Libro XVIII

   [Libro XVIII]

   Muerto el dicho rey don Pero, como dicho es, fincó por Rey de Castilla e de León don Enrique, su hermano bastardo, segundo d’este nonbre, el XIV rey que reinó en Castilla e en León, que fue todo el tienpo del su reinamiento XIII años, los tres en discordia e los diez paçíficamente. E reinó en el año del Señor de mil CCCLXVII años e sus fechos señalados son estos que se siguen:

   En el tienpo que morió el rey don Pero, e reinando el rey don Enrique, el rey don Ferrando de Portogal ayuntó todas sus gentes por tierra e grande [col. b] armada por la mar, deziendo que a él perteneçía reinar en Castilla e León, pues el rey don Pero no dexara fijos legítimos, deziendo qu’él era nieto legítimo del rey don Sancho de Castilla. E porque las çiudades de Çamora e de Çiudad Rodrigo e de Valençia e de Alcántara estavan reveladas al rey don Enrique, entró en Galizia e diósele la çiudad de La Curuña. E luego que lo sopo este rey don Enrique, tiró camino de Galizia para pelear con él. E como el rey don Ferrando sopo su venida, no lo quesiendo esperar, enbarcó en sus galeas e fuese a Lisbona. E entró el Rey en Portogal e çercó la çiudad de Braga e tomóla por conbate d’engeños e de lonbardas, entrándola por fuerça de armas. Cercó e conbatió la villa e castillo de Gimaranes e, no la podiendo tomar, fue sobre Vergança e tomóla con su castillo; e dexó en ellas capitanes e gentes e vínose para Castilla faziendo mucho daño entre Duero e Miño.

    

   Capítulo cómo el Rey de Granada por su cuerpo con toda la morería de su reino toma las villas de Algezira e las despobló

   En estos días, sopiendo el Rey de Granada cómmo las villas de Algezira estavan a mal recaudo, vino sobre ellas con todas sus gentes e tomólas e desatólas todas por el suelo e pasó las maderas e piedra e teja a Çeuta. Cortó todos los árvoles e viñas por que no las poblasen otra vez christianos, de lo qual ovo en todos los reinos de Castilla e de León por el Rey e por todos mucho pesar, porque las ganara el noble rey don Alonso con muchos trabajos de su persona e reinos e otrosí porque era grande puerto de mar e conplía mucho al reino del Andaluzía e logar avastado e vertuoso de todas cosas de mantenimientos de frutas e de otras cosas.

    

   Título de cómo morió el conde don Tello, Señor de Lara e de Vizcaya, e eredó la reina doña Juana los dichos señoríos

   En el reinamiento de los V años del rey don Enrique morió el conde don Tello, Señor de Lara e de Vizcaya, estando frontero de Portogal. // [Fol. 332 r., col. a] E matólo un físico romano con yerbas, curando d’él, por mandado del Rey, su hermano, porque le andava poniendo sienpre bulliçio en el reino e lo servía de malamente. E eredó la reina doña Juana, su muger, a Lara e a Vizcaya porque le venían por erençia de su madre.

   

   Título de cómo el rey don Enrique çercó a Carmona e a Martín López de Córdova, que tenía allí a los fijos del rey don Pero

   En este mesmo año çercó el rey don Enrique la villa de Carmona, que estavan en ella Martín López de Córdova, Maestre de Calatrava, e a Martín Ferrández, thesorero que fuera del rey don Pero, que tenían allí a los fijos del rey don Pero, que fazía mucha guerra de allí. E conbatiéndolos un día, quebraron las escalas por donde subían la gente e cayeron muchos muertos d’ella; e quedaron ençima de la çerca quarenta omes de armas e, rendidos e presos, fuéronlos [a] degollar, por qu’el Rey e todos los suyos ovieron mucho pesar. E tóvolos çercados largo tienpo fasta que se le dieron por fanbre. E commo quier que los tomó sobre seguro, fízolos degollar, diziendo que antes mataran ellos aquellos quarenta escuderos suyos, toviéndolos segurados e en su poder. E tomó allí a don Sancho e a don Diego e a don Luis, fijos del rey don Pero de cada tres años. E tomó allí algunos thesoros e joyas de las que quedaron del Rey.

   E estando allí sopo cómo Pero Ferrández de Velasco, su camarero, prendiera, peleando en las barreras de Çamora, a Ferrando Alonso de Çamora, que tenía la partida del Rey de Portogal, por donde se cobró la dicha çiudad, aunqu’el alcáçar estaba por él. Otrosí ovo nuevas cómmo Pero Ruiz Sarmiento e Pero Manrique, sus Adelantados de Castilla, pelearan con don Ferrando de Castro en Galiçia en puerto de Bue e lo vençieran e morieran muchos de los suyos e lo echaran de toda Galiçia e se fuera a Portogal, el qual fuera preso d’este Rey quando morió el rey don Pero e se avía entrado en la villa de Gui-maranes, [col. b] quebrantando el omenaje, quando la çercó este rey don Enrique, commo dicho es.

    

   Título de cómo cobró el Rey las villas que estavan por el Rey de Navarra que eran de Castill[a] (788) e cómmo fue el infante don Juan, su fijo, Señor de Vizcaya

   En el año del Señor de mil CCCLXX años entró el infante don Juan, fijo primogénito d’este rey don Enrique, en Vizcaya e fue reçevido por señor d’ella en la Junta General de Gernica porque le perteneçía por la reina, su madre. E quando reinó apropióla a la Corona Real e plogo mucho a todos los del dicho señorío; e juróles sus franquezas en la iglesia de Santa María la Antigua e después en Santo Fimia de Vermeo.

   Otrosí en este año cobró el rey don Enrique las villas de Vitoria e de Logroño e de Salvatierra e de Santa Cruz de Canpeço, que avían estado por el Rey de Navarra después de la muerte del rey don Pero, ca se le dieron a sus mensajeros todas. Pero la villa de Getaria no se le quiso dar en mucho tienpo, toviendo la voz del dicho rey don Pero, e traía sus naos de armada con el Rey de Portogal.

   Otrosí en este año mataron los de Paredes de Nava a don Felipe de Castro, rico onbre de Aragón que lo avía el Rey casado con doña Juana, su hermana, e gela diera con otros logares en casamiento, porque les demandó el pecho. E allegó a la ora Pero Ferrández de Velasco e peleó con ellos allí do lo avían muerto e vençiólos e mató muchos d’ellos; e entró la villa e fizo mucho mal en ella. E después vino el Rey e fizo mucha justiçia en ellos.

    

   Título de cómmo el rey don Enrique tomó la çiudad de Tuy e de cómmo sopo nuevas que La Rochela era torna[da] de Françia con ayuda del su almirante

   En el año seteno del su reinamiento cercó el rey don Enrique la çiudad de Tuy porque cavalleros de Castilla que estavan dentro en ella, que tenían la voz del rey don Pero, le fazían mucha guerra d’ella. E conbatióla con petrechos e con vastidas e conbates fasta que la tomó; e los perdonó e los tornó a su serviçio. Otrosí sopo nuevas allí / [Fol. 332 v., col. a] cómmo la villa de La Rochela, que estava por los ingleses, avían tornado los françeses a sí con la ayuda del su almirante miçer Anbrosio Vocanegra, qu’él avía enbiado con sus galeas en ayuda del rey Carlos Quinto, de que le plogo mucho. Otrosí sopo cómo peleara con el Conde de Peñabroche, que venía por capitán e logarteniente del Rey de Inguelaterra con XXXVI barcas e vallineres e con muchas gentes d’armas e que lo levaran en la mar con doze galias suyas e lo prendiera e lo traía preso con LX cavalleros d’espuelas doradas e con mucho thesoro que traía para fazer la guerra en Françia. E gelos traxo todos con ello a Santander.

    

   Título de la armada qu’el rey don Enrique fizo por sí en Santander e la enbió con su capitán e de la pelea que ovieron con los ingleses

   En el seteno año del su reinamiento vino el rey don Enrique a Santander e enbió naos de armada con Ruy Díaz de Rojas en ayuda del Rey de Françia. E llegadas en La Rochela, salieron en tierra e juntáronse con Juan de Galaz, que era françés, e pelearon con el Señor de Bronche, que era un grand Señor de Guiana que tenía la parte del Rey de Inguelaterra, el qual avía vençido e prendido en aquel día mesmo al Señor de Fus, que era françés. E pelearon con él e vençiéronlo e prendiéronlo con muchos de los suyos; e leváronlo al rey don Carlos e púsolo en presión perpetua en una torre de París, por quanto seyendo otra vez preso d’él e lo avía soltado e fecho merçed porque le fizo pleito e omenaje de nunca ser en su deserviçio, e allí morió en aquella presión.

    

   Título de la guerra qu’el rey don Enrique fizo en el reino de Portogal

   En este año mesmo entró el rey don Enrique en el reino de Portogal con todas sus gentes, porque no le guardavan las treguas que con él avía puesto el rey don Ferrando, e ganó las villas e castillos de Almaidán e Çellerico. E cercó la çiudad [col. b] de Viseo e tomóla e fue dende a Lisbona e dende a Santarén, donde estava el rey don Ferrando para pelear con él. E porqu’él no le salió tornóse a Lisbona e porque estonçes no era çercada, sino la villa vieja de arriba, (e) entróla e peleavan cada día con los de arriba. E fizo quemar todas las rúas nuevas e salióse a posar en los monesterios e comarcas d’ella. E quemaron las galeas en la taraçana e tomaron quarenta naos de la costa de Castilla que allí estavan, que los portogueses avían tomado en la primera tregua. E andubo el Rey por aquella comarca de Lisbona faziendo mucho daño fasta qu’el Cardenal de Roma vino e fizo pazes entre ellos con çiertos tratos que entre ellos se fizieron.

    

   Título de cómo llegaron al rey don Enrique el rey Carlos de Navarra e su fijo con enbaxada del Rey de Inguelaterra a Madrid

   Estando el rey don Enrique en Madrid, llegaron a él el rey don Carlos de Navarra e su fijo don Carlos e dixiéronle qu’el rey Aduarte de Inguelaterra e el Prínçipe de Galaz, su fijo, farían con él pazes e amistades e confederaçiones quales él quisiese e que se dexase del aliança e conpañía que tenía con el Rey de Françia e que ellos dexarían la demanda de los reinos de Castilla por las fijas del rey don Pero, aunque eran casadas con los fijos del dicho rey Aduarte, a lo qual él les respondió que les agradeçía mucho el trabaxo que con buena voluntad avían tomado en este fecho, ca él en ninguna manera no se partería del aliança e amistad que tenía con el reino de Françia. E no los quesiendo más oír d’ello, se partieron d’él faziéndoles mucha honra.

    

   Título de cómo la Condesa de Arlançón enbió demandar al rey don Enrique las casas e señorío de Lara e de Vizcaya e de su respuesta

   Estando este rey don Enrique allí en Madrid, llegó a él un // [Fol. 333 r., col. a] cavallero de la Condesa de Arlançón de Françia con cartas de creençia e dixo al Rey que su señora, la Condesa de Arlançón, le enbiava pedir por merçed que le ploguiese de le dar las casas de Lara e de Vizcaya con sus señoríos e heredamientos e naturalezas:

   -pues sabedes que le perteneçe por ella ser hermana legítima de don Juan Núñez de Lara, que fue Señor de las dichas casas, pu[e]s qu’él e sus erederos falleçieron todos, por que después d’ellos perteneçen a ella antes que a la reina doña Juana, vuestra muger, por ella ser su hermana de padre e de madre e la Reina es su sobrina, fija de su hermana mayor; pero porque ella morió antes que ésta, el mayorazgo de aquellas casas queda con la mayor que biva queda. E demás que ella, por ser hermana, es más allegada del dicho don Juan Núñez que la señora Reina, por ser sobrina. E que así gelo ovistes prometido quando érades en Françia, si Dios vos dexase reinar en Castilla. E quanto a los logares que ella demanda, que perteneçen a estos señoríos, son éstos: primeramente Vizcaya con todos sus señoríos e monesterios e devisas, (e) más el señorío de las Encartaçiones e Durango con otros heredamientos que perteneçen a Vizcaya, (e) más las villas de Santa Águeda e de la Puebla de Argançón e de Aguilar e de Salbatierra e Fuente Burbueva e Vereçosa e Cobita de la Torre, Paredes de Nava e Villalón e Cuenda de Tamariz e Melgar de la Frontera e Lurosmoral de la Reina e Aguilar de Canpo e Castroverde de Canpos e Colieras e Velver e Santiago de la Puebla, çerca de Salamanca, e Oropesa con el canpo de Villafranca e otrosí (e) naturaleza en algunas beetrías. E la casa e señorío de Lara ha estos logares e naturalezas: primeramente Lerma con toda su tierra e Villafranca de Montes d’Oca e Abusto e Ameyugo e a Villurtanes e a Torre de Lobatón e ha naturalezas en muchas i-glesias [col. b] e en las veetrías de toda Castilla ha más naturalezas que otra casa ninguna d’ella. Otrosí por conoçimiento de todos los fijosdalgo ha sendos yantares en todos sus eredamientos e veetrías. Otrosí el Señor de Lara es alferçe mayor del rey. Otrosí el Señor de Lara ha sienpre la delantera en las batallas donde va el señor Rey. Otrosí el Señor de Lara fabla sienpre en las cortes el primero por los fijosdalgo.

    

   Título de la respuesta qu’el rey don Enrique dio al cavallero de la Condesa sobre esta demanda de las dichas casas de Lara e de Vizcaya

   El Rey ovo sobre esto su acuerdo en el su consejo, en el qual ovo diversas e grandes dudas, que todos le dezían por qu’él se escusase de dar una tan grande cosa. E después que todos ovieron dicho, el Rey dixo qu’él quería dar la dicha respuesta e fizo llamar al cavallero e díxole así:

   -Cavallero, vos diredes a mi parienta, la Condesa de Lançón, que es verdad todo lo que ella me enbía demandar sobre estas erençias, pero que ella bien save que estas dos casas e señoríos son los mayores de mis reinos e que sienpre se contaron en Castilla tres casas prinçipales, que son Lara e Vizcaya e Castro, e que estas son las dos prinçipales, de las quales los reyes onde yo vengo fueron sienpre servidos e los avemos de menester de cada día; pero si a ella plaze d’esto que demanda, que ella me enbíe dos fijos suyos, de çinco que tiene, para que me sirban cada que los aya menester e que fagan su vivienda en ellos e que yo les daré las dichas casas e les cataré lo que deva e a ellos pertenesca, como a su estado requiere.

   Esta respuesta dava el Rey a fin de dos cosas: la primera, que los fijos de la Condesa eran tan eredados en Françia e en Alemaña, porque ella avía casado con el Conde [de] Tanpas en Alemaña e después con el Conde de Arlançón, hermano del Rey de Françia, / [Fol. 333 v., col. a] e que no dexarían lo de allá por lo de acá e, caso que lo dexasen, que a él e a su reino sería mucha honra e provecho en se servir de tales omes. E así pasó, que ellos no quesieron venir en este partido e el Rey conplió su devido.

    

   Título de cómo mataron al conde don Sancho en Burgos partiendo, no lo conoçiendo, e cómo el rey don Enrique çercó a Vayona de Gascona

   En el noveno año del su reinamiento ovo nuevas este rey Enrique qu’el Duque de Alencaste, que era casado con la fija mayor del rey don Pero, venía a Castilla a demandar el reino e que era llegado en Burdel. E llegado en Burgos con todas las gentes del reino, rebolvió el roído entre las gentes del conde don Sancho de Alborquerque, su hermano, e de Pero Ferrández de Velasco sobre las posadas. E saliendo el Conde a los despartir e no lo conoçiendo porque iba armado, diéronle de una lança por el rostro e morió a poca de ora. E pesó al Rey e a todos, ca era buen cavallero, e fízose por ello poca justiçia, ca lo ovieron por ocasión.

   Estando allí en Burgos, sopo cómo el Duque era pasado en Inguelaterra porque venía trabajado de la guerra de Françia. E otrosí ovo allí cartas del Duque de Angeos, hermano del Rey de Françia, que le rogava que fuese sobre la çiudad de Vayona, que tenía el Rey de Inguelaterra, e qu’él sería allí luego con él. E ploguiéndole d’ello porque de allí venía daño a la costa de su reino, fue luego con sus gentes que allí tenía sobre ella e púsole sus reales e las galeas por la mar; e tóvola çercada con V mil de caballo e con II mil ginetes e con VI mil omes de pie e con XV galeas fasta que sopo qu’el Duque no podía venir porque tenía çercado e aplado un castillo en Guiana. E por esto, e mucho más porque no podía aver vituallas, óvola de desçercar. E enbió las galeas que tenía d’abán de la dicha çiudad a fazer guerra en Inguelaterra e tornóse a Castilla. [col. b]

    

   Título de la nobleza que este rey don Enrique fizo contra don Juan Ramírez Arillano sobre el aleve que le acusaban ant’el rey don Pero de Aragón

   En el dézimo año del su reinamiento, veniendo don Juan Ramírez de Arillano de corte de Roma con prelados, sus parientes de Castilla, fallaron en Barçelona al rey don Pero de Aragón, delante del qual el Vizconde de Rueda de Aragón llamóle traidor, deziendo qu’él, seyendo camarero mayor de aquel Rey e su vasallo, fuera en fabla e consejo qu’el Infante de Mallorcas fiziese guerra en el reino de Aragón e que gelo faría conoçer su cuerpo al suyo. E don Ramírez le dixo que mentía e qu’él gelo faría desdezir en el canpo. E mostrándose el Rey en este fecho mucho favorable en contra del dicho Juan Ramírez, mandóle que dentro de XC días veniese armado e de callo a entrar en el canpo con él ante la su persona real, si no, que proçedería contra él commo por caso de traiçión que tocava a su Corona Real.

   E como quier que Juan Ramírez entendió que todo esto le venía por partes del Rey porqu’él se veniera a Castilla con el rey don Enrique e lo eredara bien, respondió qu’él conplería todo aquello que le era por él mandado. E venido ant’el rey don Enrique, le contó todo aquel fecho, deziéndole que, no enbargante qu’él veía la malquerençia qu’el dicho Rey le avía e qu’el canpo no le sería común, pero que antes quería morir que no caer en caso de traiçión, pues no era culpante en ello, pero gelo fazía saber como a su rey e señor. E como el Rey oyese este fecho e entendiese la razón, sentiéndose mucho d’ello porque este Juan Ramírez lo avía servido bien e lo avía eredado, enbió luego un cavallero con sus cartas de creençia al dicho Rey de Aragón sobre este fecho; e fallándolo en aquella çiudad, le dixo delante la Reina e los del su consejo estas palabras:

   -El Rey de // [Fol. 334 r., col. a] Castilla, mi señor, vos faze saver por estas creençias que Juan Ramírez d’A[re]llano, su servidor e vasallo, le fizo saber cómo el Vizconde de Rueda le llamó traidor delante la vuestra real persona e todo lo que ante ella pasó e lo que vos mandastes e qu’él será para aquel día ante vos a se salvar por armas d’esta traiçión, de la qual él no es culpante. Enpero mi señor el Rey vos dize que le desplaze mucho porque don Juan Ramírez oviendo servido bien a vos e a él en las guerras que ovistes anvos con el rey don Pero, como vos bien savedes, pero que mucho más le desplaze por vos mostrar vandero contra él en este caso, sopiendo vos qu’el dicho Juan Ramírez no es omne que tocaría en caso de traiçión, e vos ser vandero, oviendo de ser juez e rey igual en todas las cosas a las partes. E por ende vos enbía a rogar el Rey, mi señor, que vos plega mandar çesar este reuto e que don Juan Ramírez sea vuestro servidor leal, como sienpre lo fue, pues él es sin culpa.

   A lo qual le dixo súpitamente que no lo faría, antes, si no pareçiese al plazo puesto, qu’él proçedería contra él como fallase por derecho. El cavallero le dixo:

   -Señor, pues vuestra merçed plaze qu’el dicho Juan Ramírez venga a tener su plazo, mi señor el Rey dize que, pues vos, señor, queredes ser vandero e faborable al Vizconde, qu’él no puede falleçer al dicho Juan Ramírez en le guardar su fama, qu’él lo enbiará al plazo por vos asinado, pero, por qu’el canpo le sea seguro, qu’él vos faze çierto que para aquel día él enbiará el su pendón de la vanda con III mil cavalleros e escuderos del su reino para que le tengan el dicho canpo seguro.

   E como esto oyó el dicho Rey, fue mucho sañudo e dixo:

   -Pues esto quiere el Rey, la guerra es entre él e mí.

   E díxole el cavallero:

   -Señor, por mi señor e por su parte no será guerra, pero en este caso no entiende ál fazer sino lo que dicho he de su parte.

   E los de su consejo le dixieron:

   -Señor, sea a la [col. b] vuestra merçed de poner este fecho en el consejo.

   En el qual, entre otras muchas razones, le fue dicho qu’el Rey de Castilla le avía mucho ayudado en sus guerras e demás que era mucho vezino e poderoso e bienquisto de los suyos e que era mejor por amigo que no por enemigo. E así se alçó el dicho reuto.

    

   Título de cómo entró el infante don Juan de Castilla en el reino de Navarra e de la guerra que en ella fizo e de la causa d’esta guerra

   El infante don Juan, fijo del rey don Enrique, entró en el reino de Navarra con IV mil omes de armas e con mucha gente de pie; e llegó a la cuenca de Panplona e estragaron toda aquella comarca. E tomó çiertos logares e puso en ellos gentes que los guardasen e salióse a Castilla porque era inbierno. E la causa d’esta guerra fue porqu’el adelantado Pero Manrique fizo saver al rey don Enrique qu’el Rey de Navarra le dava muchas doblas por que le diese la villa de Logroño, que por él tenía, e, cuidando tomar al Rey, tomó trezientos omes suyos e destroçólos. Pero contra esto dezía el Rey de Navarra qu’el adelantado lo posiera e lo acometiera con ello primero. Otrosí fue causa porqu’el Rey de Françia rogó al Rey que fiziese guerra a Navarra porque favoreçía a los ingleses.

   E llegado el Rey en Burgos con todas sus gentes para entrar en Navarra, ovo mensajeros del Rey de Navarra que le ploguiese de aver con él paz, pues su fija tenía con su fijo, e que fuese a Santo Domingo e que venirían allí a él. E al Rey plogo mucho d’ello. E llegados allí, afirmaron sus amistades e fuéronse a Navarra. E estando allí, dio el mal de la muerte a este noble Rey e morió a cavo de diez días. E, entre otras cosas, dixo antes que moriese al Infante, su fijo, que le rogava e mandava que sienpre oviese bien con la casa de Françia, donde él reçibiera mucho / [Fol. 334 v., col. a] bien. E morió en la hedad de XLVI años e medio.

    

   Título del reinamiento del rey don Juan, primero d’este nonbre e XV que reinó en Castilla e en León

   Muerto este noble rey don Enrique, reinó en Castilla e en León don Juan, su fijo, en el año del Señor de mil CCC e LXXX años. Reinó onze años e medio e morió en el año de mil CCCXC años. E sus señalados fechos son estos que se siguen:

   En el segundo año del su reinamiento fizo armar en Sevilla veinte e dos galeas e enbiólas con su almirante Ferrand Sánchez de Tobar a la costa de Inguelaterra en ayuda del Rey de Françia. E sobieron por el río de Artamisa arriba, que deçiende por la çiudad de Londres, e llegaron açerca de la çiudad; e tomando e quemando navíos e otras cosas, se tornaron al invierno a Castilla e no se falla que galeas allegasen adonde ellas. E dévese saver que galeas e naos del rey don Enrique e d’este rey don Juan fueron causadores por que los ingleses perdieron a La Rochela e lo más del ducado de Guiana.

    

   Título de la presión e muerte del adelantado Pero Manrique

   En este año sopo el rey don Juan cómmo el adelantado Pero Manrique se tratava con el don Alonso de Gijón e con otros algunos por poner bulliçio en el reino. E por esto e porqu’él era ome bulliçioso e gastador demasiadamente e ponía mal recaudo en su fazienda e no avía fijos, fízolo prender el Rey. E estoviendo preso en el castillo de Plazençia, fue muerto a cavo de un año; e díxose que de yerbas e que fueran sus hermanos Gómez Manrique e Diego Gómez Manrique en el consejo de su muerte e que por ello les dio el Rey todos sus heredamientos.

   E estando el rey don Juan en Medina del Canpo, ovo cartas del Rey d’Armenia cómo fuera preso él e su muger e fija del Soldán de Vavilonia e que conquistara todo su reino e que morieran la muger e fija en la presión e que enbiava pedir ayuda a todos los reyes christianos para que catasen manera cómo lo sacasen de aquella presión. E el Rey, oviendo piedad d’él, preguntó a un [col. b] fraire de Sant Françisco que traía las cartas qué cosa era lo que demandaban por él, ca él de buena voluntad daría lo que podiese dar de su aver. El fraire e otro cavallero que las traían le dixieron qu’el Soldán no quería oro ni plata, que asaz tenía dello, pero quería el Soldán que los reyes christianos gelo enbiasen demandar e que por onra d’ellos quería enbiárgelo, pero que creían qu’él quería algunas cosas de poco preçio, pero onradas, de las que no avía en sus reinos, así como escarlatas e peñas verdes e grises e falcones e girafaltes. E el Rey fizo buscar todo esto e ordenó de enbiar sus mensajeros; e enbióle rogar por sus cartas muy amigablemente que por amor d’él lo soltase. E enbióle con éstas otras joyas de oro e de plata que era más preçiada la obra qu’el preçio. E llegaron a Varçelona e fallaron una galea armada qu’el Rey de Aragón enbiava al soldán sobre este fecho con un cavallero, aunque no le enbiava presentes, sino sus cartas de ruego. E llegando todos en uno, luego el Soldán paziblemente soltó al dicho Rey de Armenia e diógelo con sus cartas para ellos. E vinose en aquella galea al Padre Santo, que estaba en Aviñón, con el Rey de Aragón e dende a Castilla.

   E estando el Rey en Badajoz, sopo la venida d’él. Enbió cavallos e mulas e paños e vaxillas de oro e de plata para él e mandó a todos los logares por do venía que le fiziesen honra. E saliólo a reçebir a una legua de la villa con toda la cavallería. E como lo vio el Rey de Armenia, descabalgó de la mula e quitó el sonbrero e un capirote que traía e fincó las rodillas en tierras; e el Rey e toda su cavallería se posieron a pie. E dixo el Rey de Armenia:

   -Señor, yo só el que devo fazer la tal reverençia a la vuestra real magestad, como aquel por quien yo só librado de tan dura presión.

   E abraçáronse e diéronse paz e fuéronse a la villa. E envióle el Rey a su posada paños de oro e de seda e vaxilla e dineros. E diole para en toda su [vida] (789) las villas de Madrid // [Fol. 335 r., col. a] e de Andújar con todos sus pechos e derechos e más CL mil maravedís cada año por toda su vida. E allí feneçió sus días.

    

   Título de la carta qu’el Soldán de Vavilonia enbió al rey don Juan con su mensajero

   «El Rey alto reinante, adelante rey visto señor, (señor) noble, justiçiero, conquiridor, hermitaño, justiçiero, conquiridor, defendedor, favorable, vençedor, mejoramiento del mundo e de la fe de la morería, governador de la justiçia en los mundos, contendedor de los averiguadores e de los agraviadores e destruidor de los erejes, destruidor e conquiridor de las tierras e de los reinos, eredero del señorío de los arábigos e de los latinos e de los turcos, Alixandre del tienpo, Señor de la graçia, ayuntador de las palabras de çiençia, sonbra de Dios en la su tierra, afirmador de la su ley e de los sus mandamientos, asegurador de las carreras, servidor de las cosas santas e Señor de los reyes e enperadores, Maomad, fijo del rey Almançor, espada del mundo e de la fe:

   Ensalçe Dios el su reinado e defienda sus gentes e acreçiente Dios la nobleza e su estado e la nobleza de la presençia onrada del rey grande, onrado, ensalçado, preçiado e esforçado cavallero de pres, el león Juan, defendedor de la christiandad, onrado de la gente de Jherusalén, corona de la ley de Christo, defendedor de las partes de los enemigos, afirmador de las gentes de la cruz, fazedor de los cavalleros, fermosura de las noblezas e de las coronas, amigo de los reyes e de los enperadores, Señor de Castilla e de los otros señoríos que son con ella e de las otras villas que cobró e de los señoríos qu’él enseñorea, al qual Dios no le quite su señorío e amorío e acreçiente en noblezas alcançando lo qu’él desea e codiçia, de la nuestra merçed onrada, en la qu’él es adelantado e bien firmado. Sus mandaderos pareçieron ante nos con sus presentes mereçientes del agradeçimiento convenible al amorío remedio [col. b] del nuestro reçibimiento, conplimiento de la su demanda, que las cartas llegaron por sus mensajeros onrados e sus servidores onrados e vimos lo que se contenía del su amorío e de la su bienquerençia en razón del Rey de armenios e de la Reina e de su gente; e luego conplimos la voluntad de la presençia del Rey, en la qual demandó soltar al Rey de los armenios e a todas sus gentes por onrar la su corona real e afirmar la su amistad. E queremos que sea d’esto savidor e que lieve adelante lo que començó, que las nuevas de los reçivimientos de sus nobles e honrados presentes, e Dios lo adereçe a lo mejor e le quiera dar la su vendiçión.

   Fecha en XXI días en ras en Seizillo, era de los aláraves».

    

   Título de cómo mosén Aimón, Duque de Ayora, arribó en Portogal para entrar en Castilla en demanda del Duque de Alencaste e de lo que fizo y se tomó la flota de Portogal

   En este año vino mosén Aimón, Duque de Ayora, que era casado con la fija menor del rey don Pero, con mil omnes de armas e mil arqueros e juntóse con él don Ferrando de Portugal para entrar en Castilla. En éstos ovo batalla en la mar el almirante Ferrand Sánchez de Tovar con XVII galeas con XXIII galeas de Portugal açerca de Saltes e vençiólas; e tomó las veinte d’ellas e levólas a Sevilla con todas las conpañas e con el almirante Alonso Tello de Portogal, dexando muchos muertos en la mar.

   E sopiendo el rey don Juan la venida de los ingleses e portugueses, juntó todas sus gentes e llegó a Vadajoz con V mil omes de armas a cavallo e mil D ginetes e mucha gente de pie. El rey don Ferrando de Portugal e el Duque de Ayora estavan en Gelves, que es a tres leguas de allí. E tenían el Rey e los ingleses IV mil omes de armas e gentes de pie e arqueros asaz. E cada una de las partes ordenavan cada día sus batallas. E estando así, fue tratada la paz entre ellos en esta manera: que casase el infante don Ferrando, fijo segundo del / [Fol. 335 v., col. a] rey don Juan con la fija eredera del rey don Ferrando de Portogal e que fuesen tornadas las galeas e gentes presas a Portogal e que ingleses e castellanos saliesen de Portogal e que diese el Rey de Castilla naos para su flota que levasen los ingleses a su reino, pues tenía allí su flota sobre Lisbona.

 

   Título de cómo casó el rey don Juan con la fija del Rey de Portogal

   Estando estos dos reinos en paz, morió la Reina de Castilla e casó el rey don Juan, su marido, con doña Beatriz, fija del rey don Ferrando, que era eredera de Portogal, con condiçión que no se mezclasen los reinos en un rey. E segund adelante pareçió, no plugo a Dios d’ella, ca esta Infanta fue mal fecha en muger casada tomada a su marido e después desposada con el Duque de Venavente, hermano d’este rey don Juan, e después con el infante don Ferrando, fijo d’este rey don Juan, e después casó con él mesmo, por donde vino mucho mal.

   Estando estos reinos en paz, morió el rey don Ferrando de Portogal. E luego que lo sopo el rey don Juan, prendió al conde don Alonso de Gijón, su hermano bastardo, que sienpre ponía en bulliçio con los portogueses, ca era casado con hermana del Rey de Portogal bastarda e la ovo çercado en Gijón e avíalo perdonado; e otrosí prendió al infante don Pero de Portogal, fijo del rey don Pero e de doña Inés de Castro, por que no le tomasen por rey los portogueses, que avía tienpo que andava con él, pero a fin de lo soltar. E llamóse Rey de Portogal, quebrantando los juramentos e posturas que con los portogueses tenía fechos de no se llamar Rey de Portogal, sino el fijo o fija que de la Reina oviese. E de todo esto pesó mucho a su reino, e mucho más a los portogueses, (e) posiendo todos comúnmente, sino muy pocos, de lo no consentir o penar sobre ello.

    

   Título de cómo entró el rey don Juan en Portogal llamándose rey e çercó al Maestre d’Abís en Lisbona porque mató al Conde de Orén e se alçó en ella e [col. b] de la pestilençia que ovo sobre ella

   El rey don Juan entró en el reino de Portogal e llegado a La Guardia sopo allí cómo el Maestre d’Abís, hermano vastardo del rey don Fernando de Portogal, avía muerto al Conde de Orén e al Obispo de Lisbona porque avían tenido la parte d’él e de la Reina, su muger. Llamó los Reyes de Portogal que avían andado con el su pendón por la çiudad e algunos pocos criados del Rey, su padre, e que eran con él todo el conçejo de Lisbona e otros muchos del reino e, así commo lo sopo, entró por allí e cercó la dicha çiudad de Lisbona por la tierra e por la mar con sus naos e galeas. E llegáronse a él muchos cavalleros e escuderos de Portogal e diéronsele muchas villas e castillos, pero la voluntad de todos fuera qu’él guardara los tratos que tenía fecho[s] con los portogueses quando se casó con aquella Reina, lo qual él no avía a voluntad en ninguna manera, sino de reinar por la dicha su muger, diziendo que le perteneçía e que todo lo fecho e jurado fuera contra derecho. E toviéndola çercada e mucho afincada, entró grande pestilençia en el real e en la flota e morían cada día demasiadamente.

   Esta fue la segunda pestilençia de landre que ovo en España, ca la primera fue quando el rey don Alonso morió sobre Gibraltar, commo dicho es, e los prinçipales que en ella morieron fueron éstos: Pero Ferrández Caveça de Vaca, Maestre de Santiago, e don Pero Mexía, que luego era fecho Maestre de Toledo; morieron XIII cavalleros e Pero Ferrández, camarero del rey, e Pero González de Aguero el Moço e don Pero Núñez de Lara, Conde de Mayorga, e Juan Martínez de Rojas e Pero Ruiz de Sendoval, que era ya maestre, e Lope Ochoa de Avellaneda e Ochoa de Muñatones e Ferrand Sánchez de Tobar, almirante, e don Juan Martínez de Leiba el Moço e Ferrando Álvarez de Toledo e otros muchos señalados cavalleros; e morieron II mil // [Fol. 336 r., col. a] omes de armas, que eran toda la flor de la gente de armas de Castilla, todos de cavallo, e morieron IV mil vallesteros e mareantes, que cada día morían CC omes de armas en el real e en la flota.

    

   Título de cómmo el rey don Juan levantó su real de sobre Lisbona e dexó fronteros en los logares que eran por él, que son éstos, e vino a Castilla

   Los cavalleros, veyendo estas muertes, fizieron al Rey levantar su real e dexó fronteros en los logares que eran por él en Portogal que eran éstos: dexó en Santarén a Diego Gómez Sarmiento, Adelantado, e a Juan González de Letra, que tenía entre Duero e Miño quatro fortalezas, a Juan Alonso, que fue ayo del rey don Ferrando, que tenía a Gimaranes, e a Martín González de Taide, que tenía a Chaves, e a Juan Alonso Primentel, que tenía a Vergança, e a Juan Rodríguez Puertocarrero, que tenía la villa de Prones e otros logares en la Vera, e a Juan Gómez de Silva, que tenía a Covillaña, e a Fernán Gómez, su hermano, que tenía a Monçón e a Penamonoy, e Álvar Gil de Carvallo, que tenía a Subagal, e Alonso Tenorio, que tenía a Miranda de Duero, e a Gonzalo Vázquez d’Azebedo, que tenía a Torres Nobas, e a Vasco Pérez de Çameos, que tenía Alarçón, e a Juan González Pereira, que tenía a Trebiedos, e a don Enrique Manuel, que tenía a Çinera e a Cascales, que eran suyas, e a Ferrand González de Veira, que tenía a Torres Bredas, e a Martín Alonso de Merlo, que tenía a Çellerigo, e a Ferrand Alonso, su fijo, e a don Pero Álvarez Pereira, Prior del Ospital, que tenían muchos castillos, que eran de la orden, en Portogal, e a su hermano Diego Álvarez e a Martín Yáñez de Taborda, Comendador, a Monforte e a Ferrand Diánez, comendador, que tenía a Merçola, e a Pero Ferrández de Fuenseca, que tenía a Olventera, e a Pero Rodríguez Gallego, que tenía a Canpo Mayor, e a Ferrano Sánchez de Sosa, que tenía a Portal, e a todos los alcaides que tenían las villas de Ribadecoa e a Gonzalo Íñiguez, que tenía a Castiel a Vinid e a Vasco Martínez de Merlo e a sus fijos con sus lo-gares [col. b] e Álvar González de Meita, que tenía a Mora, e otros muchos cavalleros e escuderos de Portogal e el Obispo de La Guardia, que la tenía por él. E en todos estos logares dexó con estos alcaides omes de armas e vallesteros castellanos. E todos estos portogueses que tenían con él eran criança e bien fecho del rey don Ferrando, su suegro, e por esto tenían con su fija, la Reina.

    

   Título de las cosas que fizo Nuño Álvarez quando estava çercada Lisboa

   En esta sazón que estava çercada Lisbona, commo dicho es, pasó Nuño Álvarez Pereira, hermano del Prior del Ospital, allende el río de Tajo por defender aquellas comarcas. E como lo sopo el rey don Juan, enbió mandar a don Juan Alonso, Conde de Niebla, e a don Ferrand Sánchez de Tovar, almirante, e a don Diego Martínez, Maestre de Alcántara, e a otros que fueron aquella partida para que peleasen con él. E fiziéronlo así e pelearon con ellos; e en la primera, por mala ordenança, fueron desbaratados los castellanos e morió allí aquel Maestre de Alcántara, casi asaz desventuradamente, e pocos con él. E los otros recogiéronse en buen son e los portogueses no osaron más pelear con ellos e partiéronse así todos cada unos do eran venidos.

    

   Título de cómo el Maestre d’Alís se llamó Rey de Portogal

   E después qu’el rey don Juan partió de sobre Lisbona e estando en Sevilla, sopo cómo el Maestre d’Alís llegara a Coinbra e fiziera allí ayuntamiento de fijosdalgo e de prelados e de comunidades de Portogal e que dixieron que fallaban por derecho que, pues el rey don Ferrando moriera e no dexara fijos legítimos erederos, que ellos podían criar rey e defensor del reino e que no lo podían aver tan bueno como al dicho Maestre, pues era de la sangre de los Reyes de Portogal e hermano del dicho rey don Ferrando, aunque era bastardo, que lo oviera el rey don Pero en una dueña antes que casase, pues savían que era bastante e probado cavallero para los defender e que era al-çado / [Fol. 336 v., col. a] por Rey de Portogal e que fuera con sus gentes sobre los logares que estavan por Castilla en Traslosmontes e que tomara la villa de Guimaranes e otras muchas por conbates e que andava por el reino cobrando los logares e esforçando los de su partida; e que fizo su condestable aquel Nuño Álvarez Pereira e que conçertava todas sus cosas para poner batalla a él, que savía que quería entrar en Portogal, que avía cobrado muchos de los del reino porque no veían otro reparo, que no veía la ora de poner todo su fecho en ventura de la batalla.

 

   Título de la pelea de Troncoso e de los fechos que en ella pasaron e de su causa

   Estando el rey don Juan en Sevilla conçertando sus fechos para entrar en Portogal, Juan Rodríguez de Castañeda, Pero Juárez de Toledo, Álvar Garçía de Albornoz e otros cavalleros de Castilla que eran allegados a Çiudad Rodrigo e estavan en espera del Rey, entraron en Portogal, que eran CCC omes de armas e algunos peones, e corrieron tres días aquella tierra faziendo mucho daño en ella; e saliéndose con muchos ganados e presioneros e otras cosas de roberías, pasaron por çerca de la villa de Tronçoso, que eran en ella recogidas gentes de Portogal, de las quales eran capitanes Gonzalo Vázquez Cantino e Juan Ferrández Pacheco e Martín Vázquez de Acuña con dozientos omes de armas e muchos peones, e posiéronse a pie en batalla açerca de la dicha villa. E commo los castellanos los vieron, ovo algunos que dixieron que fuesen a pelear con ellos e otros ovo que dixieron que, pues ellos avían andado quatro días e quatro noches en el reino de Portogal e se iban su camino derecho para Castilla a vista de sus enemigos, que no era razón de los ir acometer adonde estavan a su avantaja, pero que, si los portogueses moviesen un paso [col. b] contra ellos, que ellos luego los fuesen a ferir e no en otra manera; e otros ovo que dixieron que, no enbargante todo aquello, que dirían en Castilla que, beyendo los enemigos a ojo e puestos en batalla e no los acometer, que gelo contarían a mengua. E con esto fueron a ellos, apeándose de sus caballos, por unas aradas e con el cansançio del camino e de las armas e con el grand calor, ca era por Sant Juan, llegaron a do ellos estavan desordenados; e por esto e porque algunos ginetes d’ellos dieron en las espaldas de los peones que fuían a la villa e los fizieron tornar a los suyos e por esto e por los muchos peones que tenían, fueron desbaratados los castellanos e muertos todos aquestos capitanes e todos los suyos, que no escaparon ningunos a vida.

    

   Título de la pelea que ovieron castellanos fronteros en Torres Nobas

   Diego Gómez Sarmiento, que estava frontero en San[t]arén, ovo una pelea con el Maestre de Cristus e con el Prior del Ospital e con otros (e) cavalleros e escuderos de Portogal açerca de Torres Nobas; e después de mucho ferida e profiada, fueron desbaratados los portogueses e muertos muchos d’ellos e fueron presos los dichos Maestre de Cristus e Prior do Catro e otros muchos d’ellos e levados a Santarén. E tomaron mucha robería e así tornaron a Santarén con ellos.

    

   Título de cómo entró el rey don Juan en el reino de Portogal e de la batalla de Aljubarrota e de los fechos que en ella acaeçieron

   En el mes de agosto del Señor de mil CCCLXXXV años entró el rey don Juan en Portogal e sopo allí cómo las naos suyas e galeas eran llegadas en Lisbona e que avía mengua de viandas en la dicha çibdad e qu’el Maestre que se llamava rey era pasado en Duero e llegado a Coinbra para poner todo su fecho en la aventura de la vatalla e esperar el ju[i]zio de Dios. E allí ovo rey don Juan su consejo para si entraría en Portogal e daría la batalla o si dexaría fronteros e pagar el sueldo // [Fol. 337 r., col. a] a los que estavan por él de Portogal e de castellanos. E porque los unos dezían uno e los otros dezían lo ál, diziendo qu’el Rey no devía poner todo su fecho en fortuna de vatalla, toviendo tantas aventajas sobre sus enemigos que los podía ganar por guerra contina por la mar e por la tierra, dexando gentes poderosas en las tierras para que socorriesen contra los enemigos dándoles en las espaldas adonde daño quisiesen fazer, e que así se les diese la guerra e qu’el Rey tornase a Castilla a catar dineros e que así desgastaría al dicho Maestre e a los que tenían su parte. E los otros contradezían esto, diziendo qu’el Rey toda vía devía entrar e dar la batalla, pues él tenía el derecho e la razón e tanta mejoría de gentes e que, si de allí se tornase, que los que estavan en Portogal por él que se desmayarían veyendo la tal medrosía e que farían sus partidos e que los enemigos tomarían grande osadía e que no les quedaría villa que çercasen; e los otros se afirmavan en lo primero, diziendo más: qu’el Rey venía doliente e podría con el trabajo peligrar su persona e todos fechos pasados e diversidades acarreava la muerte de los cavalleros ançianos muertos sobre Lisbona, que eran usados de tal fecho, e que era quedado en la mançevía.

   Pero el Rey toda vía quiso llegar a Santarén e dar la batalla si delante los fallase. E movió de allí e tiró su camino derecho sin se detener. E tomó en el camino la villa de Çellerico de la Vera e quemó el arrabal de Coinbra, que era mucho grande; e llegado en la villa de Loria, que estava por él, sopo cómo el Maestre d’Alís era açerca de la villa de Tovar e se aperçevía para dar la batalla e aquella era su intençión.

    

   Título de cómo un escudero de Nuño Álvarez dio un escrito al rey don Juan [col. b]

   E llegado allí, vino un escudero de Nuño Álvarez Pereira qu’el Maestre d’Alís, que se llamava Rey de Portogal, que lo avía fecho su condestable, en el qual escrito dezía así:

   «Diredes al Rey de Castilla que mi señor, el Rey de Portogal, e todos los sus naturales del su reino de Portogal que están con él le dizen de partes del Nuestro Señor Jhesuchristo e del mártir Sant Jorge qu’él no quiera destroírles el su reino de Portogal e que por serviçio de Dios, seyendo guardada la onra de mi señor, el Rey de Portogal, que fará buena pleitesía, la qual sea razonable; e no quesiendo el dicho Rey de Castilla partirse del dicho reino de Portogal e dexarlo libre e quito, que mi señor, el Rey de Portogal, lo quiere poner e pone en el poderío de Dios e del juizio de la batalla e sobre esto esperar su juizio».

    

   Título de la respuesta que dio el rey don Juan al dicho escudero de Nuño Álvarez

   E leído aquel escrito por el dicho rey don Juan, respondió por otro escrito, que dezía así:

   «Dezid a Nuño Álvarez qu’él save bien cómmo yo casé con la reina doña Veatriz, mi muger, fija legítima del rey don Ferrando de Portogal e fize mis vodas con ella en la mi çiudad de Vadajoz e el Maestre d’Alís, que se llama Rey de Portogal, e todos los otros mayores e menores del dicho reino de Portogal venieron allí e le vesaron la mano e la tomaron por señora e Reina de Portugal e a mí, así como a su marido, para después de la vida del rey don Ferrando, su padre. E d’esto fezieron sus çiertos tratos e los juraron sobre el cuerpo de Dios consagrado. E yo he derecho a este reino de Portogal por la dicha Reina, mi muger, e, si el dicho Maestre d’Avís e los que son con él quisieren venir a la mi merçed, no acatando al mucho deserviçio que me han fecho, que yo partiré con ellos así en tierras commo en ofiçios grandes e onrados, en guisa que ellos sean pagados e onrados; e donde todo esto / [Fol. 337 v., col. a] no quisieren fazer, salvo perseverar en su desovediençia e rebeldía e lo quisieren librar por vatalla, yo tengo que Dios me ayudará con el buen derecho que yo he e yo los iré a buscar».

   E avida esta respuesta, el dicho Maestre de Alís fuese adelante e puso su real açerca de la villa de Aljubarrota, en una plaça llana que de las dos partes tenía dos valles por los costados e por delante era llano. E allí ordenó su batalla con II mil CC lanças e omes de armas e X mil peones vallesteros e lançeros que tenía e con CCC omes de armas e DC arqueros que de Inguelaterra allí eran venidos e esperó toda vía en aquel logar.

    

   Título de cómo algunos cavalleros de Castilla se ayuntaron con Nuño Álvarez, Condestable, e de las fablas que con él ovieron sobre el fecho de la vatalla e del consejo que ovo entre los castellanos en discordia sobre el fecho de la batalla

   El rey don Juan salió otro día de allí e vino con todas sus batallas ordenadas e llegó adonde estavan los enemigos e púsose açerca d’ellos; e venía mucho doliente. E algunos castellanos fueron llamados por Nuño Álvarez, Condestable, que con liçençia del Rey se juntaron con él entre amas las huestes; e avidas muchas fablas unos con los otros, razonando cada unos el derecho de su rey e la razón, partiéronse en toda discordia. E los castellanos pararon mientes en la ordenança que tenían en sus batallas e vieron cómo tenían su real a su aventaja e dixieron al Rey:

   -Señor, nos avemos fablado con Nuño Álvarez, Condestable, e no fallamos en él sino la batalla; e pues nos demandades consejo, querémosvos dezir nuestro pareçer. Señor, fablando so reverençia de la vuestra merçed e so emienda d’estos señores que son presentes, en razón de la ordenança de las batallas e de su ordenança que aquí diremos, señor, el día de oy es muy baxo, ca es ora de vísperas e demás vuestras gentes oy no han comido [col. b] ni bevido e solamente del agua, maguer que faze grand calura; e están fatigados del camino e cansados e aún los omes de pie no son todos venidos, ca vienen con las azémilas e con los cargos de la hueste. Otrosí, señor, avemos visto la ordenança de vuestra batalla e está muy bien, pero las dos alas de vuestras gentes, donde están muchos buenos cavalleros e escuderos, no vos podedes oy aprovechar d’ellos porque las dos alas vuestras tienen delante sí dos valles que no pueden pasar para acometer a sus enemigos ni para acorrer a los de la vuestra avenguarda e es çierto que los enemigos tienen su avenguarda e sus dos alas juntas en uno, en que ay grand gente de pie, lançeros e vallesteros; e paréçenos que para vos tener tanta buena gente como tenedes que vos devedes ordenar por manera que bos aprovechedes d’ellas e el día de oy se puedan ayudar los unos a los otros. E para esto, señor, nos pareçe que, pues estades en la plaça e tenedes vuestras batallas ordenadas, que todos estén quedos en su ordenança e vuestros enemigos de dos cosas farán la una: o salirán de aquella aventaja que están e afuera para pelear fuera donde agora están e, si ellos esto fazen, todos los vuestros que están en las dos alas, commo los de la avenguarda, se podrán ayudar los unos a los otros e estonçes Dios será juez e lo ayamos en la batalla; si los de Portogal reusaren de no salir de aquella ordenança, no ha duda que no muestran en ello grand miedo e la noche viene açerca e muchos d’ellos partirán de allí, ca razón es de lo pensar, e demás, señor, savemos que no traxieron viandas sino para oy e vos, señor, estades en el canpo e tenedes muchas vituallas para les mantener profidia. E así, señor, segund estas cosas, el consejo de nosotros es que las vuestras gentes estén quedas e esperemos si los vuestros enemigos salirán de aquella aventaja que tomaron.

   Otrosí, ovo aí otros cavalleros mançevos que dixieron qu’el Rey tenía // [Fol. 338 r., col. a] muchas aventajas de sus enemigos, así en ser el Rey de Castilla, que es el mayor rey de la christiandad, e otrosí que era casado con la fija del Rey de Portogal, por donde avía derecho al reino; otrosí [que] tenía allí muchos buenos cavalleros e escuderos de grand linaje e que les pareçía a los que esto dezían qu’el Rey devía mandar acometer a sus enemigos e que fiavan en Dios qu’él sería de su parte e que sus enemigos avían aquel día penitençia de lo que en su reveldía avían fecho contra su Reina e señora natural.

    

   Título de las cosas que mosén Juan de Ría dixo al rey don Juan sobre razón de lo que todos avían sobre la batalla

   Después que todos estos fechos pasaron e otros muchos, diziendo cada uno lo que le pareçía, era allí un cavallero del Rey de Françia que dezían mosén Juan de Ría, de LXX años, que era venido con mensajería del Rey de Françia e, desque bio qu’el Rey entrava en Portogal e avía de aver batalla, no quiso partirse del Rey e fue con él aquel día en la batalla e allí morió en ella. E desque vio las razones que cada unos dezían ante el Rey sobre la ordenança de la batalla, dixo al Rey:

   -Señor, yo só un cavallero del Rey de Françia e só en la edad que vos vedes e he andado muchas tierras e visto asaz de muchas batallas de moros e de christianos estando yo allende la mar e, señor, tanto he yo aprendido que la cosa del mundo que omne deve tomar de su enemigo e ponerse en buena ordenança así en guerra commo en batalla; e, señor, en dos batallas que mis señores, los Reyes de Françia don Felipe e don Juan, ovieron con el rey Aduarte de Inguelaterra e con el Prínçipe de Galaz, su fijo, fueron perdidas por malas ordenanças. E por ende, señor, vos pido por merçed que vos querades oy conoçer la aventaja que vuestros enemigos tienen e que mandedes a los vuestros estar quedos en su ordenança; e yo só en el consejo que los vuestros cavalleros que vieron la ordenança vos han dicho, que, si ellos [col. b] no parten de allí, no es duda que non mostran cobardía e no pueden luengamente allí aturar, quánto más que no tienen viandas, segund se puede saver, ca cosa çierta es que las vuestras alas no pueden ayudar a la vuestra avenguarda.

   E al Rey plogo mucho d’esta razón e mandó que se fiziese así. Pero algunos cavalleros mançevos, que nunca se tovieron en tal e toviendo en poco a los enemigos, no se quesieron tener en aquel consejo e fuéronlos acometer. E así acometidos, los de las dos alas no podieron pasar para ayudar a los de la avenguarda, los quales pelearon mucho reziamente sin acorro de las dichas dos alas; e en las dos alas de los portogueses estavan muchos vallesteros e lançeros e ferían todos en los de la avenguarda de los castellanos. E así ovieron la pelea con la avenguarda e con las alas de los portogueses sin acorro ninguno. E otrosí don Gonzalo Martínez de Guzmán, Maestre de Calatrava, que estava con gente de cavallo qu’el Rey le avía dado, ferió en los enemigos por las espaldas e no pudo entrar en los peones que les matavan los cavalleros. E aún ovo otro daño, que los peones de Portogal fuyeran, sino que no osaron por miedo de los de cavallo, e así les era forçado de se les defender; e por esto ovo mandado Alixandre a los sus caudillos e capitanes de gente que sienpre diesen logar a sus enemigos por donde fuyesen.

   E el Rey al comienço de la batalla estaba flaco e trax[ér]onlo omes señalados que eran ordenados para la guarda del Rey, que lo traían en andas; desque vieron la batalla buelta, posiéronlo en una mula e después, quando vieron que se retraían los suyos para fuir, soviéronlo en un cavallo, aunque estava mucho flaco, e sacáronlo del canpo. E duró la profidia de la batalla antes que pareçiese que les perdían o que les ganavan media ora asaz pequeña.

    

   Título de lo que fizo el rey don Juan después que vio que los suyos se vençían e cómo cavalgó a cavallo e se fue a Santarén e dende se vino por la mar

   El rey don Juan, quando vio que los suyos se vençían e no avía / [Fol. 338 v., col. a] otro remedio, partió de allí e fue aquella noche a Santarén, que era onze leguas de allí grandes, que estava por él; e fue gran maravilla cómmo lo pudo fazer. E fue sienpre en el cavallo por grand dolençia que tenía e, desque allí llegó, entró en el alcáçar e diéronle de comer. E falló allí presos al Maestre de Cristus e al Prior del Ospital e mandó al alcaide que posiese recaudo en ellos. Pero el alcaide, desque vio qu’el Rey se partía, no se atrev[i]ó a defender el castillo e fuese. E el Rey entró en un leño que falló allí en el río e fuese a la flota, que estava sobre Lisbona, e entró en una nao e fuese para Sevilla. E la batalla fue desbaratada e fueron allí muertos muchos buenos cavalleros e escuderos omes de armas, que fueron éstos los señalados: don Pero, fijo mayor del Marqués de Villena, don Juan, fijo del conde don Tello, Señor de Guibara, don Ferrando, fijo del conde don Sancho, Pero Díaz Damias, prior de Sant Juan, Diego Gómez Manrique, Adelantado, Diego Gómez Sarmiento, Mariscal, Juan Ferrández de Tovar, almirante de Castilla, Pero González Carrillo, Mariscal, Pero González de Mendoça, mayordomo, Álvar González de Sendoval, Comendador, Fernán González, su hermano, Comendador, Ruy Barba de Villamaderni de Canpos, Fernán Carrillo de Pliego, Fernán Carrillo de Maçuelo, Garçía Díaz Carrillo, su primo, mosén Juan de Ría Francés, Fernán Sanz de Montoya de Miranda, Diego Garçía de Toledo, Gonzalo Alonso de Çerbantes, Juan Ramírez de Arillano, Juan Ortiz d’Estúniga de las Cuevas, Ruy Fernández de Tovar, Gutier González de Quirós, Juan Pérez de Godoy, fijo del maestre don Pero Núñez, Maestre. Portogueses morieron, que estavan con el rey don Juan, Alonso Tello, tío de la Reina, don Pero Álvarez Pereira, Maestre de Calatrava, Diego Álvarez, su hermano, Gonzalo Bázquez de Azevedo, Álvar González de Azevedo, su fijo, Garçía Rodríguez de Tavor, [Sancho Peres de Ayala] (790), Pero Ferrandes de Serloçeno de Tresmiera e Juan Sanches d’Elva-rado [col. b] e Gomes Laso de la Vega e Juan Gutierres de Vear e otros (791).

   Don Gonzalo Núñez de Guzmán, Maestre de Calatrava, quando vio la batalla vençida e fecha tal mortandad e ido el Rey, no veyendo otro reparo, recogió todos que escaparon de presos e muertos de aquella batalla e estovo allí en el canpo fasta la tarde, ca los portogueses, aunque bençedores, no partieron de su ordenança ni salió ninguno d’ellos (792) d’ella fasta que aquellos de cavallo e las otras gentes se fueron todos. E así se fue don Gonzalo Martínez, Maestre, con sus gentes para Castilla, que si por él no fuera, todos pereçieran antes que salieran de Portogal. De los de la avenguarda del Rey muy pocos escaparon de muerte, qu’el que tomavan luego lo matavan, ca no entendían aún aver vençido; e de los de las dos alas no morió ninguno, que no podieron pelear. E todos se fueron cavalgando con el dicho Maestre e sin él de mal cavo.

   Luego que esta vatalla fue vençida, cobró el Maestre d’Alís, que se llamava Rey de Portogal, todas las villas e castillos que estavan por el rey don Juan, ca los que las tenían d’ellos morieron en la batalla e los otros las desanpararon e se fueron a Castilla. E luego que [cobró] estas villas e fortalezas este Maestre d’Abís, que se llamava Rey de Portogal, enbió a Nuño Álvarez Pereira, su Condestable, e Álvar González Camello, Prior del Ospital, otros cavalleros e escuderos fasta DCCC omnes a cavallo e VI mil peones que entrasen en Castilla a fazer guerra e daño. E entraron por tierra de Mérida e llegaron açerca de Xerez e Vadajoz. E los de la frontera que se juntaron para ir [a] pelear con ellos fueron don Álvar Pérez de Guzmán, Conde de Niebla, e don Pero Núñez, Maestre de Santiago, e don Gonzalo Núñez de Guzmán, Maestre de Calatrava, e Martín Ibáñez de Tavorda e don Álvar Pérez de Guzmán e la cavallería de Córdova, que eran mucha gente de cavallo e de pie; e juntáronse con ellos en un lugar que llaman Valverde. E commo los castellanos, que eran muchos, ordenadas sus bata-llas, / [Fol. 339 r., col. a] ferieron en los portogueses, (e) apretáronlos tanto que los portogueses cuidaron ser vençidos e perdidos e muertos; e aun d’ellos se rendían con la grand desesperaçión en que se vieron. E con la poca ventura que los castellanos avían en esta guerra tornaron sobre sí e acometieron a los [portogueses] (793) en alguna parte que aquéllos no les tovieron cara. E recodió allí don Pero Núñez, Maestre de Santiago, e feriéronle el cavallo e cayó con él e allí lo mataron; e los suyos volvieron a fuir, pero no morieron sino pocos d’ellos, ca los portogueses se recogieron luego, que no osaron más allí reparar. E tornáronse a Portogal e desanpararon toda la presa que avían robado, que no llevaron cosa d’ello.

    

   Título (794)

   El rey don Juan de Castilla, sopiendo cómo luego que la batalla fue vençida el Rey de Portogal enbiara luego sus cartas al Duque de Alencaste, que era casado con la fija del rey don Pedro de Castilla, que llamavan doña Costança, que se llamava Reina de Castilla, faziéndole saver cómo él avía vençido en batalla al rey don Juan de Castilla e muerto mucha de su cavallería e que agora tenía tienpo de venir a Castilla a demandar sus reinos traxiendo a la dicha doña Costança consigo e qu’él con todo su reino de Portogal le ayudaría e entraría en Castilla con él a gelos ayudar cobrar, por reçelo d’esto escrevió al rey don Carlos sesto de Françia sus cartas con sus enbaxadores faziéndole saver toda su pérdida e que le rogava que lo acorriese con gente de armas e con thesoro prestado para los pagar e para reparar sus reinos, los quales llegaron a él, que estava en París, e diéronle sus cartas. E el Rey les respondió, con acuerdo de los Duques de Vorgoña e de Verri e de Vorbón, sus tíos, e de todo el [col. b] su consejo, qu’él estava presto de lo ayudar como a hermano e aliado de mucha buena voluntad e que al presente le enbiava al Duque de Vorvón, su tío, con II mil lanças de buenos cavalleros e capitanes e gente de armas e C mil francos de oro para los pagar e que, si más fuese menester, qu’él en persona con toda la casa de Françia e con todo el su thesoro lo iría ayudar. Los quales luego partieron e dioles sus cartas, que dezían así:

   «Dizes a mi hermano, el Rey de Castilla, que a mí pesa mucho su pérdida porque de su bien e de su mal a mí viene grand parte, pero que le ruego yo qu’él tome grand conorte e grand esfuerço, ca las batallas son en Dios e que ninguno no le puede contrastar su voluntad, e qu’él save muy bien que leemos por estorias e corónicas (795) cada día que muy grandes prínçipes e reyes e señores que pelearon que fueron algunos vençidos, pero por esto no perdieron sus onras, antes tornaron con buen esfuerço a guerrear e cobraron e ovieron buena ventura, e que ponga todo su fecho en Dios, ca Él es el que lo puede remediar «.

   E con esto se venieron los dichos enbaxadores e el Duque de Vorbón con sus gentes, e aun otros cavalleros de Françia se venieron de suyo por nobleça e amorío, de lo qual plazía al dicho Rey de Françia. E llegaron a buen tienpo a Castilla, por quanto aprovechó mucho a la salida de los ingleses e portogueses.

    

   Título de la carta de consolaçión qu’el Santo Padre Clemente Sétimo envió al rey don Juan quando sopo el su vençimento

   «Clemente Obispo, siervo de los siervos de Dios:

   Amado y muy alto fijo don Juan, Rey de Castilla e de León, salud e esperitual de fortaleza en las cosas contrarias. Oí nuevas de que toda mi voluntad fue conturbada e de las vozes que oí los labros se me estremeçían, ca por fe e por relaçión de muchos he savido qu’el aquel día fue de ira e de saña contra la tu real magestad, ca la tu gloria e de toda España, desde donde el sol naçe fasta / [Fol. 339 v., col. a] el sol poniente, era temida de todos por un rebatamiento apenas començado cayó; mas por ende, Prínçipe muy alto, no te espantes ni tomes grand pesar. E léese muchas vezes el vençedor ser vençido de otro más baxo: leemos que la Arca del Testamento del Señor de los que no creían en Él fueron vençidos; leemos que el rey Saúl e Jonatás, su fijo, fueron muertos de los filisteos; leemos que la grand çiudad de Roma, señora de todo el mundo, vençida fue muchas vezes; no dudamos que aquel grand Çiro de Vavilonia de mugeres fue vençido; léese que Darío, Rey de los reyes, del su vasallo fue vençido; no dudamos que así no fue que Rodrigo, Rey e Señor d’España, de los aláraves fue vençido e persiguido; savemos, lo que poco tienpo ha, que la noble flor de lis por muchas vezes han seido derribados e vençidos de los ingleses; e bien saves tú que aquel noble e escogido entre los nobles omes de cavallería e cavallero sobre los cavalleros que en los peligros de la muerte el su grand esfuerço rey Anrique, tu padre, vençido fue e acuérdate d’ello.

   E aquel a quien Dios ama aquél castiga e corrige. E si ferió e llagó el tu pie, Dios es el que sana las llagas e endereça los contrechos; e si él llagó e açotó, en paçiençia lo sofrirás e el tu pesar se tornará en gozo e en plazer, segund la grandeza del tu coraçón, que agora tienes gran consolaçión e alegría e verá la tu alma. E prueva Dios en ti la su misericordia e por aventura, por ende, te prueba e castiga en este mundo en los bienes tenporales por que no ayan después a pasar dolor de la muerte perdurable. E escrito es que en la edificaçión del tenplo de Jherusalem todas las piedras, primeramente labradas e penadas con martillo, por mansa mente fueron puestas en la lavor que avían de obrar; e por este enxienplo tienen que aquéllos a poner e envarrar muro e pared de aquel tenplo çelestial que es dicho Jherusalén e paraíso primero en este mundo son atormentados e feridos e fortunados porque después [col. b] con paz e mansamente son allí trasladados e puestos.

   E como quier que justa razón te mueva, pero al savidor cunple encobrirlo e no publicarlo e, quando el grand dolor te vienes[e], deves tú encobrir e mostrar alegría, ca el dolor faze a los sus enemigos encreçentar e engendrar pesar; e dexa todo dolor. Ruégote, fijo mucho amado, que en este caso no te sea tanta la manera del dolor que así te ponga fuera del tu seso, mas vístete de vestiduras de salud e de fortaleza e de graçia e pon tus fechos en esperança de Aquel que acorre e ayuda a los que en Él esperan «.

   En el mes de Jullio del año del Señor de mil CCCLXXXVI años arribó el Duque de Alençaste, fijo del rey Aduarte de Inglaterra, e su muger doña Costança, fija del rey don Pero de Castilla, en la çiudad de La Curuña con mil D omes de armas de muchos e nobles cavalleros de casas conoçidas e mil D arqueros; e llegados allí, tomaron título de Rey e de Reina de Castilla e de León, diziendo que les perteneçía por partes del dicho rey don Pero, padre de la dicha Duquesa que se llamava reina. E en su llegada tomaron seis galeas que allí fallaron del rey don Juan de Castilla e çercaron la dicha çiudad e conbatiéronla por minas e con otros petrechos; pero defendiógela Ferrand Pérez de Andave, que era un noble e poderoso cavallero de Galizia que la tenía por el rey don Juan e estava aperçevido de gentes e de todas cosas neçesarias.

   Partióse el dicho Duque de allí e andudo por Galizia e diósele la çiudad de Santiago e otros algunos logares; e así mesmo se venieron a él algunos cavalleros e escuderos de Galiçia. E juntóse con el Maestre d’Ebás, que se llama Rey de Portoguel, e fizieron sus tratos para entrar en Galizia e en León al março. E con esto, el dicho Duque tornóse a Galiçia a invernar; e porque morían en toda ella de pestilençia, perdió la meitad de las gentes que consigo traído avía.

    

   Título de cómo el Duque de Alencaste e su muger, doña Costança, fija del rey don Pero, arribaron en La Curuña e se llamaron Reyes de Castilla e de León e de lo que en ella fizieron // [Fol. 340 r., col. a]

   En el mes de março del año del Señor de mil CCCLXXXVII años entraron en Castilla el Duque de Alencaste con DCC omes de armas e DCC arqueros que le avían quedado de la pestilençia e el Maestre d’Alís, que se llamava Rey de Portogal, con II mil DCC omes de armas e VI mil peones de pie del su reino de Portogal. E entraron por las comarcas de Venavente e fallaron en Venavente a don Álvar Pérez Osorio con muchas gentes e ovieron muchas peleas e escaramuças con los que estavan fronteros en las villas de Canpos porqu’el rey don Juan las avía bien basteçidas; e tomaron a Villalovos e a Valderas e a Reales, que no eran fuertes, e otros algunos logares pequeños e de aquéllos ovieron algunas provisiones de que se mantovieron, ca las vituallas que traxieron de Portugal eran gastadas e de las villas de Canpos no avían ningunas, que gelas vedavan los que estavan fronteros en ellas. E por esto e por la mortandad que sienpre duró entre ellos e porque sopieron qu’el Duque de Vorbón e los françeses eran llegados en Burgos, salieron de Castilla e tornáronse a Portogal. E tardaron en Castilla dos meses e poco más del día que entraron en ella. E los cavalleros que al Duque le (796) morieron estando en Galiçia e en Canpos fueron estos que siguen: el señor d’Escala, el Señor de Prelingas, el Señor de Astingas, el Señor de Santomés, su hermano, e mosén Tomás Simón e mosén Richarte, Mariscal, el Señor de Firez e mosén Tomás Persi e mosén Valdovín Fines e mosén Mao Burni e mosén Juan Falconi; estos amos morieron de armas en peleas e escaramuças.

    

   Título

   Estando el Duque en el reino de Portogal, fue tratado entre él e el rey don Juan de Castilla de lo que se avía fablado estando él en La Curuña e en Canpos en esta manera: [col. b] que casase el prínçipe don Enrique, fijo eredero del rey don Juan, que era de siete años, con doña Catalina, fija del Duque de Alencaste e de doña Costança, su muger, fija del rey don Pero, que era de treze años, e que oviesen los dichos reinos para sí e por sus erederos quitos de todas demandas e que diesen a la duquesa doña Costança las villas de Atiença e de Medina del Canpo con todos sus derechos e pechos, açeptos los señoríos e pechos reales, e más XL mil francos de oro en cada año para en toda la vida de la dicha Duquesa e más para las costas DC mil francos de oro pagados en çiertos tienpos. E dieron a los dichos Prínçipe e doña Catelina, que luego llamaron prinçesa, el prinçipado de Asturias. E así se tornaron el Duque e la Duquesa a Inguelaterra e la prinçisa Catalina quedó en Castilla.

    

   Título de cómo casó el Duque de Alencaste a doña Felipa, su fija, con el rey don Juan de Portogal e se fizo treguas entre Castilla e de Portogal

   En este tienpo casó el Duque de Lencaste a doña Felipa, su fija, con el Maestre d’Alís, que se llamaba Rey de Portogal, que la avía de la su muger primera, que era Duquesa de Lencaste, e feziéronse treguas entre Castilla e Portogal por seis años primeros e tornáronse todas las villas e castillos que estavan tomados del un reino al otro; e tornáronse por anvos los Reyes e conpliéronse luego todas las cosas dichas.

    

   Título [que abla de los monesterios que pose[e]n los caballeros y legos de Bizcaya] (797)

   En el segundo año fizo cortes este rey don Juan en Guadalajara, en las quales se le querellaron todos los prelados de Castilla e de León, mayores e menores, pidiéndole por merçed que les mandase dexar los monesterios que levaban los cavalleros. E dixieron que ellos eran primeramente agraviados en los obispados de Burgos e de Calaorra porque los señores e escuderos levavan las déçimas de las iglesias e que esto era contra derecho, / [Fol. 340 v., col. a] que ningund diezmo no podían levar legos, ca sienpre fueron ordenados que los diezmos levasen los saçerdotes en el Viejo Testamento e después en el Nuevo que los levasen los saçerdotes e clérigos que serviesen las iglesias e que todos los del mundo que esta razón savían e entendían e veían que lo avían por grand mal e que no savían en ninguna manera que lego del mundo podiese mostrar derecho para levar tales diezmos; otrosí que eran algunas iglesias de las quales levavan los legos los diezmos e qu’el Obispo de Panplona, de cuya jurediçión son aquellas eglesias, que mandava que oviesen los clérigos sus venefiçios e que los serviesen e que gelo no consentirían los tenedores d’ellas, faziendo sus estatuitus e ordenanças que los matasen qualesquier que tales cartas del Obispo traxiesen e que por mayor injuria que llamavan en Vizcaya e en Guipúzcoa e en Álava a tales iglesias monesterios e que le pedían por merçed que, pues él era de buena conçençia e temía a Dios, que los quesiese proveer en este fecho mandándoles desenbargar las dichas iglesias por que ellos podiesen proveer en este fecho, mandándoles desenbargar, e podiesen proveer e poner clérigos idoni[o]s (798) sufiçientes para las servir e que Dios gelo ternía en serviçio e que alcançaría por el mundo grand fama por que la Iglesia no fuese más agraviada como lo avía seido.

   El Rey mandó llamar a los tales cavalleros que las tales iglesias tenían porque muchos d’ellos eran allí en la su corte e, venidos delante d’él, mandóles que entendiesen en aquel fecho e respondiesen a la demanda de los dichos prelados. E los cavalleros se lo tovieron en merçed porque les mandava ser oídos e que ellos responderían delante su merçed. E avido su acuerdo con letrados, seyendo presentes los dichos prelados, respondieron en esta manera:

   -Señor, nos avemos oído que los prelados de vuestro reino se vos han querellado que nosotros levamos las déçimas de las iglesias que son en Vizcaya e en Guipúz-coa [col. b] e en otros lugares e partidas de vuestros reinos e posieron su demanda mostrando muchas razones por mostrar e colorar mejor sus fechos e razones, a las quales razones con grand reverençia de la vuestra real magestad respondemos así: Señor, es verdad que de CD años e más que no es memoria de omes en contrario ni por vista ni por oídas que vos, señor, en Vizcaya e en Guipúzcoa e en otros logares e nosotros e otros fijosdalgo que aquí no son levamos sienpre los diezmos de tales iglesias, como ellos dizen, poniendo en cada iglesia un clérigo e dándole çierto mantenimiento e diezmos señalados al dicho clérigo o clérigos que serviesen las tales iglesias. E, señor, segund oímos de nuestros anteçesores e ellos de los suyos, esto vino de quando los moros ganaron e conquistaron a España e los fijosdalgo que escaparon de la tal pérdida alçáronse a las montañas, que eran yermas e fuertes e no pobladas, e allí se defendieron de los moros, ca, señor, en ningund logar que levamos los tales diezmos nunca los moros podieron entrar ni ganar, que nuestros anteçesores gelos defendieron; e para mejor se los defender ordenaron que todos oviesen en sus comarcas çiertos caudillos a quien fuesen ovedientes e estoviesen por mayores en las peleas que con los moros oviesen e que para mantenimiento de aquellos caudillos por las cosas que fazían quando se ayuntavan con él ordenaron que todos les diesen un diezmo de todo lo que ellos labrasen, e estonçes no avía iglesia ni puebla ninguna en aquella tierra; otrosí que les toviese un clérigo que les dixiese misa por qu’el serviçio de Dios e de la santa fe no fuese olvidada e fincase la remenbrança de la christiandad e el dicho caudillo mantoviese el tal clérigo e capellán que la tal misa dixiese. E así se fizo e se guardó dende en adelante e, graçias a Dios, ellos se defendieron de los moros e ayudaron mucho al serviçio de los reyes, sus señores, en manera que echaron los moros d’ella e los conquistaron e ganaron, e fincaron ellos en tal posesión de levar los tales diezmos e mantener los tales clérigos fasta aquí; e aún son tenidos los tales tenedores de los tales diezmos, quando alguno de aquellos que de aquel linaje vienen, de le dar un día en el año de comer con aquella conpaña que suele traer aquel día, a lo qual llaman divisa, e aun aquel que le perteneçe la puede vender, segund la costunbre que entre sí ovieron fasta // [Fol. 341 r., col. a] [aquí] e aún son el día de oy, e nunca en tienpo del mundo por Santo Padre de Roma ni por prelado ni por iglesia nos fue contradicho, aviendo grandes católicos Padres Santos. Otrosí, así lo levaron los reyes, vuestros anteçesores, en los logares de tales iglesias, oviendo muchos e católicos reyes en Castilla e en León, así commo fueron el rey don Alonso el Católico de León e el rey don Alonso el Casto e el rey don Ferrando el Mano e el rey don Ferrando que ganó a Sevilla e a Córdova e otros reyes donde vos venides en Castilla e en León, por quien fizo Dios muchos e nobles miraglos en batallas e en conquistas de los moros, que sienpre tovieron ellos mesmos los dichos Reyes muchas iglesias en las dichas partidas d’estos reinos que vos oy levades. E después fue este fecho consentido e sofrido e conlevado de la Iglesia e del Papa, donde levaron los diezmos, que les nunca fue fecha contradiçión; e tenemos que esto fue por la Iglesia ser bien informada en este caso que los tales diezmos se lievan justamente. Otrosí, señor, en todos estos tienpos pasados e fechos que vos, señor, e los tales reyes onde vos venides levaron los dichos diezmos, ovo muchos e nobles prelados e grandes maestros en teología e dotores en decretos e omes de buenas conçiençias e catadores de sus iglesias e pribados de los reyes en los obispados de Burgos e de Calorra e nunca tal cosa dixieron ni fallaron en ella, por lo qual es gran suspeçión e derecho que por alguna razón se dexó. Otrosí, señor, por esta demanda que los prelados fazen a nos avemos avido con grandes letrados e nos dizen que a lo que vos los prelados alegan que en el Viejo Testamento que los saçerdotes e servientes del tenplo oviesen las déçimas, dizen que es verdad, mas con tanto que fue ordenado que los tales ministros no oviesen otras eredades salvo los tales diezmos, e por esta razón quando Nuestro Señor mandó en el Viejo Testamento a Josué que partiesen la Tierra de Promisión a los fijos de Israel, ca maguer(r)a eran doze tribus Él gelo prometiera e los sacó del poder del Rey Faraón [col. b] de Egito, no le mandó fazer más de onze suertes para los doze tribus de Israel, ca maguer(r)a eran doze tribus, al tribo de Leví no le mandó dar suerte, por quanto le mandava dar diezmos para ellos se mantener en el tenplo, señor, salvo que les mandó dar algunos logares çiertos do podiesen tener sus ganados e así se fizo. E agora, señor, como quier que la Iglesia sea por ello más onrada porque los prelados e clérigos tienen grandes estades, enpero verdad es que oy tienen los tales prelados e clérigos, afuera de los dichos diezmos commo lievan, muchas çiudades e villas e castillos e eredades e vasallos con justo e alto e baxo e ¿medo e misti un perior? de poner merinos e ofiçiales e usan de la tenpolidad e sangre, lo qual, señor, con reverençia no pareçe bien en esto; e esto usado e consentido en la vieja ley, que fue ordenado que los tales ministros e saçerdotes servidores de las iglesias e de los tenplos de Dios que levasen los diezmos e no ál, salvo algunos logares apartados que les fueron señalados para tener sus ganados, segund dicho es. E agora, señor, quiérenlo todo, que después de la tenpolidad quieren aver los diezmos; e, señor, en los prelados levar tales tenpolidades es grand contrario al serviçio de Dios e de las iglesias e de sus personas mesmas, que por esta razón andan ellos en las casas de los reyes e en vuestra corte dexando de poner e de visitar sus iglesias e los sus encomendados e saver cómo viven e cómo pasan, en guisa que muchos clérigos, mal pecado, por no tener visitadores e desaminadores no saven consagrar el Cuerpo de Dios bien e onestamente. E si dizen, señor, que agora en el Nuevo Testamento les es consentido levar los diezmos e aver tenpolidades, a esto, señor, dezimos que bien puede ser, pero todos tienen que, si ha (799) de ser, que es por los decretales e tales mandamientos a clérigos fechos en / [Fol. 341 v., col. a] favor d’ellos; e por ventura pensaron que sería bien lo ordenaron, pero después ovo en ella mayor desordenança. Otrosí, señor, beemos que toda Italia, que es una de las mayores provinçias de la christiandad, no les consienten levar diezmos a los clérigos ni gelos dan; e esto por quanto tienen e han ocupado muchas tenpolidades de señoríos, que an muchas villas e çiudades e vasallos e les dizen que, si quieren levar los diezmos, que dexen las tenpolidades. Otrosí, señor, nos dizen letrados que ovo un conçilio e consejo en Roma, que fue fecho en Sant Juan de Letrán, que es Conçilio Letranensis, que por tales diezmos así antiguamente levados, commo éstos sobre que los prelados dixieron, que no podían saver en qué manera ni en quál tienpo fue allí ordenado en aquel conçilio que tales enajenamientos fechos d’enantes de aquel Conçilio Letranensis que, por no poner escándalo, que se fuesen e que no fuesen demandados a los tenedores de los tales diezmos. Porque de aquel conçilio en adelante ordenaron que por papa ni por prelado no puedan fazer enajenamiento de tal, nos, señor, tenemos que levar los tales diezmos de que los prelados nos fazen agora demanda enantes del Conçilio Letranensis d’estonçes lo tenemos e después acá de tienpos, que en ninguna manera ni por oídas ni por escrito no pareçe ninguno contrario ni otra ninguna manera; antes, señor, nos dizen letrados que, pues de tan grande tienpo acá estamos en posesión de levar los tales diezmos e la Iglesia lo sofrió e lo consintió fasta aquí los diezmos, que peca .si no nos los pagan los que los han de dar verdaderamente sin engaño. E señor, dízennos letrados que tales cosas como éstas no se pueden en otra manera ordenar e que se deven sofrir en el estado en que son falladas. E en verdad, señor, si agora nuevamente se oviesen a remover, ca en Vizcaya e en Guipúzcoa e en Álava e en otras partidas de [col. b] vuestro reino estará; en otros reinos, así commo en Françia e en Inguelaterra e en Aragón, que tales diezmos se lievan. Son muchos a quien atañe este fecho, que todos serían mucho escandalizados si contrario d’ello oviesen, commo aquellos que no han otro eredamiento en el mundo de que vivían, salvo d’esto que de tan grand tienpo lo tienen sin contradezirlos la Iglesia. E, señor, dizen que estos diezmos no caven en persona de lego; señor dízennos letrados que los diezmos son devidos a las iglesias por una de dos maneras: la una, por reverençia e acatamiento e serviçio divinal que en ellos se faze, e tal diezmo como éste era puro e no lo puede levar ni aver lego las tales rentas, e la otra manera [que] son dadas a las iglesias es por razón de reconoçimiento de señorío general; este (800) es el caso por donde nos levamos los frutos e levamos los dichos diezmos. Otrosí, señor, a lo que dizen los prelados que todo esto es consentimiento de la Iglesia e del Papa, tal título no podemos aver los tales diezmos; señor, verdad es que mejor sería, pero asaz conoçimiento suyo pareçe de CD e más años acá que fue sofrido e tolerado e consentido en la Iglesia de Dios, que nunca ovo contrario fasta aquí. A lo que dizen que en Vizcaya e en Guipúzcoa e en Álava son fechos ordenamientos que ninguno no sea osado de leer cartas del Padre Santo ni del prelado en contrario d’esto, so pena de la muerte, a esto, señor, no creemos que tal estatuito fuese fecho e verdad es que todos los fijosdalgo que lievan los tales diezmos se juntaron para soplicar a vos pidiéndovos por merçed que no consentiésedes a qu’ellos fuesen deseredados e afrontados, pues de tan grandes tienpos acá estavan en posesión paçífica de levar los tales diezmos. Otrosí, señor, savemos qu’el Obispo de Panplona, que es en el reino de Navarra, que son de aquel obispado, qu’él ha jurediçión en Guipúzcoa, que los vuestros fijosdalgo lievan los diezmos, que faze graçias e merçedes d’ellos por venefiçios a clérigos algunos. Pero señor, sabredes que en el su obispado de Panplona ay tales monesterios e iglesias que fijosdalgo de // [Fol. 342 r., col. a] Navarra lievan los diezmos en las tales [e] no se entremetió el dicho Obispo ni gelos da ni enbarga a los que las lievan, así como lo faze a los que son en vuestro reino; e esto faze por una vez pasar el señorío d’ellos a sí e después darlos a los que querrán tener la parte del Rey de Navarra, su señor, en lo qual, señor, sería grand deserviçio vuestro, por quanto Guipúzcoa fue otro tienpo del reino de Navarra e sería puesta grand ocasión de se perder la dicha tierra, por lo qual vos pedimos por merçed que vos querades defender nuestras livertades, segund las defendieron vuestros anteçesores, ca derechamente las cobraron defendiendo las dichas tierras de los moros aquellos donde nosotros venimos.

   Oídas estas razones por el Rey, dixo a los dichos prelados que en ninguna manera no demandasen ni ocupasen los tales diezmos ni iglesias, ca sería caso de grand escándalo e ocasión, pero si avía algunas iglesias de las que fueran ganadas después de aquel tienpo e nuevamente, que gelas mandaría dexar. E los prelados, veyendo lo que los cavalleros avían razonado e lo qu’el Rey les mandava, toviéronlo por bien e dexáronlo con tanto.

    

   Título de la muerte d’este rey don Juan e de la causa d’ella

   Estando el rey don Juan en Alcalá de Enares, acavando sus cortes que allí avía fecho, sopo cómo venían çinquenta cavalleros christianos con sus mugeres e fijos, que los enbiava el Rey de Marruecos por ruego d’este rey don Juan, que los quería eredar e dar su mantenimiento en su reino porque eran de un linaje de christianos que se llamavan los Faruanos que avían quedado so el señorío del Miramamolín en tienpo del conde don Illán. E cavalgó en un cavallo ruçio un domingo después de misa del mes de otubre año del Señor de mil CCCXC años e salió por la puerta que llaman de Burgos e en un barvecho dio de las espuelas al cavallo e en medio de la carrera cayó con él; e quebrantóle todo el cuerpo e algunos huesos e, quando [col. b] llegaron por lo acorrer, falláronlo sin esprito. E pesó mucho a todo el reino comúnmente, ca era omne de buena manera, (e) aunque fue desdichado en sus fechos e era muchas vezes doliente. E morió en hedad de XXXII años.

    

   Título del reinamiento del rey don Enrique Terçero e XVI que reinó en Castilla e León e de los sus fechos

   En el año del Señor de mil CCCXC años, muerto este rey don Juan, reinó su fijo don Enrique. Fue el XVI rey que reinó en Castilla e en León, que era de nueve años, e todo su reinamiento fue XVII años e morió en el año del Señor de mil CDVI años y medio. E sus fechos e virtudes fueron los prinçipales estos que se siguen:

   (E) mantóvose el governamiento del reino por los cavalleros de Castilla, ca no le quisieron dar tutor ni governador, sino que todas las cosas pasavan por consejo de los mejores e más cuerdos del reino e señalavan ellos e firmava él, ca era mucho entendido para de su tienpo, tanto quanto no ay memoria que lo fuese rey de su linaje. E porqu’el Duque de Venavente, su tío, fizo matar a Diego de Rojas, estando en Burgos, a dos escuderos suyos andando a caça, ovo escándalo en la çiudad e salióse el Duque de la corte. E la causa d’esta muerte d’este Diego de Rojas fue porqu’él era casado con una fija vastarda del conde don Sancho, su tío d’este Duque, porque este Duque se tratava por ella de casar con la Condesa de Alborquerque, que era fija eredera del dicho conde don Sancho, que era desposada con el infante don Ferrando, fijo del rey don Juan, que era de siete años; y ella Condesa avía XV años e quería dexar el menor por el mayor. E toviéndolo conçertado por aquella su hermana bastarda, descobriólo ella aquel su marido Diego de Rojas, que vivía con el Duque, e él díxolo al rey don Enrique. E porque guardaron a la dicha Condesa, fízolo matar este Duque e tomó aquella su muger por mançeva, ca era mucho fermosa e traíala consigo; e andava alboroçando por tierra de Canpos con // [Fol. 342 v., col. a] DC omes de armas deziendo qu’él avía de ser en el govierno del reino.

    

   Título de cómo fue muerto Diego de Rojas e cómo fue preso el Duque de Venavente

   En el segundo año del reinamiento d’este rey don Enrique, andando este Duque de Venavente alboraçando con sus gentes por las comarcas de Burgos comiendo e no catando, ca era mançevo e mucho valiente e esforçado e ponía mucho espanto en la corte, e así mismo lo fazía don Alonso, su hermano, Conde de Gijón, que fuera suelto de la presión quando morió el rey don Juan, que lo tenía preso, commo dicho es, que tenía aquella villa de Gijón mucho vasteçida, que era mucho fuerte e gran puerto de mar, e pasando así, oviendo el Rey ya onze años, fue tratado con el Duque de Venavente sobre grandes contratos e juramentos que veniese a la corte a Burgos, que estava el Rey e que le darían grand parte del govierno del reino. E llegando a Burgos e entrando en el castillo, fue luego preso e levado al castillo de Mora, donde feneçió sus días en tienpo de L años que yogo preso fasta que morió.

    

   Título de cómo el rey don Enrique tomó la villa de Gijón e fuyó el conde don Alonso a Portogal

   En el quinto año del su reinado sacó este rey don Enrique sus gentes e fue sobre el conde don Alonso, que estava vasteçido en la villa de Gijón. E como el Conde lo sopo, entró en una nao con mucho thesoro que tenía e pasó a La Rochela e a Françia [a] buscar gentes de las conpañías para venir por la mar e fazer guerra de aquella villa; e dexó la Condesa, su muger, con mucha buena gente e bien vasteçidos en la dicha villa. E çercó el Rey la villa e estubo buen tienpo sobre ella conbatiéndola con lonbardas e trabuco, enpero defendíanla muy bien los que la tenían por que esperavan cada día el socorro del Conde, el qual tenía muchas gentes buscadas e pagádoles el sueldo. E sopiendo el dicho rey don Enrique, enbió a Pero López de Ayala al rey don Carlos Sesto que no dexase venir aquellas gentes, pues era su deserviçio, el qual luego mandó que se tornasen. E así perdió muchos dineros que les avía dado e vínose a Bayona e de allí pleiteó [col. b] con el Rey que dexase salir la Condesa con todo lo suyo e la posiesen en Portogal e que perdonase a todos los que con él eran estados e que entregasen la dicha villa. E conplido todo, fizo el Rey derrocar todas las çercas d’ella, como lo están agora, e quedó todo el reino en sosiego. E fuese este conde don Alonso con su muger, que era fija vastarda del rey don Pero de Portogal, e allí feneçió sus días; e dexó fijos que fueron buenos cavalleros e oy ay d’ellos buena generaçión.

    

   Título de cómo este rey don Enrique ganó del Santo Padre los venefiçios a las iglesias para los prelados

   Contado ha la istoria cómo los prelados del reino e todos los otros se ovieron quexado al rey don Juan en aquellas cortes de Alcalá de lo que fazía el Santo Padre en razón de los venefiçios de los sus reinos porque eran más agraviados e injuriados que ninguno de los reinos de Françia e de Inguelaterra e de otras partidas fuera d’Espana, que dezían que no savían que omne ninguno de Castilla que toviese venefiçios en los reinos de allende la mar, como es de Françia a Italia e Alemaña, e que todos ellos avían venefiçios e dinidades en los reinos de Castilla e de León e que en esto reçivía su reino grande daño e agravio e pérdida e poca onra en dos maneras: la una, que éstos, que eran estrangeros e no naturales del reino de Castilla, tenían dinidades e venefiçios en este reino, no visquiendo en el reino ni lo toviendo [a] voluntad, e lievan todas las rentas fuera del reino en oro e en plata e que las dichas iglesias eran mal servidas e era grand deserviçio de Dios e de la su merçed; e que no era bien ser así eredados los estrangeros en el dicho su reino. E que por esto los que eran naturales del reino no curaban de poner sus fijos clérigos, pues no entendían aver los venefiçios en los dichos reinos, e que por esto no curavan de aprender e qu’el reino valía mucho menos por ello. E que le pedían por merçed que con sus envaxadores enbiase soplicar al Santo Padre sobre este fecho.

   E al dicho rey don Juan avía plazido e plazía de lo pro-curar, // [Fol. 343 r., col. a] pero por la muerte que le vino apresurada quedóse diferente. E así como este su fijo reinó e conplió edad de XIV años, pusiéronlo delante su merçed, el qual, por conplazer a los de su reino e por conplir su grand coraçón, púsolo luego por obra e enbió sus enbaxadores al Santo Padre a le pedir merçed sobre este fecho, çerteficándole que tal cosa no consentiría más en su reino; e así le fue otorgado e firmado e tura después acá. E esto fue causa qu’el Santo Padre lo confirmó a todos los reyes christianos en que todos los naturales de los reinos ayan las dinidades d’ellos e no estranjero ninguno, ca todos lo fallaron razonable e provechoso.

   Este noble Rey, veyendo que la liança e conpañía qu’el rey don Enrique, su agüelo, avía fecho con el rey don Juan de Françia en que lo avía de servir con diez galeas a su costa de mejoría a todas sus guerras que no era onra suya ni de sus reinos, (e) por esto enbió envaxadores a Ferrand Pérez de Ayala e al dotor Vaviano al rey don Carlos Sesto de Françia, que era del su consejo, con sus cartas de creençia e con la carta e capitulado que avía pasado sobre ello. E la creençia que le mandó dezir fue por un escrito firmado de su nonbre que dezía así:

   «Dezid a mi hermano, el Rey de Françia, qu’él save, o deve saver, que la conpañía que no es igual que no es duradera, ca costunbre antigua es por todo el mundo qu’el que tiene cargo de suso lo quiere quitar de sobre sí e otrosí qu’el que yaze devaxo que sienpre codiçia de salir arriba, e que le plega mirar en esto porque la conpañía qu’el rey don Enrique, mi agüelo, fizo con el rey don Juan, su agüelo, no fue fecha en igual ni acatada la honra de la Corona Real de los mis reinos de Castilla e de León, la qual el dicho rey don Enrique no fizo por mengua de coraçón que en él oviese ni por no lo entender, sino por la grand neçesidad en que él era por andar fuera de los dichos reinos e, así mismo, si lo [col. b] confirmó el rey don Juan, mi señor e mi padre, fue por semejantes acaeçimientos de neçesidades, pero, commo quier que ellos en sus tienpos ovieron poder de fazer lo que les plugo en sus reinos, pues ellos falleçidos son, los dichos reinos e yo somos libres e esentos de todo tributo e sojuçión, açebto el señorío de la ovediençia de la Iglesia de Roma, esto en quanto atañe a la fe católica; e que yo me tengo en aquella estima e alteza en que se tovieron los reyes onde yo vengo e que le plega de dar por ninguno aquel tributo de las dichas diez galeas de que los dichos mi padre e agüelo lo servieron e que rasgue las dichas escrituras e condiçiones; que a él plega que yo e los dichos mis reinos e él e los suyos seamos en una conpañía en igual grado e amigos de amigo e enemigos de enemigos igualmente, sin condiçion alguna. E si esto así le ploguiere, confirmad la liança con él por el poder que de mí e de mis reinos levades, por manera que el que primero oviere menester que primero sea socorrido del otro con todo lo neçesario fasta las personas reales e sus thesoros e estados; e si esto no le ploguiere, rasgad en la dicha presençia las dichas escrituras e desafiad a él e a sus reinos de mi parte e de mis reinos e tomadlo por testimonio «.

   Lo qual todo fue dicho por los dichos Ferrand Pérez e dotor Faviano Babiano al dicho rey don Carlos en presençia de los señores del su consejo e bien platicado en el dicho consejo e ant’el parlamed de París. E después de platicado todo, el mesmo rey don Carlos le puso las dichas escrituras en la mano al dicho Ferrand Pérez para que las rasgase e le dixo que a él plazía e era contento de ser su aliado en igual grado como al dicho rey don Enrique. E así se rasgaron e fezieron otras de nuevo e an durado fasta oy.

   Este rey don Enrique fue omne fermoso de cara, pero doliente del cuerpo. Fue espada de la justiçia entre todos los reyes christianos en dos maneras: la una, acatando adon-de / [Fol. 343 v., col. a] devía fazer e porque, segund los casos e personas e en todos los sus reinos, no se avía de fazer justiçia a omne de estado o de fijodalgo de onor sin primeramente saverlo él.

    

   Título de las condiçiones d’este rey don Enrique e de la su muerte

   Este Rey puso sus rentas en todos sus reinos e los acreçentores, tanto que ninguno de los reyes pasados, sin echar pedidos ni monedas ni agraviar ni despechar sus pueblos ni tomando de lo ageno, sino de los derechos acostunbrados en sus reinos, porque cavallero mayor ni menor no ocupava sus derechos ni los fablara por la vida. E commo quier qu’él por su dolençia se ençerrava mucho, pero sienpre quería que andoviesen en su corte grandes señores e galanes cavalleros e escuderos justadores a fazedores de todas cosas de fecho de armas e que los viese él de cada día e cada ora; e fazíales mucho bien. E era mucho católico e amado de todos sus reinos e era mucho temido de las cosas razonables. Sienpre traía sus mensajeros por todos los reyes christianos e moros e donde avía memoria d’ellos, fasta en las Indias, enbiándoles sus presentes por fazer memoria de sí e, por tanto, era mucho amado de todos ellos e así mesmo le fazían ellos a él sus solenidades e presentes. E morió de su dolençia moço en edad de XXVI años.

    

   Título del reinamiento del rey don Juan Segundo e XVII que reinó en Castilla e León e de los fechos acaeçidos en su tienpo

   En el año del Señor de mil CDV años, muerto este rey don Enrique, reinó su fijo don Juan, segundo d’este nonbre, que fue el XVII rey que reinó en Castilla e en León, en edad de un año e medio. E todo el tienpo de su reinamiento fueron XLVII años e morió en el año del Señor de mil CDL años. E sus fechos e virtudes fueron los prinçipales estos que se siguen: en comienço [col. b] del su reinado fueron sus tutores la reina doña Catalina, su madre, e el infante don Ferrando, su tío, que fue buen cavallero e en comienço de su tutoría entró en tierra de moros e fízoles mucha guerra e ganó la villa de Sara e otros castillos. E çercó la villa de Antiquera e, toviéndola çercada, vino toda la casa de Granada con V mil de cavallo e XXX mil omes de pie a la socorrer; e salió el Infante con toda su cavallería a ellos e púsoles su batalla sobre la dicha villa adonde llaman la Voca de la Asua e fueron luego vençidos los moros e muertos e presos muchos d’ellos. E morió allí Lope Urtiz d’Estúniga de las Cuevas e otros algunos christianos; e otrosí morieron en conbate de la dicha villa Lope de Avellaneda, fijo de Juan González, e Martín Roiz de Avendaño, el de Urique, de una ferida que ovo de un viratón por el tovillo aguardando las mantas de los petrechos e otros muchos, d’ellos de armas e d’ellos de dolençias. E fue tomada la dicha villa de Antiquera con una grúa mucho grande que le posieron a cavo de siete meses que se çercara, en el año del Señor de mil CDX años. E dende a poco tienpo fue alçado por Rey de Aragón este infante don Ferrando por muerte y fin del rey don Martín de Aragón, su tío, que morió sin fijos, segund se contiene en los fechos de los Reyes de Aragón. Governóse el rey don Juan por la reina doña Catalina, su madre, en mucha justiçia, con acuerdo de los buenos cavalleros del reino, fasta que morió de su dolençia esta noble Reina.

    

   Título de cómo venieron los infantes don Juan e don Enrique e don Pero, fijos del rey don Ferrando de Aragón, en Castilla

   Muerta la dicha reina doña Catalina, venieron los infantes don Juan e don Enrique e don Pero, fijos del rey don Ferrando de Aragón, e con ellos don Sancho de Rojas, Arçobispo de Toledo, e el Conde de Castro e el Conde de Castañeda, que eran sus ayos, e apoderáronse en el // [Fol. 344 r., col. a] governamiento del reino e toviéronlo fasta que cavalleros del reino posieron discordia entre los infantes don Juan e don Enrique, su hermano; e por aver causa d’ello dieron por muger al infante don Enrique, tomándola por fuerça, que estava con el Rey, e fuéronse con el Rey Ávila, seyendo el infante don Juan a se casar a Navarra. Don Álvaro de Luna, que era donzel del Rey e mucho privado d’él, sacó al Rey de Toledo deziendo que a caça e ençerróse con él en el castillo de Monte Alván, adonde fue çercado del dicho infante don Enrique e socorrido por el dicho infante don Juan e por muchos grandes que eran con él, e veniéronse con él a Madrid. E sobre tratos fue preso el infante don Enrique e los otros que eran de su valía e fuéronse Aragón.

    

   Título de las guerras que se fizieron entre Castilla e Vayona de Gascoña e en Asturias de Oviedo

   En el año del Señor de mil CDXV años entraron el dotor Gonzalo Moro, Corregidor de Vizcaya, e Ferrand Pérez de Ayala e todos los vasallos e conçejos de Vizcaya e de Guipúzcoa por mandado del rey don Juan en tierra de Vayona e quemaron a Sant Juan de Lus e a Cabritón e a Vearris e fezieron mucho daño en la tierra de Laborte. E luego en siguiente, sentiéndose d’éstos los vayoneses e lavorteses, fezieron grande armada por la mar e arribaron a la costa de Asturias de Oviedo e quemaron la villa de Gijón o otros logares e fezieron mucho daño.

   En este tienpo çercaron cavalleros del Andaluzía la villa e castillo de Gibraltar, cuidándola tomar, porque la querían dar algunos elches de dentro; e conbatiéndola por mar e por tierra con escalas, feziéronlos redrar de la villa e, al retraer, se fundieron el Conde de Niebla con otros cavalleros en una barca e con el peso de las armas fuéronse al suelo e nunca los fallaron. E morieron algunas gentes en aquel con-bate [col. b] e quedóse la dicha con los moros.

    

   Título de la vatalla que ovieron la flota e armada de los castellanos e de los alemanes d’abán de La Rochela

   En el año del Señor de mil CDXXI años fizo el rey don Juan armada de XL naos en la villa de Santander e fue su capitán don Juan de Canpo Redondo, fijo vastardo de don Juan, Señor de Aguilar. E pasaron la mar para fazer guerra en los ingleses en la costa de Burdel en ayuda del Rey de Françia e, llegados en costa de Rochela, (e) fallaron en el vosque de La Rochela mucho grande flota de alemanes que cargavan de vinos, que eran más de LXXX grandes v[a]rcas. E porque entre los alemanes e castellanos se fazía cruda guerra e los alemanes echavan a la mar a todos los que tomavan, (e) ovieron fuerte batalla e fueron vençidos los alemanes e tomada toda su flota, sino pocas que fuyeron alta mar; pero no quisieron matar ni ronzonar omne ninguno, sino los que morieron en armas, que fueron muchos, ca fue la batalla mucho profiada. De aquel día en adelante no mataron alemanes ningund castellano e dende a poco tienpo fezieron pazes con çiertas condiçiones que duran fasta oy.

    

   Título de los fechos que fizo el rey don Alonso de Aragón quando sacó de la presión al infante don Enrique, su hermano

   En el año del Señor de mil CDXXIV años salió el noble rey don Alonso de Aragón con mucha gente de armas e con favor de algunos cavalleros de Castilla, así de los que con él allá estavan commo de otros del reino, en demanda de la soltura del infante don Enrique, su hermano, que yazía preso en el castillo de Mora, e vino por el reino de Navarra fasta Sant Viçente; e puso su real entre Briones e Sant Viçente e de allí se trató por el infante don Juan, su hermano, y por don Álvaro de Luna, Condestable, la soltura del dicho infante don Enrique, que era Maestre de Santiago. E tragiéndogelo allá, se tornó / [Fol. 344 v., col. a] con él para Aragón e fueron perdonados todos los cavalleros que eran desterrados, sino Ruy López Dávalos, Condestable, que le fue tomado todo lo suyo e morió por mal cabo en Aragón. E fue suelto el conde Garçi Ferrández Manrique, que fuera preso con el dicho infante don Enrique.

   En el año del Señor de mil CDXXIX años, estando el reino de Castilla en concordia so el govierno de los infantes don Juan e don Enrique e pribando mucho con el rey don Juan don Álvaro de Luna, Condestable, fue el dicho infante don Juan a tomar el reino de Navarra por muerte del rey don Carlos, su suegro; e tomando título de rey en Navarra, juntáronse toda la cavallería de Castilla con el dicho Condestable e enbiaron dezir al dicho infante don Juan que governase su reino e no curase de venir a Castilla. E porque no quisieron ser en esto el infante don Enrique e el Conde de Castro, echáronlos dende e fuéronse al dicho rey don Juan de Navarra.

    

   Título de las guerras que ovo entre los reyes don Juan de Castilla e don Alonso de Aragón e don Juan de Navarra

   Sobre estas cosas fechas en Castilla, juntáronse los reyes don Alonso de Aragón e don Juan de Navarra e infante don Enrique e el Conde de Castro e otros cavalleros algunos de Castilla que eran de su favor e entraron por Castilla; e salieron el dicho Condestable e los otros cavalleros del reino a ellos e juntáronse en Monteagudo para pelear; e estando allí, ovieron sus tratos de paz. E tornados cada unos a sus tierras, el rey don Juan toviéndose por injuriado porque los Reyes de Aragón e de Navarra le avían entrado en sus reinos, (e) juntó sus gentes e fijosdalgo, que fueron muchos además, para entrar en Aragón e puso su real en Veramaçán. E allí fue preso el Duque de Arjona, veniendo de Galiçia con mil de cavallo e mucha gente de pie, deziendo que avía seido de la fabla de la entrada de los Reyes de Aragón e de Navarra, e fue puesto en el castillo de Peñafiel e allí morió de yerbas. Entró el dicho rey don Juan por Aragón e, fecho algunos daños en él e tornado en Castilla, [col. b] repartió todos los eredamientos que los Infantes e Duque tenían en Castilla en los cavalleros del reino. E seguíase la guerra.

    

   Título de la batalla que ovo el marqués Ínigo López de Mendoça con los aragoneses e castellanos en Araviana

   En este año entraron en Castilla Ruy Díaz de Mendoça el Calvo, que era con el Rey de Navarra, e don Pero de Maça e otros cavalleros e gentes de Aragón e de Castilla, que eran criados de los dichos Infantes, e otros de Navarra fasta DCCC de cavallo e mil omes a pie e corrieron fasta el canpo de Araviana. Salió a ellos don Ínigo López de Mendoça con DC de cavallo e CXX ginetes, D omes de pie, que estava frontero en Ágreda, e ovieron fuerte batalla açerca de Moncayo. E fue vençido el dicho Ínigo Lópes porque le falleçieron muchos de los suyos; e con todo, él se recogió con su estandarte con los que quedaron con él, commo esforçado cavallero, a un recuesto, nunca volviendo cara, açerca donde avía seido la batalla e no lo osaron más acometer e tornáronse Aragón. E morieron allí Avendaño, fijo bastardo de Juan Alonso de Múgica, e otros muchos.

    

   Título de la pelea que ovieron Diego Pérez Sarmiento e mosé[n] León, Mariscal de Navarra, entre La Vastida e Sant Viçente

   En el año del Señor de mil CDXXXI años pelearon Diego Pérez Sarmiento, que estava frontero(s) en La Vastida con CXX de cavallo, con mosén León, Mariscal de Navarra, que estava frontero en Sant Viçente con çiento de cavallo e más. E oviendo fuerte batalla, fueron vençidos los navarros e morieron algunos d’ellos e muchos cavallos; e fue preso el Mariscal e algunos suyos.

    

   Título de la pelea que ovieron los vizcaínos e gipeses e Encartaç[i]ón sobre (801) Santo Vicente e de los que fueron muertos e presos

   Continuándose esta guerra entre Castilla e Aragón e Navarra, estando frontero el conde don Pero Ferrández de Velasco en la villa // [Fol. 345 r., col. a] de Haro, conbatiéronlas gipués e vizcaínos que con él estavan el arraval de la villa de Sant Vicente, que estava en ella mosén Graçián d’Agramont, e morió allí Gonzalo Gómez de Butrón e fue preso Gómez González, su fijo. Otrosí conbatió el Conde la puente de Sant Vicente, toviendo real entre Briones, que estava Sancho de Londoño en ella por Navarra, e morió en el conbate Gonzalo Roiz de Carasa. E no podiendo tomarlas, se retraxo a la dicha villa de Aro, ca era inbierno.

   Otrosí en esta guerra antes un año d’esto, quando el rey don Juan entró en Aragón, commo dicho es, entraron en Navarra por Valdesarría todos los mejores de Guipúzcoa e de Vizcaya e de las villas e tierra llana, fasta V mil omes, con un secretario del Rey. Eran capitanes d’ellos Juan López de Lezcano e Martín Roiz de Ganboa; de los vizcaínos, Gonzalo Gómez de Butrón e Gómez Gonzalo, su fijo, e Pero de Avendaño e Ferrand Garçía de Arteaga; e de los de la Encartaçión, Ochoa de Salazar. E toviendo çercada la villa de Araquién, venieron el Condestable de Navarra e otros navarros e morieron allí d’ellos Charlot de Garro e otros; e la villa no la podieron tomar porque no tenían petrechos. E corrieron todos aquellas comarcas e saliéronse a Castilla. E dende a poco tienpo fezieron treguas entre estos reinos.

    

   Título de la batalla que ovo el rey don Juan con el Rey de Granada e de lo que allí se fizo

   En el año del Señor de mil CDXXXII años entró el rey don Juan en la Vega de Granada con toda la cavallería de Castilla e con mucha gente de pie; ovieron fuerte batalla con toda la cavallería de Granada, que eran VII mil de cavallo e LXXX mil moros a pie, e fueron vençidos los moros e muertos e presos muchos d’ellos. E apoyáronse II mil D moros ballesteros de los que iban fuyendo porque los aquexavan los de cavallo en unas huertas [col. b] de olivares e de figueras dentro de unas azequias e, quesiéndose dar a presión, no los quisieron asegurar la vida. Fueron conbatidos, apeándose toda la cavallería, e la gente de pie con ellos; e porque los moros, no viendo vida, se defendían bravamente, duró el conbate fasta la tarde, que fueron entrados por fuerça de armas e matáronlos a todos, que no escapó uno solo. E morieron allí algunos christianos e otros muchos feridos. E fízose mucho daño en la dicha Vega e feziérase mucho más, sino qu’el condestable don Álvaro de Luna fue desengañado que los cavalleros lo querían matar e fizo levantar el real al Rey e saliéronse a Castilla e derramaron las gentes. De aquella entrada derribaron una fuerte torre que estava en la puente de Pinas con una lonbarda e mataron muchos moros que estavan en ella.

    

   Título de la pelea que ovieron el marqués Ínigo López de Mendoça e el Arçobispo de Toledo en el canpo de Torote

   Oviendo mucha guerra e discordia entre este Condestable e cavalleros de Castilla, ovieron una batalla el marqués Ínigo López de Mendoça, que estava en Alcalá frontero, e el Arçobispo de Toledo, hermano del Condestable, que estava en Madrid, en el canpo de Torote; e porque los del Arçobispo (que) eran más gentes a cavallo, fue vençido el Marqués e ferido por la cara de una lança. E morieron muchos cavallos e algunos escuderos muertos e feridos, pero todavía se retraxo el dicho Marqués con todos los suyos que a pie le quedaron, muertos sus cavallos, como esforçado cavallero e bien aguardado de los suyos, e duró mucho aquella pelea.

    

   Título de la pelea que ovieron mosén Juan de Pueblas e los comendadores en la comarca de Guadalajara

   Fechas igualas entre los castellanos e continuándose la guerra entre Castilla e Aragón, faziéndose mucha guerra de la villa de Turija, que tenía mosén Juan de Pueblas por el Rey de Navarra, entró [a] correr tierra de Madrid con gente de cavallo a la gineta e salieron a él los Comendadores de la Orden de Santiago, que eran todos a cava-llo / [Fol. 345 v., col. a] omes de armas; e fallados en uno, ovieron su fuerte batalla e, commo los Comendadores ponían espuelas e sus lanças en los ristres e daban en ellos, fazíanse los ginetarios dos partes e dávanles pasada faziéndoles los cavallos de al través, (e) durando aquella pelea grande parte del día, por manera que los ginetarios seyendo libianos e los cavalleros armados pesados, por manera que les mataron todos los cavallos; e quedando a pie, pelearon commo buenos, ca eran omes señalados e de vergüeña. E fuendo muchos d’ellos feridos e algunos muertos, diéronse a presión e salieron por su(s) rançón.

 

   Título de la çerca que fizieron el Arçobispo de Toledo e el marqués Ínigo López sobre mosén Juan en la villa de Turija

   Estando (802) este mosén Juan de Bueblas en la dicha villa de Turija e fechos muchos daños d’ella en Castilla, fue çercado por mandado del rey don Juan del arçobispo don Alonso de Acuña de Toledo e por el marqués Ínigo López de Mendoça; e durando la çerca dos años conbatiéndolo con engeños e con lonbardas, óvose de dar por falta de vituallas. E fueron presos él e todos los suyos e salieron por presioneros qu’él tenía en Aragón.

    

   Título de cómo fue preso el adelantado Pero Manrique e se soltó e lo que se fizo e cómo morió con yerbas

   En esta sazón fue preso el adelantado Pero Manrique e salióse de Fuente Dueña; e juntándose con los cavalleros, fizieron salir al Condestable de corte e estuvo en Escalona fasta que ellos mesmos gelo fezieron traer al Rey. E venido, fueron dadas yervas al dicho Adelantado comiendo con el Arçobispo de Toledo, díxose que por mandado del Maestre, su hermano, e morió d’ellas por luenga dolençia.

   

   Título de cómo fue preso el rey don Juan en Medina del Canpo e fuyó el Condestable a Escalona

   Estando el rey don Juan en la villa de Medina del Canpo e con él el Maestre e otros muchos cavalleros, venieron sobre él el rey don Juan de Navarra e el infante don Enrique e otros cavalleros de Castilla; e dándoles logar los del Rey por que matasen al dicho Maestre, fue de noche entrada la villa [col. b] e preso el Rey. E salió el Maestre en amaneçiendo por las puertas con CD de cavallo e fuese para Escalona, su gente ordenada. E fue dado el Rey al Conde de Castro e tóvolo en Portillo; e governavan el Rey de Navarra e el infante don Enrique e los de su valía el reino.

    

   Título de la batalla de Panpliga e de cómo fue suelto el rey don Juan e salieron los de Aragón del reino

   Estando el rey don Juan preso en Portillo, ayuntáronse en la çiudad de Burgos con el prínçipe don Enrique, su fijo, e el condestable don Álvaro de Luna e el Conde de Aro e el Conde de Plazençia, que iba doliente en un chirrió[n], e otros cavalleros e fueron en demanda de la soltura de su rey. E salieron a ellos el rey don Juan de Navarra e el infante don Enrique e todos los que eran de su valía en Castilla e muchos aragoneses. E puestos en batallas açerca de Panpliega, ovieron su batalla, por manera que los dichos Rey e Infante e su valía fueron destroçados de mala manera sin mucho pelear e fueron seguidos fasta los sacar todos del reino. E como el Conde de Castro vio esto, soltando al rey don Juan, se fue fuyendo tras ellos para Aragón.

    

   Título de la batalla de Olmedo, donde fueron vençidos sus aversarios e muertos el infante don Enrique e otros muchos

   Pasado un año poco más, entraron en Castilla los dichos Rey de Navarra e infante don Enrique e todos los castellanos de su valía muy poderosos; e díxose que por fabla de algunos cavalleros que estavan con el Rey en Castilla por fazer matar al dicho Condestable. E estando en O1medo, allegáronse el rey Juan e el Prínçipe, su fijo, e el dicho Condestable e otros muchos cavalleros de Castilla; e llegándose las batallas, quiso Dios ayudar al rey don Juan. Él e el Prínçipe e el dicho Condestable, oviendo suspeçión, segund susodicho es, dieron reziamente en la batalla de los dichos Rey e Infante; e andando enbueltos en ella, gravemente el maestre don Gu(i)tierre, que fue sienpre de la opiñión del dicho Condestable, con DC de // [Fol. 346 r., col. a] cavallo que suyos propios tenía, ferió mucho de reçio por al través de la batalla en los navarros e castellanos que con ellos eran, por tal manera que fueron desbaratados luego e muertos muchos cavallos. E fue allí ferido el infante don Enrique de un estoque de armas por la palma de la mano, donde morió de pasmo a cavo de quarenta días; e fue preso el almirante don Fadrique en poder de un escudero que avía seido su criado e fuese con él a Medina de Ruiseco, adonde lo eredó bien. Otrosí fue preso el Conde de Castro, que fizo aquel día maravillas de su persona, no se quesiendo vençer ni salir del canpo fasta que le mataron el cavallo. E morió allí Ferrando de Quiñones e otros e fue preso Garçi Sánchez d’Elbarado e después degollado en Valladolid por mandado del rey don Juan. E así vençidos, fuyeron para Aragón.

    

   Título de cómo fue preso el adelantado Diego Gómez Manrique en la villa de Nájara por el prínçipe don Enrique

   Andando estas bueltas en Castilla e Aragón e Navarra, tomó el conde don Diego Gómez Manrique la villa e fortaleza de Nájara, que era del prínçipe don Enrique. E sopiéndolo este Prínçipe, salió una noche de Lerma con mil de cavallo e llegó otro día a Nájara alva del día e entró la dicha villa; e tomó preso al dicho Conde e a todos los suyos e después lo perdonó e soltó con todos los suyos, pero la villa e fortaleza tóvola para sí.

   

   Título de cómo los cavalleros del Conde p[e]learon con mosén Pierris

   En el año del Señor de mil D (803) años, estando frontero el conde don Pero Ferrández de Velasco en la su villa de Aro, estando mosén Pierris de Perlaça otrosí frontero en la villa de Briones, pelearon los cavalleros e gentes del Conde de Aro con el dicho mosén Pierris e con los navarros e castellanos que con él estavan e fueron desbaratados los del Conde de Aro e morieron muchos d’ellos. E morieron allí Garçía de la Puente de Valmaseda e Nuño de la Puente de Gorieso e otros, que fueron presos el adelantado Juan de Padilla e Alonso de Cartajena e Alonso Muñoz de [col. b] Castañeda e otros; e otrosí fue preso Ínigo Ortiz d’Estúniga, el de las Cuevas, e salieron por ronçón.

    

   Título de la presión de los Condes de Alva e de Venavente e don Enrique e Suero de Quiñones e de sus fechos

   E algund poco tienpo enante d’esto ovieron vistas don Alonso Primentel, Conde de Venavente, e don Ferrando Álvarez, Conde de Alva, e don Enrique, hermano del almirante, e Suero de Quiñones con el rey don Juan e con el Prínçipe, su fijo, e con el Condestable entre Tordesillas e Toro, tantos por tantos, sobre seguridad. E estando en las vistas, salieron L de cavallo del Rey de una çelada e fueron presos todos quatro; e yoguiendo presos, salieron el Conde de Venavente del castillo de Portillo e don Enrique de Santestevan de Gormaz, colgándose con cuerdas.

    

   Título de la muerte de Alonso Pérez de Vivero e de la presión e muerte del maestre don Álvaro de Luna, Condestable

   Estando el rey don Juan mucho quexoso d’él e su coraçón del dicho Condestable e Maestre, porque lo traía pobre e mucho sometido so el su mando e no avía mando en el reino ni las cosas que avía menester, tratóse con çiertos cavalleros e personas catando manera cómmo lo prendiese o matase, que duró este trato tres años e más. E porque las cosas que Dios quiere no se pueden escusar, este Condestable, que solía saver todas las cosas que se fablavan en Castilla, no pudo saver cosa d’esto fasta que, legado en Burgos con el Rey, sopo que Alonso Pérez de Vivero, su criado e consejero e pribado, savía de aquella fabla tienpo avía e díxole que por aquello lo fizo matar en las casas de Pero de Cartajena, donde el Maestre posava, a porradas e después echáronlo de la varanda avaxo con una varanda, diziendo que quebrara con él. E dende a otro día en amaneçiendo levantóse toda la çiudad de Burgos e el Rey e otros cavalleros e fue çercado e tomado en aquella casa mesma preso súpitamente e colgaron los suyos a su fijo don Juan por la çerca e fuéronse con él a Escalona. E fue levado el dicho Condestable a Postillo; e fuendo fecho proçeso contra él, fue degollado por sentençia del Rey en Valladolid en la plaça mayor e sepultado en Sant Françisco. E tomó el Rey todos sus thesoros e fortalezas e tierras e, usando de virtud, dexó a su fijo don Juan el con-dado / [Fol. 346 v., col. a] de Sant Estevan e a su muger muchos eredamientos e a su fija doña Mençía.

    

   Título de la muerte del esclareçido rey don Juan e de la mucha tristeza que ovo en sus reinos por su falleçimiento

   En el año del Señor de mil CDLII años, estando este noble rey don Juan mucho apoderado en todos sus reinos e rico de mucho thesoro e bienquisto de todos los fijosdalgo e labradores e religiosos de sus reinos e toviéndose, segund se dezía, por mucho injuriado de algunos cavalleros poderosos, diziendo que le tenían ocupadas algunas çiudades e villas no devidamente, lo qual se dezía que entendía demandar, atajólo la muerte, que es comunal a todos, e adoleçiendo en Valladolid e morió a quinze días que lo sintió. E fízose enterrar en Santa María de Miraflores, que su padre avía fecho palaçios, los quales éste avía fecho iglesia de monjes blancos e eredado de buenos eredamientos, e ovo mucho dolor de su muerte en los dichos reinos.

    

   Título del reinamiento del rey don Enrique Quarto e XVIII que reinó en Castilla e León e de sus fechos

   En el año del Señor de mil CDLIII años, muerto el dicho rey don Juan, reinó en Castilla e León su fijo don Enrique Quarto e fue el XVIII rey que reinó en Castilla e León, que fue todo el tienpo de su reinamiento XXII años, e sus fechos prinçipales son estos que se siguen:

   En el primero año del su reinamiento perdonó a los cavalleros de Castilla que estavan fuera del reino, espeçialmente al almirante, e soltó al Conde de Alva e a Suero de Quiñones, que estavan presos, e dexóles sus eredamientos todos. E fue al Andaluzía e entró en tierra de moros; e corrió la Vega de Granada e ganó a Estepona e Gemena e otros logares de moros.

   En el segundo año de su reinamiento entró este rey don Enrique en el Andaluzía con poderosa gente e fizo vodas en Éçija con la infanta doña [Juana] (804), fija del rey Aduarte de Portugal, ca ya avía dexado a la prinçesa doña Juana de Navarra, con quien era casado, que era eredera de Navarra, fija del rey don Juan de Aragón e de doña Blanca, Reina de Navarra, su muger, por su pecado. E [col. b] entró d’este camino en la Vega de Granada e corrió todo el reino e tierra de moros. E ganó las villas de Xemena e de Istepona e otros çiertos castillos e, faziendo mucho daño, se tornó a Castilla.

   En el terçero año entró en el reino de Navarra con mucha gente de armas de cavallo e de pie e ganó las villas de Sant Viçente e de Laguardia e de Vernedo e de la Braça e de Miranda e de Aguilar e de Arcos e de Lara e otros logares e fizo mucho daño en el reino. E çercó la villa e castillo de Viana, que estava en ella mosén Pierris de Peralta e púsole sus reales e vastidas con muchos petrechos e tomóla a cavo de dos meses. E derribó los castillos de Población e de Billibio e de Buradón e fizo otros daños muchos en el dicho reino e vínose a Castilla. E después se perdió esta villa de Viana por mal recaudo, que la ganó el Condestable de Navarra toviéndola Mendoça, Prestamero de Vizcaya, porque los pobladores d’ella le dieron entrada de noche en ella e, toviendo el castillo, no pudo ser acorrido por vastidas que de fuera le fizieron e por división de Castilla.

   En el año del Señor de mil CDLVIII años entró el rey don Enrique en Guipúzcoa e en Vizcaya e, a petiçión de las ermandades d’ellas, fizo derribar las casas de todos los mayores de Guipúzcoa e desterró a Pero López de Ayala e a don Ínigo de Guebara e a Juan López de Lezcano e a Martín Roiz de Ganboa e a Ladrón de Valda e a Juan Pérez de Loyola e a Martín Sánchez de Iraeta e a Juan Ortiz de Caráus e a Pero López de Aguirre e a Lope de Aguirre, que eran de Álava e de Guipúzcoa; e desterró de Vizcaya a Juan Alonso de Múgica e a Pero de Vendaño e a Martín Roiz de Arteaga e a Rodrigo Martínez de Barroeta; e desterró de la Encartaçión a Lope Garçía de Salazar e a Lope Furtado de Salzedo e a Ochoa de Murga e Juan de Salzedo para tierra de moros e o-tros // [Fol. 347 r., col. a] logares por tienpos divididos e çiertos e morieron allá de sus dolençias Ladrón de Valda e Rodrigo Martínez de Barroeta.

   En el año del Señor de mil CDLX años prendió el rey don Enrique por arte e consejo del marqués don Juan Pacheco a Juan de Luna en la villa de Aillón veniendo de Atiença, convidándolo a comer, saliéndolo a escorrir a la puerta de la villa, matándole el cavallo, e tomóle las villas e castillos de Soria e de Aillón e de Sant Estevan de Gormaz; e morió a la puerta d’ella Alonso Muñoz de Castañeda. E entregó todas las otras tierras que tenía malganadas, que fueron del conde don Juan de Luna, por que lo soltasen de la dicha presión e fuese desterrado para el reino de Aragón e allá morió en un conbate de una villa de un tiro de pólvora. E tomó las dichas villas del dicho condado el dicho Marqués con la fija del dicho conde don Juan e casóla con su fijo mayor.

   En el año del Nuestro Señor de mil CDLXII años entró el rey don Enrique en el reino de Aragón por Ágreda con poderosa gente faziendo mucha guerra en el dicho reino e çercó la villa de Torrellas; e conbatiéndola por todas partes, morieron en el conbate d’ella algunos cavalleros e escuderos, entre los quales morió Lope de Salazar, fijo de Lope Garçía de Salazar, de una lançada que le dieron a las puertas d’ella por el muslo, seyendo el Rey presente. E lo fizo atar e, levándolo consigo Ágreda, morió en el camino de fluxo de la sangre aquel día e leváronlo a enterrar a su tierra. E no podieron tomar el logar e a pocos días tornóse a Castilla.

   En este año se rebelaron los catalanes contra el rey don Juan de Aragón e otros muchos aragoneses, e así mismo a la Prinçesa de Navarra, e todos los lusitanos e tomáronlos alçando pendones por el rey [col. b] don Enrique. E enbiáronle demandar ayuda de gentes e enbióles IV mil de cavallo e mucha gente de pie; e diéronles la çiudad de Panplona e otros muchos logares, llamándole los dichos catalanes e aragoneses e navarros Rey de Aragón e de Cataluña e de Navarra. E posieron al dicho Rey de Aragón en tanto estrecho que se temía mucho de ser decaído de su estado. E continuaron la guerra un año e más.

   En el año siguiente, que fue en el año del Señor de mil CDLXIII años, ovieron vistas este rey don Enrique e el rey don Luis de Françia en el Arenal, que es entre Fuente Rubia e Sant Juan de Luz. E fueron en estas vistas de la parte del Rey de Françia un patriarca e los Duques de Vorvón e Arlançón e el Conde de Fox e su fijo, el Prínçipe de Navarra, e don Juan, Duque de Guiana, su hermano, e mosén Pierris de Peralta e otros muchos cavalleros de Françia e de la Gascuena e de Guiana e de Navarra. E eran con el rey don Enrique don Juan Pacheco, Marqués de Villena, e don Alonso de Acuña, Arçobispo de Toledo, e los Condes de Santa Marta e de Salinas, el Mariscal de Ayala e don Veltrán de la Cueva, Conde de Ledesma, e otros muchos cavalleros de Castilla. E fechos sus apuntamientos como les plogo, se tornaron a sus reinos. E de lo que adelante se pareçió, quédese a los coronistas del reino, salvo que, por lo que después se pareçió, allí en estas vistas tomó la Corona de Castilla comienço de se avaxar, ca luego que de allí se partió el rey don Enrique mandó salir todas sus gentes de Aragón e de Navarra e de Catalueña e desanparólas para sienpre, quedando ellos mucho atormentados e con tristeza por ello.

   En este tienpo ovo mucha discordia entre el rey don Enrique e el Marqués de Villena e el Maestre de Calatrava, su hermano. E la causa d’ello fue porqu’el Rey dio el maestrasgo de Santiago al conde don Veltrán de la Cueva, que no lo avía querido dar a él; e tovo tales maneras este Marqués con todos los prinçipales del reino, sino pocos, que, ayun-tándose / [Fol. 347 v., col. a] en la çiudad de Ávila prometiéndoles grandes dádivas de lo de la Corona Real, desposieron al dicho rey don Enrique e alçaron por Rey de Castilla e de León al infante don Alonso, su hermano; e feziéronle labrar moneda e repartieron todos los ofiçios de la casa del Rey e del reino. E tomó la guarda d’este rey don Alonso el Arçobispo de Toledo e pasaron dos años en mucha discordia en los reinos, robando e tomando villas e otras cosas el que podía. E morió en este tienpo el maestre Pero Girón de Calatrava, que estava mucho rico e poderoso, e dexó fijos pequeños con todo su thesoro e casa al Marqués, su hermano, e fízose más poderoso que antes.

   Conplidos dos años del reinamiento d’estos dos Reyes hermanos en esta discordia, fue la voluntad de Dios que por pecados de los pueblos dio una landre, de que morió, al rey don Alonso, por la muerte del qual ovo mucho quebranto en todos los del reino comúnmente, açebtos algunos del reino, ca los fidalgos e pueblos cuidavan ser proveídos de noble rey por él, ca era en hedad de XV años e mucho entendido e conplido de su persona e entendimiento e le pesava del trabajo de su reino, oviendo a voluntad de conoçer a su hermano por padre e señor; e por semejante le dezía que lo deseava el mesmo rey don Enrique. E algunos presumieron que oviera yervas, pero se fabla verdad, quánto más fuendo en guarda de tan virtuoso prelado e señor commo el dicho arçobispo don Alonso; pero levólo el pecado de su pueblo, como dicho es.

   Después de muerto este rey don Alonso, vino el rey don Enrique a governamiento del dicho Marqués de Villena e tomó el maestrazgo de Santiago al Conde de Ledesma e diolo al Marqués; e diole en emienda del ducado de Alborquerque e las villas de Cuéllar e de Roa. E por semejante repartieron muchas villas e grandes donadíos en los grandes del reino. E como este Mar-qués, [col. b] que se llamó Maestre de Santiago, [ovo] el mando e governamiento del reino, contentos todos los mayores cavalleros, tomaron todos por prinçesa e eredera de los dichos reinos a la infanta doña [Isabel] (805), hermana del rey don Alonso de padre e de madre, e casáronla con el rey don Ferrando de Çeçillia, fijo del rey don Juan de Aragón, a pesar del rey don Enrique, su hermano.

   En este tienpo morió Miguel Lucas, Condestable, que lo mató un escudero suyo en Jaén, e dieron la condestablía a don Pero Ferrández de Velasco, Conde.

   En este tienpo d’este rey don Enrique tomaron cavalleros del Andaluzía por escala e mal recaudo que en ella estava la villa e castillo de Gibraltar, de lo qual plogo mucho a todos los reinos de Castilla e gentes d’ellas comúnmente; e fue puesto buen recaudo en ella porque es noble puerto de mar. E perdieron mucho los moros en ella, ca fue otro tienpo mucho nonbrado logar. Otrosí en este tienpo del dicho rey don Enrique, por el amenguamiento de la su justiçia, ovo muchas guerras e contiendas en el reino del Andaluzía entre el Duque de Medina Sidonia e don Pero d’Estúniga, su cuñado, e otros de su partida, con el marqués don Rodrigo de Cáliz, fijo del conde don Juan de Artos, e con el de Cabra e con don Alonso de Aguilar, el de Córdova, tomándose villas e castillos e todos fechos de guerra, tan crueles commo de moros a christianos, que duraron largos tienpos fasta el año del Señor de mil CDLXXIV años, que, por graçia de Dios, se igualaron súpitamente, dexando cada unos lo que ajeno tenía.

   En el reinamiento d’este rey don Enrique, así como morió el dicho rey don Alonso, su hermano, e se apoderó sobre el dicho maestre don Juan Pacheco e le tomó todo el mando del reino, conforme con todos los mayores del reino, a costa e avatimiento de la Corona Real, fueron travajados, e con poca justiçia, los dichos reinos en toda parte comúnmente, faziendo cada uno lo que bien le pareçiese; esto en quanto a lo del Rey, // [Fol. 348 r., col. a] ca los cavalleros justiçia ponían en lo suyo e no se enojavan los unos a los otros, antes se favoreçían e ayudavan a tomar de lo del Rey.

   En esta sazón fue mucho travaxado el reino de Galizia entre los cavalleros e fijosdalgo e las comunidades e hermandades, dañándose los unos a los otros, quemándose e robándose e derrocándose fortalezas e después faziéndose a mal de su grado. E otrosí en este tienpo fueron mucho fatigadas e desaforadas e despechados el señorío de Vizcaya e de las Encartaçiones e las villas de Castro e de Valmaseda e de Urduña e sus comarcas, primeramente por nuevas ermandades costosas e después quemándose e robándose de enemigos a enemigos e después robándose los viandantes e caminos por los mayores d’ella. E después fueron mucho despechados por la entrada de los Condes de Aro e de Tribiño, pagando muchos pechos continos todos los pueblos, mayores e menores, e demás desto seyendo robados e coechados los viandantes azemileros en Castilla a todas partes que andavan, por razón de los libramientos que algunos d’estos señores fazían a sus escuderos e servientes, e buscando otros muchos achaques para lo causar, por lo qual se recreçía mayor carestía de pan en las dichas tierras, además de la causa de la falta de malos tenporales, que por los pecados de los omes dava Dios en ellos.

   En el año del Señor de mil CDLXXI años, estando la villa de Carrión en buen sosiego por del rey don Enrique, seyendo en ella eredados e naturales todos los del linaje de la Vega, otrosí el conde don Pero Manrique por dádiva de dineros, qu’el Rey lo avía dado en casamiento con doña Guiomar, su criada, entróla el conde don Rodrigo Primentel de Venavente de noche porqu’el un vando d’ella le dieron logar para ello e apoderóse en toda ella; e fizo fortaleza en unos palaçios e iglesia a una o-rilla [col. b] d’ella con edifiçios nuevos e tóvola dos años más o menos. E entrógela el dicho Conde de Tribiño por escala, dándole logar el otro vando d’ella; e peleando con los de la dicha fortaleza, vino en su socorro el marqués don Diego Furtado de Mendoça con toda su casa e parentela e otrosí los Condes de Castañeda e de Osorno e de Paredes, el adelantado Pero López de Padilla e las gentes del Obispo de Burgos e otros muchos. E otrosí vino de la otra parte el Conde de Venavente e el Conde de Lemos e gentes del Marqués de Astorga e otros aposentados en las comarcas. Sovrevenieron el rey don Enrique e el prínçipe don Fernando, Rey de Seçilla, e el Maestre de Santiago e el condestable don Pero Ferrández de Velasco e el almirante don Alonso Anríquez e otros prelados e cavalleros e trataron pazes en esta manera: qu’el Conde de Venavente diese la dicha fortaleza al Rey para que la desafiase, desfiziese e quedase los palaçios e iglesia en el estado que primero estavan e que la villa quedase por el Rey e a cada unos sus eredamientos sin se apoderar ningunos d’ella. E dio el Rey al Conde de Venavente V cuentos para los gastos que en ella avía fecho en los pedidos e monedas de sus tierras, que nuevamente avían de echar; e por semejante pagó al Conde de Treviño los gastos fechos por él e por la su partida. E así quedó toda aquella contienda en paz e la dicha villa en sosiego toda, como dicho es.

   En el año del Señor de mil CDLXXIV años ovo levantamiento de gentes sobre el maestrazgo de Alcántara entre el duque don Álvaro d’Estúniga e el Clavero Mayor de Alcántara sobre el dicho maestrazgo, que era de don Gómez, Maestre, que estava echado d’él. E fuendo allá el rey don Enrique e el Maestre de Santiago con poderosa gente por lo igualar e no lo podiendo fazer, dexándolos en discordia se tornó el Rey a Madrid. E el dicho maestre don Juan Pacheco adoleçió en Santa María de Guadalupe veni-endo / [Fol. 348 v., col. a] de allá e morió en una aldea que llaman Santa Cruz, quatro leguas aquende, e fue al presente sepultado en el monesterio de Guadalupe. E puédese dezir por él que morió el más poderoso cavallero de villas e eredamientos e de thesoro e de mando e de fijos e de sobrinos e yernos e cavallería e de criados e de toda grandeza de señorío que en toda España se falla por memoria que rey o señor sobre sí no fuese, ca él mandó una grand parte del dicho reino de Castilla en el tienpo del rey don Juan, que alcançó privança con el rey don Enrique seyendo prínçipe e fue Marqués de Villena e después mandó e governó en XXII años qu’él reinó todos los reinos de Castilla sin contradiçión alguna, sin tomar armas de batalla, sino con artes e maneras, considerándose con toda la cavallería d’ellos. E morió en hedad de LXVI años poco más o menos.

   Aquí se acava el XVIII libro de los XXV libros que Lope Garçía de Salazar fizo en esta su Istoria de las bienandanças e fortunas estando preso en la su casa de Sant Martín e comiénçase el XIX libro, en que fabla de los Reyes de Navarra e de dónde suçedieron ( ) (806) e de los fechos que cada uno fizo e de las batallas e omeçidas que en sus tienpos acaeçieron e desde don Ínigo Arista, su primero rey, fasta el rey don Juan, que en ella reina. Otrosí se fabla de los Reyes de Aragón, desde don Ramiro, su primero rey, e de los Condes de Varçelona, que se juntaron con el reino de Aragón, e de cómmo ganaron las islas de Çeçilia e de Çerdeña e de Córçega e Mallorcas e Menorcas e Ibiça e de los fechos que les acaeçieron con los castellanos; otrosí de la conquista qu’el noble rey don Alonso fizo en el reino de Nápoles. Otrosí fabla de los Reyes de Portugal e de dónde suçedieron desd’el conde don Enrique, su primero señor, e don Alonso, su fijo, su primero rey, fasta don Alonso, fijo del Aduarte, que agora reina, e de las batallas e fechos que ovieron con los castellanos; otrosí de las villas e logares que an ganado allende la mar en tierra de moros e del daño que la grande morería de allende los Montes Claros sobr’ellos a Tánjar [col. b] venieron; e del esfuerço del onrado infante don Enrique, su capitán, e de las rehenes que dieron por salir de dar a Çeuta e cómo el Rey e reino de Portogal no la quesieron dar, diziendo no ser serviçio de Dios, pues que los dichos reenes eran ya mortales; e del reinamiento d’este don Alonso. En fojas CCCXLVIII.

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   788.- castillo, en el manuscrito.

   789.- villa, en el manuscrito.

   790.- Interlienado por otra mano.

   791.- Desde Álvar González se aprecia la intervención de otra mano, que ha repesado las grafías ya existentes e interlineado otras. El ms. 1634 de la B.N. difiere algo del códice de Mieres en este punto, seguramente porque el copista no entendió algunas grafías, que, por otra parte, están bastante emborronadas: Álvar Gonzales d’Azebedo, su hijo, Garçía Rodríguez de Tobarda, Pero Fernández de Sorloçeno de Tresmiera, Sancho Peres de Ayala, Gonzalo Martínez de Guzmán, Maestre de Calatrava… fol. 777 r..

   792.- d’ellos, copiado nuevamente detrás.

   793.- castellanos, en el manuscrito.

   794.- Las líneas destinadas al título han quedado en blanco.

   795.- e leemos, repetido detrás.

   796.- le, copiado dos veces.

   797.- De nuevo el título había quedado en blanco y ha sido B el que lo ha completado.

   798.- idonias, en el manuscrito.

   799.- si ha, escrito nuevamente detrás.

   800.- este, repetido detrás.

   801.- Viçente, seguidamente,

   802.- stando, detrás.

   803.- A continuación añade R.H. 1450 entre paréntesis, ed. cit., vol. III, p. 333; de mil D está subrayado en el manuscrito y en el margen izquierdo una mano distinta ha escrito CDL años, de donde, supongo, viene la lectura de R.H.

   804.- En blanco al principio, luego B añadió Juana.

   805.- Añadido por B en el espacio en blanco que había quedado.

   806.- Espacio en blanco en el manuscrito.