura que lleños los paños de trabaxo e pensamiento de viento. E torné yo e vi la vanidad que ay fondón del sol e ay uno que no ha segundo. Eso mismo fijo ni hermano non tiene e non ha cabo a todo su trabajo, tanbién el su ojo nunca se farta de riqueza. E pues ¿para quién trabaxo yo e dó mengua a la mi alma del bien? Tanbién esto es debaneo e razón mala. Más vale dos que uno por que aya galardón bueno de sus trabaxos ca, si cae el uno, levántalo su conpañero e, si él solo cae, non abrá segundo quien lo levante. Otrosí, si cayesen dos, abrán escalentamiento e el uno non se escalentará. E si quisiere forçar el uno a los dos, pararse han çerca d’él e el filo torçido(do) será tan aína arrincado.

   Más vale moço lazerado e sabio que rey viejo e neçio que non sepa poner en sí aperçebimiento, ca de la casa de los presos lo sacan a ser rey, ca, aunque naçió pobre, perteneçe para reinar. E vi todos los vivos que andavan fondón del sol con el moço, el segundo aquel que se paró en su lugar. Non ay fin a to-da [col. b] la gente por todo lo que fue de antes d’ellos; tanpoco los postrimeros que vernán non se agozarán d’ello, ca tanbién esto es vanidad e pensamiento de viento. Guarda el tu pie quando fueres a la casa de Dios e sei çercano por oír más que dar con los locos sacrefiçio, ca non quiere saber. Por fazer mal non seas turbado por la tu boca e el tu coraçón non lo apresures para sacar palabra delante de Dios, ca Dios en los çielos e tú sobre la tierra; por tanto, sean las tus palabras pocas, ca biene el sueño con grand razón e la voz del neçio con muchedunbre de las palabras. Quando prometieres prometemiento a Dios, non tardes de lo conplir, ca non ha cobdiçia de lo conplir, ca non ha cobdiçia de los locos; aquello que prometieres cunple. Más vale que non prometas que non que prometas e (132) non cunplas. Non des la tu boca para que peque la tu carne e non digas delante el ángel que fue por herror. ¿Para qué quieres ensañar a Dios por las tus vozes e desconçierte las obras de las tus manos? Ca por muchos sueños e vanidades e palabras muchas de Dios deve aver miedo.

   Si forçase al menesteroso e robar el juizio la justiçia vieres en la çibudad, non te maravilles porque se consiente, ca el alto en somo del alto guarda e los altos en somo d’ellos e la ventaja de la tierra es en quanto el rey por el canpo labra. El que ama la moneda nunca se farta de moneda e el que cobdiçia el algo nunca lo alcança. Tanbién aquesto es vanidad, que quando multiplica el vien multiplican comedores a ello. E pues ¿qué probecho ha el su dueño, salvante aquello que vean los sus ojos? ¡Ha quánto / [fol. 26 v., col. a] dulce es el sueño de aquel que se contenta con lo que tiene, quier poco quier mucho! El rico que no se contenta con lo que tiene nunca fuelga ni duerme. Ay una mala dolençia que vi fondón del sol: la riqueza es guardada a su dueño para su mal e pierde aquella riqueza por mala intençión. E engendra fijo e non le queda en su poderío nada; así como sale del vientre de su madre desnudo, se torna quando parte como vino e nada non lieva del su trabaxo que afanó por su mano. Tanbién esto veo que es mala dolençia. Todo estado segund viene tal va. Pues ¿qué prohecho ha él, pues que afanó en devaneo? Tanbién todos los sus días en tiniebras fueron gastados e mucha carcoma e dolor e renzilla. Mas de lo que yo vi, esto me pareçe que será: que más monta comer e vever e que dé a bien todo el su trabaxo que afanó fondón del sol el cuento de los días de su vida que le dio Dios, ca aquello es la su parte. Otrosí, todo omne que le da Dios riqueza e aberíos e onra e le apodera que coma d’ello e que beva la su parte e, para que se alegre con su trabaxo, esta es dádiva del Señor, ca non puede mu(n)cho multiplicar la remenbrança de los días de la su vida, ca el Señor es el que adereza en alegría el su coraçón.

   Ay otra mala dolençia que bi fondón del sol e es muy grande en los omnes: ay varón que le da Dios riqueza e aberíos e honra e non da mengua a su alma de todo lo que deseó e non lo enpodera el Señor; que coma d’ello, ca omne estraño lo ha de comer. Esto es vanidad e mala dolençia, aunque en-gendrase [col. b] omne çient fijos e años muchos viviese e que fuesen mucho los días de los sus años, pues que la su alma non se puede ver farta de aquel bien e solamente para que se entierre no le queda. Digo que más vale que non él el albercón, ca en devaneo viene, en tiniebra va e en tiniebra el su nonbre es cubierto tanbién; sol nunca vido. E non pareçe más folgura a éste que a éste e, si él viviese mil años dos vegadas e bien non viese, pues que a un lugar va, todo es nada. Todo el travaxo del omne es para su boca, ca el alma nunca se farta. Pues ¿qué ventaja tiene el sabio más que el neçio? Así como el pobre es conoçido por andar çerca de los bivos, (e) más vale la v[ist]a de los ojos qu’el deseo de la voluntad. Tanbién aquesto es vanidad e pensamiento de viento. Lo que agora es ya se llamó su nonbre e más conoçido, qu’el omne non puede aver pleito con él, que se defenderá más qu’él, ca oí muchas cosas que acarrean muchos debaneos que aprovechan al omne, ca ¿quién sabe quál es lo mejor para el omne el cuento de los años de la vida del su debaneo, que se faz en sí como la sonbra?; que ¿quién denunçiará al omne qué es lo que á de ser después de fondón del sol? Más vale buena fama que buena riqueza e el día del morir qu’el día del nazer. Más vale ir a la casa del llanto que ir a la casa del solaz, porque aquello es fin de todo omne, porque los bivos deven poner a ello su coraçón. Más vale el sonsaño qu’el riso, ca con la tristeza del rostro se abona el coraçón e el coraçón del sabio es en la casa del llanto. E el coraçón de los neçios en la casa del gozo. E más vale oír sonsaño del sabio qu’el que oye cantar a los neçios, ca como cruxen los cascos so la olla así es el ri[s]o (133) del neçio. E tanbién esto es vanidad, ca la injuria enloqueze al sabio e fázele perder el coraçon franco. // [Fol. 27 r., col. a] Más vale el fin de la cosa que el su comienço; más vale la paçiençia de la voluntad que el alteza del coraçón. Non te entubies en la tu voluntad por ensañar, ca la saña en el seno de los neçios asienta. Non digas (que era esto) que mejores eran los días primeros que éstos, ca non es çiençia que preguntes por éstos, que aún buena es la sabiduría con la riqueza e aventajada apareçería del sol, ca en la sonbra de la sabiduría es la sonbra del algo. La ventaja de la çiençia del saber libre finca a su dueño. Para mientes a las obras de Dios, ca ¿quién es el que puede conponer aquello qu’Él tuerçe? En buen día aven bien e en día malo ten mientes tanbién esto. Semejante esto faze el Señor por razón que [no] (134) alcançe el omne después d’Él nada. Esto todo bi en los días de la mi moçedad.

   Ay justo perderse por justedad e ay malo por longar por la su maldad. Non seas muy justo ni seas mucho sabidor por que non te yermes; non seas muy malo ni seas loco por que non mueras enantes del tu tienpo, mas sabe que comes d’esto e eso mesmo d’esto non partas la tu mano, ca el que teme a Dios avança todas las cosas. La çiençia es fuerça al sabio más que diez fuertes que estén en la çibudad, ca non puede aver ome justo en la tierra que faga bien e non peque. Otrosí a todas las palabras que dixieren non des el tu coraçón, que no se escusa que non oigas al tu siervo denostarte, ca tanbién deves muchas vegadas conoçer en tu coraçón que tú tanbién denostaste a otros. E todo esto probé en la sabiduría. Dixe:

   -Quiero ser sabio.

   E ello hera lexos de mí; lexos es a tanto fondón que no ay quien lo alcançe.

   Pensé yo en mi coraçón por saber perseberar e buscar çiençia e cuento por saber maldad, locura e neçedad e des-barío [col. b]. E fallé yo más amarga que la muerte la muger, que lazos e redes es el su coraçón e cárçelas las sus manos e el que es bueno ante Dios escapa d’ella e el pecador es (135) preso en ella. Para mientes a esto. Dize Salamón:

   -Uno a uno se alcança el cuento.

   Aún más, otra busca la mi voluntad e non la fallé; omne uno de mil fablar e muger en todo esto non fallé afueras d’esto que bi (136).

   Fallé que fizo Dios al omne derecho e ellos buscar muchos tuertos. ¿Quién es el que puede ser tal como el sabio o quién es el que puede alcançar declaraçión a la cosa? La sabiduría al omne alunbra la su faz e la fuerça del su rostro demuda. Yo el mandamiento del rey guardo por la palabra de la jura de Dios. Non te turbes, delante él andarás; e non te partas con mala razón, ca todo quanto se paga faze en qualquier cosa. El rey es poderoso, pues ¿quién le dirá qué es lo que fazes? Él guarda los mandamientos, non sabe qué es mala cosa. E la hora del juizio entiende el coraçón del sabio, ca a toda voluntad ay ora e juizio, ca la maldad del omne es grande sobre él, ca non sabe qué fue ni lo que es. Pues ¿quién gelo denunçiará? Non ay omne que tenga poder en el aire para que pueda çesar el aire, ni quien tenga poder en el día de la muerte, ni quien sea suelto en la pelea. E non escapa la maldad a su dueño. Todo aquesto vi.

   Di el mi coraçón a todas las obras que son fechas fondón del sol. Hora ay que ha poder omne en omne por mal para él e, por tanto, veo malas que son ençerrados e vienen a ser publicados e del logar santo son oídos e olvidados en aquella çibudad por quanto han fecho. Tanbién esto es vanidad. E porque non es fecho treslado de la mala obra en un punto, por tanto, se atreben los coraçones de los fijos del omne contra ellos mesmos a fazer mal. Pues que pecó e fizo mal / [Fol. 27 v., col. a] ¿quándo lo esperan e le darán cuerda? Ca por esto digo yo que mejor es aquel que teme a Dios e aquellos que an miedo delante. E bien no abrá el malo e alargará días, así como la sonbra, porque non fue temeroso delante Dios. Ay vanidad que es fecha sobre la tierra, ca ay justos que les contesçen como las obras de los malos e ay malos que les contesçe así como las obras de los justos. Digo que tanbién esto es vanidad. Alavo yo más el plazer, porque non ay mejor al omne fondón del sol sinon que coma e beva e se alegre, ca esto es lo que le presta de su trabaxo los días de la su vida que Dios le dio fondón del sol, así como dixo el mi coraçón por saber çiençia e por ver la razón que fue fecha sobre la tierra, ca otrosí de día e de noche sueño en sus ojos non entra ni lo vee.

   E vi todas las obras que fizo Dios, que non las puede omne alcançar, las quales obras fechas fondón del sol, por mucho qu’el omne trabaxe por la buscar, e non lo puede fallar e, aunque sea sabio, para entender non lo alcança, ca a tod[o] (137) esto di el mi coraçón e propuse a todo esto por saber las obras de los justos e los sabios e sus serbiçios en la mano de Dios. Así amigança como malquerençia non puede saber el omne, maguer todo está delante de los que todo es así como es. E s[i] (138) topamiento ha el justo qu’él mató e el bueno e el linpio e el enconado e el que sacrifica, así el bueno como el pecador, e el que jura como el que ha reçelo de jurar, esto veo que es lo peor que es fecho fondón del sol, porque un topamiento han todos, por lo [col. b] qual el coraçón de los fijos del omne es osado a fazer mal e locura en sus voluntades en la su vida, ca es lo que deven escoger todos los bivos tener confiança, que más vale un perro vivo que un león muerto, ca los vivos saben que han de morir e los muertos non saben nada ni ellos han galardón, ca olvídase su remebrança, así el su bienquerer como el su malquerer; eso mesmo la su inbidia ya es perdida e parte non ha jamás por sienpre en todo lo que es fecho fondón del sol. Be e come con plazer el tu pan e beve con buen coraçón el tu vino, ca ya es contento Dios de las tus obras. En todo tienpo sean las tus vestiduras blancas e el olio sobre la tu cabeça non desmengüe. Para mientes por los bivos con la muger que amaste en todos los días de la vida del tu debaneo, que te fueron dados fondón del sol todos los días de la vida del tu debaneo, que aquello de la tu parte en la vista e del tu trabaxo que tú trabaxaste fondón del sol, todo lo que alcançare la tu mano para fazer con tu fortaleza faz, que non ay fesçimiento ni cuenta ni saber ni entendimiento en la fuesa donde tú ovieres allá de ir.

   Torné e vi fondón del sol que non es de las ligeras el correr ni de los barraganes la pelea; e tanbién de los sabios non es el mantenimiento; tanbién de los agudos non es la riqueza e tanbién de los envisos la gracia, ca ora e punto ha para todos, ca eso mesmo non sabe el homne la su ora, por lo qual, así como los peçes son tomados en la red mala e como los páxaros que son tomados en el lazo, como ellos así en capa los fijos del omne a la hora mala, quando cahe sobre ellos a sobrebienta. Tanbién aquesto ser por el saber fondón del sol e es grande a mí.

   Es una çibudad pequeña // [Fol. 29 r., col. a] e pocas personas avía en ella. E aviene en ella un grand rey e çércala e aconpañe sobre ella bastimientos grandes. E fállase en ella un varón lazdrado e sa[bidor] (139) e escapa aquella çibudad por su sabiduría. E ni[n]guna non se acordava de aquel varón lazerado e sabidor ni fiziese mençión del su saber. E, por tanto, digo yo que más vale la sabiduría que la barraganía, maguer que la sabiduría del lazdrado es menospreçiada e las sus palabras non son oídas. Las palabras de los sabios con plazer son oídas más que el reclamo de aquel que ha señorío en los neçios. E más vale el saber que las armas de la guerra. E un pecador faze perder grand bondad. E las moscas de la muerte son ediondas e dañan el olio noble, el qual es preçiado más qu’el saber e más que la honra, la poca neçedad. El coraçón del sabio es a la su diestra e el coraçón del neçio es a la sunestra. Aun por el camino qu’el loco anda le falleçe el seso e dize por todo loco es. Si la saña del que ha poderío veniese sobre ti, el tu lugar no lo desanpares, ca el que sufre remedia muchos yerros.

   Ay mal que bi fondón del sol que es con sospecha que sale delante el salud. Veo que el loco es dado en altezas grandes e los abonados, en baxo asentados. Bi los siervos en somo de cavallos e los caudillos andar como siervos sobre la tierra. El que caba foyo en él cae e el que derrueca balladar fiérelo la culebra. El que muele piedras afana en ellas e el que quebranta leños fiérese con ellos; si se enboca el fierro e non es agudo, fiere con mayores dolores. Pues así lieva ventaja la bondad e el saber e, si muerde la culebra e échale ponçoña, que aprobeche el escantamento de la lengua. Las palabras de la boca del sabio han graçia e los veços del neçio las menospreçian. El comienço de las palabras de su [col. b] boca es neçedad e la fin de su boca es locuras de mal; el loco acreçienta palabras de lo que non sabe quando non conoçe el omne lo que es en él fasta en gelo dizen e lo sabe. E la cuita a los locos les faze afanar, pero non sabe ir a logar donde han menester de ir. ¡Guay de ti tierra, que el tu rey es niño e tus caudillos en la manera comer quieren! ¡Bienaventurada heres tierra, que el tu rey es mançebo e los tus caudillos en tienpo comen con barraganía e non con ranqueza! Con las prerezas se daña el consistorio e con la floxedad de las manos. E llueve la casa e con el gozo se fazen yantares e meriendas con que se alegran los bivos. E él, dinno, responde a él todo. Otrosí, con tu pesar, del rey non maldigas e en la cámara donde duermes non maldigas al rico, ca las aves del çielo lieban la voz e dienón de las alas denunçia la cosa. Enbía el tu pan sobre la faz de las aguas, ca a grandes días lo fallarás. Da parte a los siete, tanbién a los ocho, que non sabes qué mal acaesçerá sobre la tierra. Y se finchen las nubes de llubia; sobre la tierra han de baziar y cae un palo en Darón e o en Cafón; en aquel logar donde cayere el palo que se ha de estar. El que guarda el viento no sienbra e el que cata a las nubes non siega, ca ¿cómo vedes tú saber la vía del viento? Así como [no] puedes saber qué son los huesos que están en el vientre de la preñada, tanpoco puedes saber los fechos de Dios, que ha de fazer todas las cosas. En la mañana sienbra la su simiente, en las tardes non çeses las tus manos, ca non puedes saber quál será mejor, lo uno a lo otro o si serán anbos buenos. ¡Quán dulçe es la luz e buena a los ojos para ver el sol, ca, aunque muchos años bisquiese el omne e en todos obiese plazer e se acordase, a los días de la tiniebra, que son muchos todos los que oviesen de venir, / [Fol. 29 v., col. a] ternía por vanidad!

   Alégrate, var[r]agán, en la tu moçendad e espeçia el tu coraçón en los días de la tu moçendad e sigue en los caminos del tu coraçón e en la vista de los tus ojos e sabe que sobre todo esto te ha de fazer venir el Señor a juizio; e tira malenconía del tu coraçón e faz pasar mal talante de tu cuerpo, ca la vanidad e la mançebez e la niñez esbiénbrete al tu Criador en los días de la tu moçendad, ante que non vengas a los días del mal, que lleguen los años que digas «non me acalento en ellos»; ante que non escuresca el sol e la luna e las estrellas e torne[n] las nubes tras la lubia, el día que tienblan los que guardan la casa e se rebuelven las personas que eran de orgullo; e remátanse las nubes que se apocan e entúrbianse los que veen por las finiestras; e çiérranse las puertas de fuera quando cae la boz de nuevo e se levantan a la voz del páxaro; e callan todos los que solían cantar, maguer que del muy alto espavoresçe. E quebrántase en baxo e aborresçe la mentira e desbarata la maldad; e deconpónose el agravio quando ha el omne a la casa del su mundo e cércalo por de fuera en las endechaderas. Enantes que se desencadene el filo de la plata e se mochique la rueda del oro, se quebrante el cántaro sobre la fuente e corra la calabera e el sepulcro e se torne él polvo sobre la tierra, así como hera, el espíritu tórnase a Dios, Aquel que le dio.

   Banidad de vanidades, dixo Salamón, lo qual todo es vanidad a la demasía, que hera Salamón sabio además e mostró çiençia al pueblo e esmuchó e rebuscó por [col. b] conponer muchos enxienplos. E buscó Salamón por alcançar palabras e por escrevir el derecho de palabras de verdad e palabras de sabios, que son como aguijones e como los clavos aterregados, muy apretados, que son dados de mano de buen maestro. E lo demás d’esto, mío fijo, aperçíbite a fazer muchos libros sin cuenta e usa mucho el trabajo e el cuerpo. E fin de razón. Todo oído, a Dios temerás e los sus mandamientos guardarás, ca aquesto es todo omne atenudo, ca por todas las cosas Dios ha de fazer venir a juizio sobre todo en çelados, así de bien como de mal.

    

   Título del enreinamiento del rey Roboán, fijo del rey Salamón, e de la discordia que ovo con su pueblo e con Geroboán, su enemigo

   Después de muerto Salamón reinó Roboán, su fijo, que porque non quiso franquear el pueblo de Israel de los muchos tributos que su padre Salamón echa(n)do les avía, alçáronse todos contra él, sinon el tribu de Judá. E alçaron rey sobre Israel a Geroboán, que fue malo contra Dios, que fue muerto e desecha la casa suya por sienpre. Después de muerto Roboán reinó su fijo Abías sobre Judea. E fizo mal ante Señor e reinó poco e morió. Reinó Asa, su fijo, sobre Judea en su lugar e reinó en su estado porque servió bien ant’el Señor e desfizo la casa de Geroboán. Después de muerto Nadán reinó Basa, su fijo, que fizo mucho mal ant’el Señor por que se fizo pueblo de los judíos de Israel dos partes e reinaron en él muchos reyes porque pecaron ant’el Señor, espeçialmente Acab, que fizo primeromente altar a Baal e otros muchos males ant’el su Dios, más que todos los que fueron antes d’él. Así, partido el pueblo todo en Israel, fraguaron altares en los altares e olocaustos con saçer-dotes // [Fol. 30 r., col. a] non de la generaçión. E fazían allá sus romerías e ofrendas, dexando el santo de Jherusalem e el oratorio del arca del amistança del Señor, que en ella hera. E pasaron muchos trabaxos porque los desanparó el Señor Dios e fueron guerreados unos contra otros e, así mesmo, de los vezinos enemigos suyos reinaron en este trabaxo, alçándose muchos reyes en Israel.

    

   Título de cómo Nabuconodosor, Rey de Bavilonia, destruyó la çibdad de Jherusalem e levó preso al rey Joachín e a todo el pueblo cabtivos e destruyó el santo tenplo e levó los ornamentos todos

   Reinando Joachín en Jherusalem, porque non se podía defender, dio el señorío d’ella a Faraón, Rey de Egito, e echóles çient ( ) (140) de plata e uno de oro de pecho. E sabido esto, vino Nabucodeonosor, Rey de Vavilonia, sobre Jherusalem e tomóla e levó preso a Joachín e a su muger e fijos e a su madre e a toda su casa e dexó por rey d’ella a Sedochías por su vasallo. E levó todo el thesoro de la çibudad e muchos cabtivos.

   Reinando Esechías en Jherusalem tres años, alçóse contra el dicho Nabucodonosor con la çibdad. E enbió Dabucodonosor su cabdillo con su gente sobre él e, tobiéndolo çercada, vino otra vez el mismo Nabucodonosor sobre él e toma la çibudad e priso a Esechías; e mató todos sus fijos ant’él e sacóle los ojos e levólo preso; e destruyó la çibudad e quemó el tenplo de Dios e toda la villa; e levó preso todo el pueblo a Babilonia e estovieron grand tienpo en cabtiverio.

   E fue destruida toda tierra de Judea e de Israel porque dexaron el serviçio del su Dios porque tantos miraglos avía fecho por ellos, e por eso los dio en la mano de sus enemigos.

    

   Título de los fechos que acaesçieron en Judea, Tierra de Promi-sión [col. b], después de la primera destruiçión que en ella fizo Nabucodonosor e de sus fechos de los reyes Darío e (141) Cores e de sus conquista[s]

   Contado ha la istoria cómo Nabucodonosor destruyó al reino de Judea e el pueblo de Israel e destruyó la çibudad de Jherusalem e el santo tenplo de Dios; e cómo çesó el serbiçio d’él e de cómo después de Nabucodonosor, reinando su fijo Valtasar en Vabilonia e en los otros reinos, el qual pecó mucho ant’el Señor, espeçialmente porque menospreçió las santas vasijas e ornamentos de su santo tenplo, que su padre, Nabucodonosor, avía traído del tenplo santo de Jherusalem, e las puso en la casa e altar de su ídolo Astaroch, por lo qual Nuestro Señor, quisiendo tomar vengança d’él e de lo que fizieron los caldeos en la su santa çibudad e tenplo, fueron sobre él Coras de Persia e Darío, Rey de Medeca, con muy grandes poderes de gente e destruyeron toda la tierra de los caldeos. E asentaron real sobre Vavilonia e ganáronla e mataron a espada quantos en ella avía, del chico al grande, a muy grandes penas e tormentos. E vengó el Señor Dios de Vavilonia e de los caldeos la sangre de sus siervos derramada e de su çibudad e tenplo.

   E después d’esto tomaron estos dos Reyes todo el reino de los caldeos e partiéronlo por medio. E tomó Darío a Vavilonia e sus çibudades e asentó en la silla real de Valtasar, fijo de Nabucodonosor, e reinó en Vavilonia muchos tienpos. E tomó el rey Cores el reino de Medea e dende en adelante fue Rey de Medea e de Persia. E en el primer año de su reinamiento púsole Dios en voluntad de enbiar los cabtivos e / [Fol. 30 v., col. a] todas las vasijas santas que heran en Vavilonia a Jherusalem. E fizo llamar el Rey a todos los viejos de la cabtividad e venieron ant’él. E dixo a todos:

   -Devedes saber que todos los reinos de la tierra dio a mí el Señor Dios del çielo e por su mandado me es encomendado de la hedeficar casa en Jherusalem, tierra de Judea. E agora, todos aquellos que sodes de su tenplo e ovierdes voluntad de ir a la çibudad del Saturno a hedeficar la casa e tenplo que derrocó don Nabucodonosor el malo vayan a Jherusalem, a la tierra de Judea e el su Señor Dios sea con ellos. E yo, Cores, siervo del Señor Dios, que por su voluntad me quiso fazer rey, daré de mi aver, que Él me dio, para hedificar la santa casa del Señor.

   E mandó pregonar esto por todo su reino. E mandó dar oro e plata para ello. E mandó sacar todas las vasijas que truxo Nabucodonosor, así como las avía fecho el rey Salamón, e diolo a Sesbaca, el mayor linaje de Judea, el qual era el profeta Daniel, que era fasta çinco mil e quatroçientas joyas. E fueron los varones que salieron del cabtiverio quarenta mil e trezientos e sesenta e fueron siervos e siervas siete mil e trezientas e treinta, cabtivos e cabtivas mil, cantores e tañedores treçientos, cavallos e mulos dos mil, asnos siete mil e seteçientos. E díxoles otras muchas cosas que entendió que les heran neçesarias para reparo del su tenplo e de su çibudad e tierra.

   E llegados en Jherusalem, entraron en el tenplo con grande proçesión e hedificáronlo e feçieron el serviçio del santo tenplo, segund solía.

    

   Título de cómo morió el rey Cores, que hera [e]l (142) rey Çiro, que lo mató la reina

   E conplido el término de los días del rey Cores, fue fa-llesçido [col. b] en una batalla, como otros muchos falleçieron. El qual, antes que moriese, entró en tierra de Satín, por quanto se alçaron contra él. E fueron los de Satín con la reina Tamariz, reina de las amazonas, e con su fijo e desbaratólos el Rey por eso. E mató tres mil varones e al fijo de la reina Tamariz. E de la su salida de ( ) (143) fue muerto él e todos los suyos por la reina Tamarís, que fueron dozientos mil varones de Persia. E lleg(u)ó al cuerpo de Cores e cortóle la cabeça. E echóla en un pozo lleno de sangre e dixo:

   -Vebe e fártate, Cores, de la sangre que mataste, que treinta años ha que ál non feziste sinon derramar sangre sin cuenta.

   Este rey Cores se llamó por otro nonbre el rey Çero.

    

   Título de cómo los judíos fueron en grandes persecuçiones por el rey Baubrixa

   Después d’esto fueron los judíos del santuario de Jherusalem en grand cuita e a punto de perdiçión por Braubija, fijo del rey Cores, e librólos el Señor por fuego e sapiençia de la reina Ester con el rey Asueros. E folgaron un tienpo, fasta qu’el rey Alexandre fue sobre el rey Darío de Bavilonia e la conquistó. E llegó a Jherusalem. E por graçia del Señor Dios, fueron a los reçebir e se inclinó delante saçerdote fasta en tierra e los dexó libres e quitos de toda serbidunbre, segund se contiene en su general istoria.

    

   Título de cómo los judíos de Jherusalem fueron perseguidos por el rey Antiocos porque non querían adorar el su ídolo e les acor[r]ió Dios

   E después, con gran tienpo folgó el pueblo de Israel todo volliçio fasta que pecaron contra su Dios, por que fueron maltraídos e mucho dañados.

   En aquel tienpo morió el rey Tolomeo de Hegito e reinó su fijo Tolomeo. E vino contra él Anthioco, Rey de Macidonia, e peleó con él. E ma-tólo (144) // [Fol. 31 r., col. a] e ganó la mayor parte de Hegito. E reinó en ella. E en aquel tienpo començaron a fazer mucha guerra contra el pueblo de Gudea, por quanto después que ganó Antioco tierra de Judea, ensalçósele el coraçón en sobervia e fizo un ídolo a su semejança e forma. E enbió por todas sus tierras que adorasen aquel ídolo, que era semejante que el rey Antioco, e otorgáronlo todas las gentes, salvo los de la çibudad de Jherusalem. E estonçes fueron dos malos varones de los aportilladores del pueblo e otros algunos con ellos e fueron Antioco e movieron a fazer mal a Israel con falsas relaçiones, diziéndole, entre otras cosas, que non querían adorar al su ídolo. El qual Rey, con grand saña, vino a fazer mal a desora. E fizo muy grand matança en Jherusalem e en el pueblo de Judea. E llevó muchos d’ellos cabtivos. E derramó todos los misericordiosos por las islas e tierras yermas e andaban ascondidos paçiendo yerbas como alimanias. E dexó en tierra de Judea dos caudillos para que matasen a todos los que non comiesen de la carne del puerco e non adorasen el su ídolo. E vedó en toda tierra de Judea que non guardasen el sábado ni circunçidasen sus fijos.

    

   Título del linaje de los macabeos e de los grandes fechos que fezieron por çelo de la ley e por el serbiçio del su Dios e de cómo governaron e juzgaron el pueblo de Israel fasta el rey Herodes

   Pasando los judíos mucha persecuçión, fueron quemados e muertos muchos d’ellos. Matañas, que hera un honbre de tienpo e un honrado judío del tribo de Judá, con sus fijos e hermanos que con él se allegaron, que heran asaz poca gente, tomaron sus mugeres e fijos e fuyeron a la sierra de Mogit. E llegaron los cavalleros de Antiocus a él e dixieron:

   -Varón honrado en tu pueblo, faze lo que manda el [col. b] Rey e vivirás. E non querades morir cruelmente.

   E respondió Matarçías esforçando su coraçón e dixo:

   -Yo fago lo que me manda el mi rey e vosotros façed lo que manda el vuestro.

   E non respondieron los cavalleros, (e) asechando cómo lo podiesen matar. E respondió un falso judío de los aportilladores que estava con los cavalleros e dixo:

   -Maravillado soy de vosotros porque non conplades el mandadamiento de vuestro rey tomando puerco.

   E fizo safumerio al ídolo de Antiopus. E vídolo Matatías e adoró al Señor Dios. E ovo muy grand saña e sacó su espada e cortóle la cabeça. E fue saltando e cayó entre los cavalleros. E al caudillo del Rey mató con su espada e fizo foír a los otros cavalleros, matando muchos d’ellos. E tañió la vozina e dioles batalla. E este fue el primero que se alçó contra el rey Antiocu. E mandó lidiar el día del sábado e separó a todas cosas por el pueblo, segund que es escrito en la istoria de Juçes Bengurio, el sacerdote.

   E salió Matatías e sus fijos e sus hermanos e con ellos muchas conpañas de los misericordiosos e seguieron en pos los enemigos e matáronlos fasta que no les quedó escapant’en tierra de Judea. E tornaron a çircundar sus fijos e guardar el sábado e fizo el Señor Dios grand salvaçión en su pueblo.

   E açercáronse los días de Matatías a morir e llamó a sus fijos, Judas e Simeón e Joanatás, e esforçólos e díxolos:

   -Fijos, yo soy çierto que recreçerán grandes vatallas, por quanto nos acordó el Señor Dios a lidiar por el pueblo nuestro. E agora, mis fijos, aved çelo del çelo del santuario del Nuestro Señor Dios e çelo por su pueblo. E desque lidiardes, non temades la muerte e, si moriredes en vuestras vata-llas, / [Fol. 31 v., col. a] seredes con vuestros padres en una suerte e partido e reçebiredes buen galardón.

   E dixo a Judá, su fijo:

   -El mi fijo Judá, que eres por la tu barraganía varón de las vatallas de Dios e Él puso en ti vendiçión e varraganía e el tu coraçón es como de león, el qual non desmaya de cosa, e agora, mi fijo, honrad al Señor Dios del tu poderío que te quiso dar e lidiarás sin pecado. E no te dengas de ir a todas partes en comarca en tu tierra, en Oriente e en Poniente e en Aquilón e en Setentrión, por tomar tierra del poder de los enemigos e serás a este pueblo cabdillo de su hueste e ungido de vatalla.

   E ungiólo por el olio e tañieron todo el pueblo muy grand tapner. E dixieron todos:

   -¡Viva el hungido!

   E llamó a Simeón, su fijo, e díxole:

   -Sé que puso el Señor Dios en tu coraçón sabiduría e entendimiento e non viedes el tu pueblo [con]sejo d’este pueblo e serás a ellos por padre e obedeçeran tu consejo. Cata bien que lo puso Dios en ti.

   E en acaba[n]do estas razones a sus fijos e a su pueblo, acogióse a sus parientes e fue ençerrado con su padre, Jonatás, en grand honra.

    

   Título del buen cavallero Judas el Macabeo e de los sus grandes fechos de armas

   Después d’esto vio Judá loriga como barragán e çinióse de armas de vatalla, diziendo contra los que se avían asentado en derredor d’él en el monte de Dios. E mató ocho mil e doçientos de sus barraganes e sujuzgó a Israel por su espada. E seguió en pos de sus enemigos e fueron aturbados. E quando él dava su voz semejaba voz de león. E fue alegre todo el pueblo por su varraganía. E espantó a muy grandes [col. b] reyes. E sonó su fama e la fortaleza de sus vatallas e muy buenas tierras. E andava de villa en villa matando todos los malos de tierra de Judea. E oyó el caudillo de la hueste del Rey de Maçedonia todas estas cosas e allegó mucha gente e vino a lidiar con Israel. E salió Judá en su reçebimiento e trabó su vatalla muy grande entre el gentío de Maçedonia e de los misericordiosos. E vio Judá aquel caudillo Perlaçot parado en medio de los suyos e corrió contra él e la fortuna de la vatalla, matando a diestro e a siniestro e derribando muchos muertos a tierra. E llegó a él e feriólo con su espada e derribólo muerto. E volvieron espaldas los griegos de Maçedonia. E fueron Judá e la conpaña de los misericordiosos en pos d’ellos e mataron mucha gente.

    

   Título de cómo Judas Macabeo vençió en vatalla a los de Arán

   E oyendo Cadón, caudillo de la gente de Arán, (e) dixo:

   -Quiero cobrar fama e lidiar contra Judá.

   E allegó su gente e llegó fasta la çibdad de Acre. E fecho saber la cosa a Judá, (e) dixo:

   -No detardemos de salir contra ellos e non esperemos a (que) devengar nuestros hermanos, que dirán nuestros hermanos «miedo nos han».

   E dixo el pueblo a Judá:

   -¿Cómo podemos lidiar con tanta gente?

   E díxole Judá:

   -Llamar a Dios del çielo e seredes ayudados, ca en el Señor Dios son las vatallas.

   E entró Judá del lado del real a desora e salió contra ellos e feriólos. E turbóse Cadón e todo su pueblo se echaron a foír. E fue Judá en pos d’ellos e mató e ferió muchos d’ellos. E el temor de Judá era en todas gentes. // [Fol. 32 r., col. a]

    

   Título de cómo el rey Antiocus entró en tierra de Judea e de lo que le aconteçió

   E oídas todas estas cosas por el rey Antiocus, airóse mucho contra él e allegó todos sus poderíos, que fue gente desigual, e partiólas en dos partes. E fue él con la una meitad al reino de Persia, porque se avían quitado de so él después que vieron que hera Judá partido de so él, e dio a la otra parte a Liçia, varón varragán de su linaje real, e díxole:

   -Sabes lo que ha fecho Judá contra mí. E agora vete e mata todos los moradores de tierra de Judea e lleva contigo a mi fijo Ofecar. E yo iré a tierra de Persia a tomar vengança porque se me rebelaron.

    

   Título de cómo vençió Judas Macabeo al rey Antiocus e mató muchos de los suyos

   E fue el rey Antiocu al reino de Persia. E fueron Ofecar e Luzio con quarenta mil omes varraganes e venieron a tierra de Judea para la destroír. E clamó el pueblo de Israel al Señor Dios, con ayuno e con çiliçio, adorándolo. E después d’esto, ayuntó Judá caudillos de mil e de çiento e de çinquenta e saliólos a reçebir. E alçó voz e dixo:

   -¿Quién es el varón temedor e de flaco coraçón que non ha guardado los mandamientos del Señor? Váyase e tórnese a su casa.

   E tornáronse muchos del pueblo. E quedaron del pueblo siete mil e quinientos varones de vatalla, barraganes escogidos uno para çiento e çiento para mil que non volviesen rostro. E ayuntaron sus vatallas anbas las huestes una con otra. E Judá, ante que entrase, adoró al Señor diziendo:

   -Señor, tuyo es el poder e el sanar e abataçe a esta gente ante el tu pueblo.

   E tanieron los saçerdotes las vozinas e tronpas del santuario e saltó Judá en la vatalla e mató en el real de Miarnor mucha gente. E echaron a fuir. E mató Judá d’ellos en aquella vatalla nueve mil personas [col. b]. E robaron todo el real e mucho oro e plata que avían traído muchos mercaderos que venieron, deziendo que para conprar los cabtivos e cabtivas que avían de robar de tierra de Judea. E partiéronlo todo a los pobres porque fue la batalla en el sábado. E pasó dende Judá contra el rey Queraín e contra el rey Tamicot e trabó con ellos fuerte vatalla. E mató d’ellos e de los de Macedonia çiento e mil varraganes. E fuyeron los dichos capitanes e alcançó a Filofos, el que avía fecho tanto mal en tierra de Judea, e vengó la muerte d’Elazar, qu’él avía fecho. E fuyó Micanor, ca desconosçió sus vestiduras.

 

   Título de la mala muerte que morió el rey Antiocus de Persia por juizio del Señor

   E rey Antiocu tornó de tierra de Persia envergonçado e corrido e sopo cómo Judá avía muerto toda su gente. E dixo con grand saña:

   -Yo iré a Jherusalem e fazerla he toda fuesas de muertos.

   E allegó desigual gente de carros e de cavallos, que eran tantos como estrellas del çielo. E ovo el Señor Dios çelo por su pueblo e por su çibdad e, quisiendo tomar vengança, feriólo de mucha sarna e dolor. E quando no pudo andar a pie ni en cavallo, dixo:

   -Traedme el carro e los cavallos que lo lieven e iré a Jherusalem e faré en ella mi voluntad, segund dicho ha.

   E estremeçió la tierra, que heran gentío sin cuenta. E en el camino espantáronse los cavallos del alifante alfil e echaron al carro e al Rey en tierra e quebrantáronsele todos los huesos. E su carne podreçió e cayó todo a pedaços e así morió, non lo quisiendo llevar ni[n]guno. E antes que finase conoçió qu’el juizio de Dios hera contra él e dixo:

   -Justo es el Señor, ca Él abate los sobervios e me abatió e quebrantó por quanto mal fize a sus misericordiosos.

   E prometió que si Dios le sanare que daría después sus tesoros a Jherusalem. E non fue / [Fol. 32 v., col. a] oído de Dios. E cayendo a pedaços, fue muerto e reinó su fijo Apecar.

    

   Título de cómo Judas conquistó a los de Armenia e a los de Macadón e preso muchos d’ellos por esto

   Después d’esto fue Judá e sus varraganes a tierra de Armenia e ovo batalla con Gorgión, su Rey. E fueron desbaratados e mataron en aquel día de los de Armenia veinte mil personas. E fuyó Gorgio a tierra de Armenia. E fue Tamicón con çient mil varones de Maçedonia e de Armenia e entró en tierra de Agac e de Galgat, que es tierra de Judea, e mataron muchos d’ellos. E enbiáronle cartas a Judá:

   -Venid e socorrednos, que somos gastados por espada de Tamicón.

   E en esto llegáronle otras cartas de Galilea deziéndole:

   -Venid e enbiadnos, que somos destroídos de los varones de Con e de Çidón.

   E como oyó Judá estas palabras, fizo oraçión al Señor e pasó el Jordán e Simeón, su hermano, con él. E fueron corriendo a Galilea a desora. Adereçó batalla contra sus enemigos e mató e derribó en tierra ocho mil varones. E libró a sus hermanos de Galilea.

   E pasó otra vez el Jordán e fue contra Tomicor e fallólo lidiando en tierra de Galgat. E como oyeron Tamicor e su gente la venida de Judá, echaron a foír e dexaron sus tiendas e cargos. E Judá mandóle poner fuego e çercólo en una villa que llamaban Mocal. E tóvolo çercado tres meses e tomó la villa. E fuyó comienço de noche. E quemó Judá la villa e pasó por espada todos los d’ella.

   E tornó a Jherusalem con grande onra e franqueza e grand nonbradía e fizo el su nonbre mucho grande.

    

   Título de cómo los romanos ovieron sus alianças con Judas Macabeo e con los suyos por la su grande fama e barraganía [col. b] que d’él sonava por el mundo

   E en aquel tienpo pasó Aníbal, Rey e Enperador de Cartago de África, poderosamente e fue contra Çafarrac, que es tierra agora Castilla, e ganó la más d’ella. E dende pasó [e]n (145) Etalia e guerreó mucho a la çibdad de Roma. E pasó en todos sus fechos segund se contiene en los títulos de sus fechos. E oviendo Roma su gloria e trihunfo, ovieron los romanos aliança e consideraçión con Judá e con los macabeos e con todos los misericordiosos de tierra de Judea, segu[n]d e por la forma que Judá hordenó. E sosegó en aquel tienpo, que non ovo batalla en ocho meses. E juzgo Judá su pueblo e a estroír los maliçiosos.

   E en esto, la gente de Maçedonia e los de Nabé (que) echaron en la mar dozientos judíos. E sopiéndolo Judá, lloró e ayunó e fizo oraçión al Señor Dios e fue sobre ellos. E çercó Jafa e tomóla. E mató a todos a espada e quemó al lugar. E vengóse la venga[n]ça de mugeres e fijos que fueron echados en la mar.

    

   Título de cómo Judas Macabeo mató a los ladrones en la su çibudad, donde fazían grand daño, e cómo, de tornada, vençió quatro reyes e mató treyenta e çinco mil omes

   E partiendo de allí Judá, fue al desierto de Arabia e mató mucha gent’. E los que fincaron fízolos pecheros. E tornando para Judea pasó por un lugar que avía robadores desvergonçados e desonraron a él e a toda la gente de Judea. E rogando él al Señor Dios, tomó su escudo en la mano siniestra e la espada en la mano diestra e saltó contra la puerta del lugar. E corrieron con él los mançebos macabeos e pegaron fuego a las puertas. E entró en la villa e fizo tal matança en la gente d’ella [qu]e dos leguas corría el lago de // [Fol. 33 r., col. a] la sangre.

   E dende fue Judá su camino e salió a él Tamicón, el que fuyó d’él en la vatalla primera susodicha, con çiento e veinte e çinco mil peones e mil cavalleros. E fizo Judá oraçión al Señor Dios e fue contra Tamicón con diez mil varones escogidos de los mançebos. E creçió la vatalla muy fuerte. E mató Judá de la gente de Tamicón treinta mil varones e volvió a foír. E fueron en pos d’él Carós e Cuçipios e caudillos de la hueste de Israel e prendiéronlo e lleváronlo preso a Jherusalem.

   E salió de allí Judá camino del desierto e encontró el poderío de los griegos, que venían de Aravia. E peleó con ellos e vençiólos e mató muchos. E fue a la grand çibdad Çepalín, los quales con temor le abrieron las puertas e se echaron a sus pies diziendo que ellos nunca avían fecho dapño ni enojo, antes le avían fecho buena conpañía, si non que gelo preguntasen a ellos. E dexólos con Trato e tornó a Jherusalem.

   E pasada la fiesta, salió contra él Gorgión, caudillo de la hueste edomia. E fue Judá contra él con tres peones e quatro cavalleros e trabóse batalla contra ellos. E cayeron de los de Judá parte de sus mançebos. E fizo oraçión a Dios e saltó en el real de los griegos e mató muchos onbres. E tornó Juda toda la tierra de Edomía su pechera e tornóse a Jherusalem.

    

   Título de cómo Judas Macabeo vençió en batalla Hantepetrar, que le entró en tierra de Judea por enbidia, e dio salto en el su real de noche e mató mil varones e cómo lo vençió

   E como oyó Antepetrar todas estas vatallas que fizo Judas, desfizo su paz, pesándole de lo que le avía fecho. Con poderío de gente e con Cliçia, su primo, e con gente muy fuerte entró en tierra de Judea e çercó la çibudad de Viten. E Judas e los [col. b] sacerdotes llamaron al Señor faziendo sus ayunos e sacrifizios. En aquella noche dio salto Judá con sus mançebos en el real e mató a quatro mil varones e el mayor de los elifantes. E otro día adereçó el Rey vatalla fuerte contra Judá e Judá dio salto en ellos e cayeron en aquella hora de los honrados del Rey ochoçientos, sin otra gente menuda. E ovo el Rey fuerte temor e ovo paz con Judá. E diole el Rey grande thesoro al tenplo de Dios, que hera en Jherusalem. E fuese el Rey a Maçedonia e Judá començó a governar su pueblo.

    

   Título de cómo Judas Macabeo vençió a Nicor e a los maliçiosos judíos que a [é]l fueron e de la grande matança que en ellos fizo

   E después d’esto allegó Anicanor e toda su gente e salió Judá contra él e con todos sus barraganes e trabaron batalla entre ellos. E cayeron de los barraganes de Nicanor diez e ocho mil varraganes. E fue vençido e preso por Simeón e dado el poder de Judá. E ovo piedad d’él e soltólo. E sosegó la tierra un año.

   E morió el Rey de Maçedonia e reinó su fijo. E fueron a él los maliçiosos judíos e movieron a lidiar contra la tierra de Judea. E salió Judá a ellos e trabó batalla con Barraganes e Filofos e echó muertos çiento e veinte de los mejores de Maçedonia. E mató a Filofos e tomó preso a Varraganis e cortóle las manos e enbióle a Maçedonia.

   E de cabo tornó Alimacón el Descreído e escandarizar al Rey de fazer mal a Israel e allegó todo su poderío. E vino e falló a Judá a desora lidiando contra Quenc e Caint, dos varraganes de Maçedonia. E avía con Judá trezientos varones varraganes de los macabeos e dixieron a Judá sus varraganes:

   -El sonido de la gente que viene contra vos son (146) / [Fol. 33 v., col. a] muchos e nosotros somos poca gente e tornémonos a la çibdad, a nuestras fortalezas, fasta que se lleguen a nos nuestros hermanos e lidiaremos con ellos.

    

   Título de cómo veniendo el rey Maçedón que estonçes reinó e con muchas gentes, dieron los suyos a Judas que se recogiesen fasta le veniese la gente e non quiso sinon lidiar e de cómo morió él e muchos de los suyos

   E díxoles Judá:

   -Non es dado a nos de fuir d’ellos, por quanto fasta oy avemos sido varones e avemos avido fama e varraganía e, si es llegado nuestro tienpo de morir, muramos por el Señor Dios e por su ley; e si non es llegado, non moriremos, ca non muere el honbre ante de su tienpo.

   E partió Judá a sus mançebos en dos partes e lidió con çiento e çinquenta Judá por la parte diestra e Simeón, su hermano, con otros tantos por la parte siniestra. E trabesaron la vatalla entre ellos muy fuertemente. E dixo Judá:

   -Non es a nos foír.

   E el Rey esforçando a sus varones diziendo:

   -Este es el día que esperávamos.

   E quebrantaron la parte diestra delante Judá, que andava delante d’ellos, matando fasta que cansaron de matar, e quedó la parte siniestra a çaga de Judá. E paró mientes de volver e vido la vatalla contra él, de cara e de çaga, e non avía logar de foír. E echaron los vallesteros contra el justo de Judá como llover aguas a tierra e non osavan allegar a lo prender, que temían d’él, ca de su miedo temía toda la tierra.

    

   Título de cómo cayó muerto el justo varón Judas Macabeo e muchos de los suyos con él e de [col. b] la grand matança qu’él fizo en [e]llos antes que moriese e de cómo los misericordiosos fueron en quatro meses perseguidos

   E estonçes cayó Judá, varón justo e misericordioso(s). E sus varones lidiavan a fuerte lidiar después d’él fasta la muerte e mataron de sus contrarios fasta que cansaron que non podían andar. E morió en aquella vatalla Amilicot, caudillo de Maçedonia, e el Rey fue llagado de fuertes llagas e tornó a su tierra a guareçer.

   E en aquel tienpo fue grand tribulaçion e fuerte angustia al pueblo de Israel, que tal non fue desd’el día que se destroyó la casa santa. E dio el Rey el saçerdoçio Alimacot el Aviltado. E fue Jherusalem en subjeçión quatro meses.

    

   Título de cómo Joanatás, hermano de Judas Macabeo, fue fecho caudillo en logar d’él sobre los misericordiosos judíos e de los grandes fechos que fizo en sus vatallas e matanças

   Muerto este esforçado cavallero Judas el Macabeo, dixieron los judíos a Joatás, su hermano:

   -El que hera encendedor de nuestras vatallas es falleçido. E agora sed vos a nos por caudillo de vatalla contra nuestros henemigos a muerte o a vida.

   E deçendió Joatás en la conpañía de los misericordiosos de los montes donde avían foído. E traxo a su hermano Judá e a los mançebos que cayeron con él e ençerráronlos con grand llanto e dolor. E después d’estas cosas, salió Joatás con sus varones e entraron con él. E encontraron con gente de Maçedonia, que de Arán con fija del Rey de Armenia e con su marido, fijo del Rey de Maçedor, que avía casado con ella. E los que benían seguros matáronlos Joatán e sus man-cebos // [Fol. 34 r., col. a], que no quedó ninguno d’ellos. E fuyó el Rey, su padre, e enbió seis mil cavalleros contra Joatás, el qual, tomándolos en çelada, dio en ellos a desora e matólos todos, que non dexó uno a vida.

    

   Título de las vatallas que vençió Joatás, hermano de Judas Macabeo, e de cómo morió en una vatalla, seyendo vençedor e oviendo muerto al Rey de Macedonia

   Desbarató al rey Baquiros e mató mucha gente. E de cabo juntó el rey Baquiros mucha gente e çercó a Juanatás e Simeón, su hermano, en la çibudad de Versavá. E dix[o] (147) Juanatás a su hermano:

   -Simeón, más vale salir e morir con ellos que no estar ençerrados.

   E salieron e dieron salto en el real e mataron mucha gente e quemaron los engeños. E mataron al rey Idián e al rey Casidón, que avían venido en ayuda de Vaquiros, e prendieron a Vaquiros, Rey de Maçedonia. E fízolos que non lo matasen e juróles de nunca les fazer guerra e de tornar quanto avía robado de tierra de Judea. E conpliólo todo e dio grande ofrenda a la casa del Señor Dios. E esforçóse Joanatás en el Señor Dios e juzgó a su pueblo en justiçia e estovieron en seguro todos los días de su vida.

   E en aquel tienpo salió Çaquimos, del linaje del rey Alixandre, por destroír el reino de Maçedonia e el rey Baquiros enbió a llamar a Juanatás, diziéndole:

   -Sea agora tu poder comigo en ayudar contra Liçio, que mató a tu hermano Judá.

   E Joatás fue con todo su poder en su ayuda e estroyeron toda tierra de Maçedón sin piedad. E fue preso Liçio, Rey de Maçedón.

   E en aquella vatalla morió Joatás, el honrado e justo varón. E el tienpo qu’él reinó fue siete años. [col. b]

    

   Título de cómo fue alçado caudillo de los macabeos Simeón, hermano de Judas e de Joanatás, e de los grandes fechos que fizo en fecho de armas e de la su muerte

   E muerto Juanatás, Simeón, su hermano, tomó el saçerdoçio e fizo todo su poderío e mató a los que lo aquexavan. E vino contra él Antioco con muy gran poder. E salieron contra él Simeón e sus fijos e la conpaña de los macabeos e todos los barraganes de Judea. E ovieron fuerte vatalla e fue desbaratado Antioco. E mataron todo el su poderío, que non escaparon ninguno salvo Antioco con poca gente. E moró Israel en paz e seguridad todos lo días del dicho Simeón. E estando en grand estado, Talmay, Rey de Hegito, conbidó a Simeón. E fiándose d’él, fuese a su conbite e, por su consejo de Antioco, diéronle ponçoña en vino e morió el justo Simeón. E tomó Talmay presos a su muger e a sus fijos. E los días que reinó Simeón el Justo fueron ocho años e sus fechos e varraganías que fizo son puestas en las corónicas de los reyes macabeos.

    

   Título de cómo fue alçado caudillo de los macabeos Orcanos, fijo de Simeón, e de los sus grandes fechos e conquistas que fizo

   Muerto Simeón, tomó el saçerdoçio Orcanos, su fijo, e veno a Jherusalem con toda la conpaña de los misericordiosos. E salió de allí e mató a los de Maçedonia a espada e vengó la muerte de su padre. E este Orcanos fue el que más grandes fechos fizo de todos los mancebos, fuera sacando Juda el Macabeo, el nonbrado. E sojuzgó este Orcanos e vençió a todos los malquerientes e atrebutó muchos d’ellos. E nunca fue vençido. E en cabo de su fin e conplido su tienpo, este rey Orcanos se a-cogió / [Fol. 34 v., col. a] a su pueblo e reinó treinta e un años. E todas sus varraganías e las çibudades que ganó de Armenia e de Maçedonia escritas son en la istoria de los macabeos.

    

   Título de cómo fue alcado caudillo de los macabeos Artillos, fijo de Orcanos, e de sus fechos

   E muerto este rey Orcanos, reinó Artiblos, su fijo, en su lugar e largó el término del pueblo de Israel. E lidió contra los de Cor de Çidón e derramó d’ellos mucha sangre e fízolos subjetos so el poderío de Judea. E este Artiblos fue el que menospreçió el saçerdoçio e puso corona real en su cabeça. E endureçió en crueldad e prendió a su madre e a sus hermanos en fierros porque se reçelava d’ellos. E vençió a la grand gente que se llamava próquitas e fízolos çircunçidar. E fízolos subjetos de Judea. E reinó un año. E llorólo toda Judea, que lo amaban todos porque era franco e varón de probecho. E sus varraganías escritas son en las corónicas de los macabeos.

    

   Título de cómo fue alçado caudillo de los macabeos Alancandar, hermano de Artiblos, e de los sus grandes fechos

   E muerto este rey Artiblos, reinó Alançandar, su hermano, en su lugar, que fizo grandes fechos e vençió muchas vatallas. E fue vençedor e sostovo toda la tierra de Judea. E estando Alancandar en grand estado creçió vatalla entre él e los fariseos e duró entre ellos seis años. E mató d’ellos en estos seis años çinquenta mil varones en vatalla. E después vençió muchas vatallas e [col. b] fizo grandes fechos e ganó muchas çibudades. E después adoleçió e duró tres años doliente. E reinó veinte e siete años e las sus cavallerías escritas son en la istoria de los macabeos.

 

   Título de cómo fue alçado caudillo de los macabeos Artiblos, fijo de Alcandar, e de los sus fechos

   E muerto este rey Alcander, reinó Artiblos, su fijo. E ovo grand discordia entre él e su hermano Artiblos. E en aquella sazón vino el grand Ponpeo a Judá, que era caudillo mayor del pueblo e çibudad de Roma, e dio el reino a Orcanor. E dexó con él, por lo ayudar e enreinar [a] (148) Entrepetrar, que fue padre del rey Herodes. E llevó preso a Roma Artiblos e a sus fijos e fijas, sinon a uno que se llamava Alançadar. E fuyó de Ponpeo, que con ellos avía quedado, e fueron a tierra de Aravia. E lidiaron con aquellas gentes e vençiéronlos e feziéronlos fuir.

    

   Título de cómo fue caudillo de los macabeos Orcanos, segundo d’este nonbre, e de los sus fechos cómo le acaesçieron

   E después d’esto, estando Horcanos e Anceptar en esta conquista, entró Orcanos, fijo de Artiblos, en la çibudad de Jherusalem e acogiéronlo de buena miente. E venieron los dichos Orcanos e Antepetar e los romanos que con ellos heran a Jherusalem e salió Orcanos a ellos e pelearon en uno en fuerte vatalla. E morieron de los romanos veinte e çinco mil onbres e morieron de los de Jherusalem nueve mil onbres e fueron ençerrados en la çibdad de Roma.

   E después d’esto fuyó de la çibdad de Roma Artibles e vínose para Jherusalem a su fijo. E ovieron padre e fijo muchas batallas con los romanos. E en cabo fue Artibles vençido e ferido de muchas feridas e preso e llevado de Roma, de los quales morió. E reinó Artibles tres años e // [Fol. 35 r., col. a] medio, varón honrado e varragán e de larga voluntad e de fermosa vista. E después enbió el enperador a sus fijos de Artiblos de Roma a Jherusalem, por ruego de su madre.

    

   Título de cómo fue alçado caudillo de los macabeos Orcanos, después que lo avían echado de Jherusalem

   Después d’esto, reinando Orcanos e Antepetar estando con él, folgó tierra de Judea en paz e labró Orcanos la çerca de Jherusalem, que avía derrocado Penpeos. E este Orcanos era de sana voluntad e de obras llanas e perezoso de entrar en vatallas. E veyendo Antepetar su pereça, puso sos dos fijos mayorales en toda tierra de Judea por mandado de Orcanos: Apolecio, su fijo mayor, en Jherusalem e a Herodes, por mayoral en Galilea, que era moço de quinze años lidiador.

    

   Título del enreinamiento del rey Herodes quando reinó sobre los judíos

   E en aquel tienpo salió de Jherusalem un varón, Ezechía avía nonbre, de los portilladores en la ley. E hera omne denodado robador e allegáronse a él muchos aportilladores. E salió Herodes a él a las tierras que andava faziendo mucho mal e vençiólo e matólo, a él e a todos los barraganes. E ovo por ello mucho algo e grand preçio de Çésar. E por esta causa e por las guerras del rey Orcanos e de Artiblos, su hermano, e de sus fijos de anbos [a] (149) dos, que heran del linaje de los reyes macabeos, e porque por su discordia fue dañada e abaxada mucho la tierra de Judea e por estas cabsas e por los muchos serviçios que Herodes avía fecho e fazía de cada día al Inperio de Roma, fue alçado Rey de toda tierra de Judea. E aunque él hera pagano, todos los judíos lo resçebieron en concordia por rey. E aquí se conplió la palabra de Jacob que dixo a su fin, quando dio la vendiçión a sus fijos. [col. b] E entre los quales dixo:

   -E tú Judá, mi fijo segundo, de tu generaçión non falleçerá rey en el pueblo e tierra de Judea hasta que venga el Mexías, fijo de Dios, a ser onbre en el mundo eternal.

   E dixo verdad, que antes que Herodes reinase un año nasçió Nuestro Señor e Redentor Jhesuchristo.

    

   Título de cómo el rey Herodes se puso con esforcado coraçón delante Jullio, seyendo su enemigo

   En esta sazón era muerto Jullio César, segund se contiene en la su istoria, e César Augusto, que fue enperador e después de muchas vatallas mató a Briao e a Casio, que lo mataron; e después mató Antonio su cuñado, porque se rebeló contra él. E vino con toda su hueste por la mar a tierra de Judea por lo destroír e matar al rey Herodes, por quanto hera de la parte de Antonio. E quando lo sopo Herodes que lo venían por matar, fuyó en una nabe e con esforçado coraçón fuese derechamente a Çésar Augusto. E como llegó ant’él, non quitó de sobre sí de toda la honra real, salvo la corona, e dixo así:

   -Señor, si por razón de la amistança que yo avía con Antonio ovistes saña contra mí, non encobriré de vos cosa, ca conosco por qué fu[i] (150) amigo de Antonio e que, si bivo fuese, sería su amigo, que me ayudó a enreinar e puso corona real en mi cabeça. E no fuy con él a Roma contra vos en vuestras vatallas, salvo enbié mis gentes en naves cargadas de pan e viandas. E non de temor de las batallas me detove, salvo por razón de las vatallas que tenía con los alárabes. E por consejo de Calaotro, su mujer, non me quiso levar consigo. E aun si fuera yo en la vatalla, yo le esforçara e le escapara e de çierto non lo fuera enemigo. E aun le ayudara e lidiara su vatalla con barraganía. E si fuera yo, lo ayudara. E es çierto que non he encobierto de vos cosa por ser / [Fol. 35 v., col a] ante vos, ca non desanparara a mi amigo si lo viera en afincamiento, ca el vuestro juizio es más fuerte contra mí que vuestra vatalla, ca en el juizio non aprovechan el onbre su fuerça, que por su pecado será condenado. E vos vençistes por vuestro saber e poder e Antonio cayó por menguado seso e por mal consejo, que creyó a su muger Calahorra, la reina egeçiana. E si él oyera de mi consejo, non lidiara contra vos. E yo quité la corona de mi cabeça, pero non quité la mi fuerça e varraganía e seso. E vine a estar en vuestro juizio e, si vivo, seré a vos fiel e verdadero, como fuy a los otros que fueron ante que vos en el señorío de Roma, que seré enemigo de vuestros henemigos e amador de los que vos amardes, ca esta es nuestra costunbre, ca muchos nos amaron e se esforçaron en nos e se arrimaron a ora de su afinamiento.

   E acabada su razón, respondióle Çésar Agusto e díxole:

   -Herodes, Rey de Judea, a vos perteneçe reinar, que sodes fiel a vuestros amigos e guardastes amistança con Antonio; mas agora sed nuestro amigo. E yo vos quiero dar galardón al doble de lo que vos dava Antonio e todo lo que ovierdes menester.

   E fue Augusto a Roma e Herodes quedóse en su reino.

    

   Título de los buenos fechos que fizo Herodes, rey de los judíos, después que ovo la graçia de Jullio César

   E después d’esto, quedó Herodes muy honrado e apoderado e rico e demasiadamente. E adereçó e pobló muchas villas e çibudades que heran dañadas e despobladas. Fizo la casa santa e santo tenplo de Jherusalem, atal e tan bueno como [col. b] lo ovo fecho el rey Salamón; e duró la obra d’él desd’el día que lo començó ocho años conplidos, en los quales se falla por la Bribia que non llovió gota de agua del çielo por non fazer destorvo en aquella obra, sinon que llovía de noches todo lo que era nesçesario para la tierra. E después d’esto ovo mucha discordia entre el rey Herodes e sus fijos, a los quales avía de muchas mugeres, a los quales él fizo matar por le ser desconoçidos; e otrosí mató a muchos de los que fueron contra él.

    

   Título de cómo el rey Herodes fizo muchas crueldades e muertes e de la apasionada muerte que él ovo e del cabo de sus fechos

   Este rey Herodes fizo matar a los inoçentes por la profeçía que se dixo por el ángel a los pastores, que hera naçido el que avía de reinar en Judea e cuidando matar a él con ellos quando su madre fuyó con él ha Egito.

   E fue este Herodes onbre de baxa sangre e de poca manera. E por vondades alcançó todo su hestado e honor e fue onbre mucho omiçioso. E éste mató al rey Orcanos, su suegro; e a Salomica, su suegra; e a Metemí, su muger; e Arcanos e Artibles, sus fijos, que eran del linaje de los macabeos; e mató a Pereda, su hermano, e a todos éstos con cabsa, aunque non ovo piedad, porque era cruel de natura.

   E fizo muchas vatallas e sojuzgó muchas tierras. E morió Herodes de su dolençia mucho pasionado e dexó por rey a Orcanos, su fijo. E el tienpo en que reinó Herodes en Judea fueron treinta e un años e de su naçimiento setenta e tres años.

    

   Título de cómo reinó en Jherusalem Orcanos [e] después de su presión reinó Agripa, su hermano

   E muerto Herodes, reinó Orcanos nueve años e fue preso por los romanos porque se rebeló contra ellos. E morió en la // [Fol. 36 r., col a] prisión. E después de muerto, regnó en Judea Agueripa, su hermano, en su lugar.

   En este tienpo morió el henperador Çésar Augusto e reinó Tiberio Çésar, el qual enbió a Pilatos a Jherusalem e fizo grand matança en los judíos de la çibdad. E en aquel tienpo morió Agripa, fijo de Herodes, Rey de Judea, e enreinó Anticos, su fijo, e tornó su nonbre Herodes. E hera más maliçioso que quantos fueron ant’él e mató muchos nobles judíos. E fue desterrado por el enperador e morió en tierra de Castilla. E reinó en su lugar Agripas, nieto de Herodes, veinte e tres años.

   E en su tienpo morió Tiberio Çésar e reinó Gayo Çésar, el que se fizo llamar Dios, e los que non quisieron obedeçer murieron por armas. E él fue muerto por los suyos por este pecado.

    

   Título de cómo reinó Agripa, fijo d’este Agripa, e de los fechos que fizo en su reinamiento

   E morió Agripa, Rey de Judea, e reinó Agripa, su fijo, veinte e tres años, que en el tienpo d’este Agripa recreçieron muchas vatallas e robos e escándalos en tierra de Judea, por donde en veinte años non çesaron. E en aquel tienpo los aportilladores de tierra de Judea feçieron mucho daño, contra los quales los buenos judíos ovieron mucha guerra con los romanos, en las quales los romanos fueron vençidos e fueron muertos muchos d’ellos. E apoderáronse en la çibudad de Jherusalem Simeón Elcaçar, que eran caudillos e capitanes de los aportilladores, e mataron muchos de los justos judíos. E fuyó Agripa, Rey de Judea, para Roma a buscar ayuda e socorro contra los aportilladores.

    

   Título de cómo fueron destruidas e desatadas la çibdad de Jherusalem e el santo tenplo e muertos e cabtivos todos los judíos d’ella e fueron despo-blados [col. b] por sienpre jamás con sus señ[o]ríos por los enperadores Bespesianos e Titus, su fijo, de Roma

   Contado ha la istoria cómo creçieron roídos e vatallas entre los malos judíos aportilladores, que ovieron este nonbre porque quebrantaban la ley e los misericordiosos judíos e los santificados macabeos, en lo qual los malos judíos aportilladores, a traiçión e a mala verdad, mataron muchos misericordiosos judíos e se apoderaron mucho en toda la tierra de Judea, por lo qual Vaspasiano, enperador de Roma, e Titu, su fijo, venieron con gran poderío a tierra de Judea, porque se avían rebelado aquellos aportilladores. E sojuzgáronla toda, faziendo mucha matança de judíos e quemando e desatando muchas çibudades, en tanto grado que todos los judíos aportilladores se retraxieron con todas sus alcabalas que con ellos remaneçieron de aquella destruiçión a la çibudad de Jherusalem, en la qual fueron çercados Joanatás e Simeón, caudillos de los judíos aportilladores, por Titus, fijo del enperador Vaspasiano, el qual se fue para Roma e dexó todo el poderío a su fijo. E la çerca d’esta çibudad fue tan afincada por largo tienpo e por la fanbre d’él e por los conbates que le fueron dados e por muchas vatallas que entre los de la çibdad e los de fuera se feçieron e de las grandes mortandades que de anbas las partes se fizieron, oras peleando fuera, oras en el conbate, que sería larga escritura si por menudo se oviese de escrevir.

    

   Título de los grandes fechos de armas que los judíos çercados de Jherusalem fazían en el real d’ellos e d’esta destruizión [Fol. 36 v., col. a]

   E después de todo esto, de la dicha çibdad de Jherusalem salían muchos judíos de noche e del día al real, porque los seguraban que eran de los misericordiosos. E avían tragado mucho oro e, quando fazían sus neçesidades, buscávanlo e fallavan mucho d’ello en sus neçesidades, que fazían por los muradales. E fue savido por los romanos e, por cobdiçia del hor[o] (151), matávanlos e indíanlos e fallábangelo en los estómagos. E por esta cabsa morieron muchos más, salvo porque lo sopo el enperador Titus e lo vedó, faziendo grand escarmiento en los suyos.

   E en fin de todo esto, la dicha çibudad e tenplo fueron destroídas e quemadas. E fue la quenta del pueblo que morieron de espada e de fanbre mil vezes mil personas e más çinco mil, los quales venían a fazer la fiesta tres vezes en el año al santo tenplo. E los que llevó Tito fueron noventa mil personas. E los aportilladores e sus capitanes, Simeón e Juatán, morieron en vatalla e algunos que escaparon d’ellos fueron presos e, vivos, dados a comer a los leones e a las alimanias brabas, fasta que fueron todos acabados. E las más d’estas gentes morieron de fanbre, porque se falla que desde el comienço del mundo fasta estonçes nunca gentes çercadas ni por guerra fueron tan lazeradas e trabaxadas de fanbre e de todos lazerios que sobre gentes podían, como fueron estos miserables judíos, ni que tan miserablemente feneçiesen sus días. E los más d’ellos non fueron enterrados, sinon comidos de canes e de aves e, non los podiendo comer, podreçieron allí fechos todos gusanos. Otrosí se mataron muchos judíos en sus casas, matando sus mugeres e fijos [col. b] e después matando a sí mesmos por non çofrir las penas de los romanos. Otrosí fueron quemados muchos romanos que avían entrado en el alcáçar e palaçios que ovo fecho Salamón para su morada porque les dieron fuego por de yuso los judíos, que non podían salir ningunos d’ellos. Así morieron en esta çerca çien mil omes e más de anbas las partes.

   Los judíos que escaparon fueron vendidos treinta por un dinero, derramados por todo el mundo, porque ellos conpraron al Nuestro Señor por treinta dineros. E por que andobiesen a cada parte por remenbrança de la su Pasión, así han de andar fasta en la fin del dicho mundo, en remenbrança de la Pasión, fasta el día del juizio, deshonrados e subjetos a todas naçiones. Así quiso Nuestro Señor tomar vengança en público e porque se conpliesen los dichos de los profetas, que antes en el comienço del mundo e después fasta estonçes por su graçia fablaron; otrosí de las palabras que Él desde su Naçimiento fasta su Pasión dixo e de la dicha destruiçión de la dicha çibudad de Jherusalem. [Fol. 37 r., col. a]

   Aquí se acaba el libro segundo de los veinte e çinco libros que Lope Garçía de Salazar fizo en esta Istoria de las bienandanças e fortunas, estando preso en la su casa de Sant Martín, e comiénçase el terçero libro, en que fabla de la puebla e fundamiento de la noble çibudad de Troya, desde Dardanio, su primero rey que la fundó e pobló; e de las destruiçiones primeras que los esparcos e el rey Arbeco en ella fizieron en el enreinamiento de los reyes Enconio e Tronus; e de la terçera destruiçión qu’el noble cavallero Hércoles de Greçia en ella fizo e de la muerte de Laomedón, qu’él mató; e del linaje de Jasón e de los fechos que en la isla de Colcas sobre la lana dorada fizo; e de la sabia Medea e de las sus crueldades; e de los estraños fechos que el dicho Hércoles fizo en Greçia e en todas las otras partidas del mundo fizo e de la su cruel e desaventurada muerte; e de cómo se mató Daimira, su muger, por ella; e de cómo el infante Príamo después reinó en Troya, reparó e avolliçió; e del naçimiento de Paris e del consejo qu’el rey Príamos ovo con los suyos; e de cómo Paris traxo a la reina Helena de Greçia; e de cómo los griegos venieron sobre la çibudad de Troya e de las naos e prínçipes que allí venieron. E comiénçase en fojas XXXVII.

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95.- Espacio en blanco en el manuscrito. R. H.: por mandado de Dios, ed. cit., vol. I, p. 65.

   96.- Espacio en blanco en el manuscrito.

   97.- fue, interlineado por otra mano.

   98.- Espacio en blanco en el manuscrito.

   99.- Idem.

   100.- Espacio en blanco en el manuscrito; R.H.: anunció, ed. cit., vol. I, p. 66. Todos estos espacios en blanco también están en el manuscrito 1634 de la B.N.

   101.- Se ha empleado la misma abreviatura que más adelante corresponde a Juan; quiza la intención primera fuera la de abreviar el nombre de Sansón. En el mansucrito 1634 de la B.N. se ha tachado la abreviatura y otra mano ha añadido en el margen en junio.

   102.- Falta un folio, hecho que refleja la propia numeración romana del manuscrito. Afortunadamente se ha conservardo el texto del mismo en el ms. 1634 de la B.N., que transcribo a continuación. En este manuscrito ocupa bastante más espacio que en el códice de Mieres, ya que se dispone entre los folios 32 r. y 34 r.

   103.-Añadido por otra mano.

   104.- del, copiado dos veces.

   105.- El número 6, interlineado por otra mano.

   106.- La actual lectura parece una corrección posterior; debajo puede leerse masaevos.

   107.- quedado, interlineado por otra mano.

   108.- El número 7 ha sido añadido por otra mano.

   109.- Faúl, en el manuscrito.

   110.- Las grafías transcritas entre corchetes son obra de otra mano.

   111.- Aquí finalizaría el folio XX del códice de Mieres.

   112.- Las dos primeras sílabas han sido tachadas y B ha interlineado las sílabas blasfe-.

   113.- Otra mano ha interlineado la sílaba da.

   114.- Se han interlineado las sílabas cir– y –ci-, que dan como resultado circuncidados.

   115.- pressas, escrito un poco más arriba, repetido aquí.

   116.-Espacio en blanco en el manuscrito.

   117.- Salamón, en el manuscrito; B:David , interlieneado.

   118.- David , en el manuscrito; B:Absalón, interlineado

   119.- a, interlineada por otra mano.

   120.- dorna, en el mansucrito; en el ms. 1634 se copió también dorna, pero fue corregido en dormirá fol. 37 v.

   121.- el, repetido seguidamente.

   122.- a, repetida detrás.

   123.- me, tachado en el manuscrito.

   124.- Espacio en blanco en el manuscrito.

   125.- Espacio en blanco en el manuscrito.

   126.- inposible, la primera sílaba interlineada por B.

   127.- de la virginidad, repetido seguidamente.

   128.- rodeando, repetido.

   129.- si en el manuscrito.

   130.- En blanco en el manuscrito.

   131.- que, interlineado por otra mano.

   132.- e, escrita dos veces.

   133.- rizo, en el manuscrito.

   134.- no, interlineado por otra mano.

   135.- es, repetido seguidamente.

   136.- que bi, repetido.

   137.- tode, en el manuscrito.

   138.- se, en el manuscrito.

   139.- salidón, en el manuscrito.

   140.- Espacio en blanco en el manuscrito.

   141.- e, repetida seguidamente.

   142.- al, en el manuscrito.

   143.- Espacio en blanco en el manuscrito.

   144.- e matólo, al final del folio como reclamo.

   145.- in, en el manuscrito.

   146.- son, repetido a continuación.

   147.- La grafía o de dixo, interlineada por otra mano.

   148.- e, en el manuscrito.

   149.- e, en el manuscrito.

   150.- fue, en el manuscrito.

151.- hora, en el manuscrito.